La dirección de ERC ha suspendido esta tarde la votación interna de sus bases que debía servir para ratificar o rechazar el acuerdo de gobierno que los republicanos habían alcanzado con el PSC para entrar en el Ayuntamiento de Barcelona. ERC ha tomado esta drástica decisión tras verse desbordada por la cantidad de militantes que ha acudido a la sala del Orfeó Martinenc de Barcelona, de 270 personas, y al cual han acudido más de 500 militantes.
Lo ocurrido no hace más que confirmar las tensiones y divisiones internas que atraviesa ERC desde que las elecciones autonómicas del 12 de mayo dejaron en evidencia la debacle del partido. Esquerra perdió 13 diputados y cedió la hegemonía del independentismo a Junts sin sacar rédito alguno de los últimos años de pactos con los socialistas.
Ahora, ERC afronta en un contexto de guerras internas las decisiones estratégicas que debe tomar de cara a los próximos años. No solo la de si debe entrar en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, tal y como propugnan sus líderes municipales (Elisenda Alamany, Jordi Coronas y Eva Baró), sino también la de qué opción debe adoptar de cara a la investidura del presidente de la Generalitat: ¿Salvador Illa (PSC) o Carles Puigdemont (Junts)?
Con Oriol Junqueras ya dimitido como presidente de ERC, la dirección del partido ha quedado en manos de la secretaria general, Marta Rovira, quien dirige la estrategia desde Ginebra tratando de apretar las filas de los cuadros del partido pero sin que se conozca hasta qué punto controla las bases.
La escena de este jueves deja al descubierto la agitación que vive el partido y pone en duda que la dirección del partido pueda tomar las decisiones que considere oportunas sin sufrir un estallido interno.