Feministas de once países piden blindar el derecho al aborto a todas las europeas

El movimiento "Mi voz, mi decisión" inicia una recogida de firmas para que cualquier mujer europea tenga acceso a un aborto seguro y legal resida donde resida

cristina fallaras y kika fumero presentan la campaña mi voz mi decisión sobre el derecho al aborto

Kika Fumero y Cristina Fallarás, en el acto celebrado ayer

Dieron las ruedas de prensa de forma simultánea y su petición se oyó además de en España, en Polonia, Francia, Austria, Eslovenia, Croacia, Irlanda, Finlandia, Italia, Hungría y Eslovenia. Reivindican lo mismo. Que todas las europeas tengan derecho al aborto residan donde residan. Eso es lo que defiende  “Mi voz, mi decisión“, un movimiento feminista que ayer comenzó su recogida de firmas de cara a las elecciones europeas.

Calculan que cerca de 20 millones de mujeres no tienen garantizado el acceso al aborto en la Unión Europea. Por eso, demandan que los países miembros ofrezcan apoyo económico para que cualquier mujer que no tenga acceso a un aborto seguro y legal pueda acceder a él en alguno de los países donde sí está garantizado.

Se refieren, por ejemplo, a las ciudadanas de Polonia o Malta donde la interrupción voluntaria del embarazo está prohibido. Pero también hablaron de aquellos países donde es legal, pero no libre, como Austria y Alemania. También señalan el caso de los estados donde, pese a ser legal, el aborto no es accesible, como Croacia e Italia. Y por último, la iniciativa contempla el caso de mujeres en situaciones de especial vulnerabilidad o pertenenecientes a comunidades en las que el acceso al aborto presenta dificultades específicas

En este sentido, en España “Mi voz, mi decisión” presta especial atención al caso de las mujeres migrantes en situación administrativa irregular, para quienes la interrupción voluntaria del embarazo a menudo no es accesible ni segura.

“Prepararse para lo que viene”

En el contexto de las elecciones al Parlamento Europeo, su objetivo es conseguir al menos un millón de apoyos antes del 5 de junio para blindar ese derecho para todas las mujeres europeas, sea cual sea el contexto de sus países. Se trata de una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) presentada ante la Comisión Europea.

Para la escritora Cristina Fallarás, una de las coordinadoras de la iniciativa en España, “el movimiento ‘Mi voz, mi decisión’ es una forma de adelantarnos a lo que va a venir: un movimiento de derechas y ultraderechas que atentará contra los derechos de las mujeres”. Haciendo referencia a casos como el de Italia o Polonia. “Ya lo estamos viendo en Argentina pero llegará también a Estados Unidos y a Europa. Y los primeros derechos contra los que atentan son los que tienen que ver con nuestros cuerpos y particularmente el aborto”.

Por su parte, Kika Fumero, consultora especialista en violencia sexual y de género y coordinadora también de la iniciativa, afirmó que “las políticas de la muerte son aquellas que atentan contra la salud física y psíquica de las más de 20 millones de mujeres en Europa que no tienen acceso al aborto seguro y gratuito. Por el contrario, la cultura de la vida implica velar por nuestra salud sexual y reproductiva, así como blindar nuestros derechos fundamentales como es el de decidir sobre nuestros cuerpos”.

Durante el mes de mayo, “Mi voz, mi decisión” realizará actos y encuentros de difusión de la iniciativa en distintas ciudades. Los primeros tendrán lugar el lunes 29 de abril en Bilbao y el martes 30 en Pamplona. Asimismo, el 8 de mayo se celebrará en Madrid la jornada “Batalla cultural y política de la (extrema) derecha”, en la que participarán dos de las responsables de la iniciativa a nivel internacional, Alice Coffin (Francia) y Nika Kovač (Eslovenia).

Cualquier ciudadano o ciudadana de la Unión Europea puede firmar a través de este
enlace: Iniciativa Ciudadana Europea – Formulario nacional de apoyo (europa.eu)

El Parlamento Europeo votó el pasado 11 de abril, a favor de incluir el acceso al aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. La resolución no vinculante fue aprobada por 336 votos a favor y 163 en contra, y contó con el respaldo, principalmente, de miembros de partidos de izquierda y de centro.

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