A apenas una hora de Madrid, siguiendo el curso del río Lozoya hacia la Sierra Norte, se alza Buitrago del Lozoya, un pueblo medieval que parece detenido en el tiempo. Rodeado casi por completo por una muralla del siglo XI y abrazado por el agua, este enclave es uno de los conjuntos históricos mejor conservados de la Comunidad de Madrid.
Caminar por sus calles empedradas es adentrarse en un relato de fortalezas, linajes nobles y vida fronteriza, pero también descubrir un destino perfecto para una escapada cultural y natural.
Una muralla única en la Comunidad de Madrid
El gran emblema de Buitrago del Lozoya es su muralla medieval, singular por conservar prácticamente todo su perímetro original. Construida con fines defensivos, protegía la villa en una zona clave durante la Reconquista. Hoy, este elemento histórico se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del municipio y en una de las mejores formas de entender su pasado.
Recorrer el adarve: un paseo con vistas privilegiadas
Uno de los planes imprescindibles es realizar el recorrido completo por el adarve de la muralla, el camino que discurre por la parte superior del muro. El itinerario suele comenzar cerca del Puente del Arrabal, uno de los accesos históricos al recinto amurallado. Desde allí, el paseo se despliega entre torres, almenas y lienzos de muralla que se funden con el paisaje.
A un lado, el interior del casco histórico con sus tejados rojizos y calles tranquilas; al otro, el meandro del río Lozoya rodeando el pueblo como un foso natural. Las vistas cambian constantemente, ofreciendo panorámicas de la sierra, del cauce del río y del conjunto monumental. Es un recorrido sencillo, apto para todos los públicos, ideal para disfrutar sin prisas y con la cámara preparada.
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El Castillo de los Mendoza, corazón histórico de la villa
Dentro del recinto amurallado se alza el Castillo de los Mendoza, también conocido como el alcázar de Buitrago. Construido en el siglo XV, fue residencia de una de las familias más influyentes de Castilla. Aunque hoy conserva una estructura sobria, su presencia sigue siendo imponente.
@espanarte Alcázar de Buitrago del Lozoya. Siglo XV. Parte 1 🏰El castillo está construido sobre la muralla urbana. ➡️Algunas torres del castillo eran las de la muralla, que los Mendoza recrecen para incorporarlas al castillo. 🧑🧑🧒🧒Los Mendoza escogen la tradición andalusí del alcázar urbano sobre el castillo castellano. 🤯En las murallas de Buitrago, procedentes del Trabuchet Park (Albarracín) hay una exposición de una serie de máquinas de asalto medievales. 📅La más antigua es un Lu’ ab, del siglo VII d,C., pero también hay una “hwach” que podía destacar decenas de flechas al mismo tiempo. 📍Uno de los lugares donde veremos el escudo de los Mendoza será también en la Casa del Cordón o la propia Catedral de Burgos. 📖Para saber más sobre el Marqués de Santillana, recomendamos el libro de Almudena de Arteaga, descendiente del propio marqués. españarte historia cultura arquitectura muralla buitragodellozoya arte @igor.paskual
El castillo funciona actualmente como espacio cultural, y su visita permite imaginar la vida política y militar que se desarrolló entre sus muros. Integrarlo en la ruta tras el paseo por el adarve ayuda a comprender la importancia estratégica de la villa en la Edad Media.
El Museo Picasso, una sorpresa inesperada
Uno de los mayores atractivos culturales de Buitrago es el Museo Picasso – Colección Eugenio Arias. Este espacio alberga una colección muy especial de obras originales de Pablo Picasso, regaladas a su amigo y barbero, natural del pueblo.
La muestra incluye dibujos, cerámicas, grabados y carteles que ofrecen una visión íntima del artista. Encontrar un museo dedicado a Picasso en un pequeño pueblo medieval es una de las grandes sorpresas de la visita y un motivo más para detenerse con calma.
Naturaleza, historia y calma a un paso de Madrid
Más allá de su patrimonio, Buitrago del Lozoya invita a disfrutar del entorno natural. Un paseo junto al río, una comida de gastronomía tradicional o simplemente contemplar el paisaje forman parte de una experiencia completa. En primavera y otoño, el color del entorno convierte la visita en un auténtico espectáculo visual.