Asturias es tierra de paisajes asombrosos, pueblos con encanto y tradiciones que se mantienen vivas. Pero incluso en esta comunidad plagada de belleza, Niembro, una pequeña aldea del concejo de Llanes, sobresale como uno de los lugares más mágicos y menos conocidos del norte de España. Situado a tan solo 55 minutos en coche de Gijón, este pueblo parece sacado de un cuento, con su silueta reflejada sobre las tranquilas aguas de la ría del mismo nombre.
Con apenas unos cientos de habitantes, Niembro se mantiene alejado de las rutas turísticas más masificadas. Sin embargo, quienes lo descubren no dudan en calificarlo como un tesoro oculto de Asturias, perfecto para una escapada tranquila entre mar, montaña y patrimonio.
La iglesia que flota: postal inolvidable de Niembro
Una de las imágenes más icónicas del oriente asturiano es la de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Este templo barroco del siglo XVIII se alza majestuoso sobre la ría, junto a su antiguo cementerio blanco. Cuando la marea sube, da la ilusión óptica de que la iglesia flota sobre el agua. No es de extrañar que haya sido escenario de películas y fotografías, consolidándose como uno de los rincones más fotogénicos de Asturias.
Además de su valor paisajístico, el conjunto posee gran interés histórico y arquitectónico. Su enclave lo convierte en un lugar ideal para amantes de la fotografía, el arte y la espiritualidad.
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Naturaleza virgen y playas paradisíacas
Niembro no solo sorprende por su arquitectura, sino también por su entorno natural privilegiado. A escasos minutos del casco urbano se encuentran algunas de las mejores playas de Asturias, como Torimbia, una cala de arena blanca y aguas cristalinas rodeada de acantilados verdes. Considerada una de las playas más bellas de España, Torimbia es también una de las favoritas del colectivo naturista.
Otra opción cercana es la playa de Barro, más familiar y perfecta para ir con niños gracias a sus aguas calmadas. Ambas forman parte de la Costa Verde asturiana, un litoral aún poco explotado turísticamente pero de una riqueza ecológica inmensa.
Cultura, gastronomía y tranquilidad
Quien visita Niembro no solo se lleva postales inolvidables, sino también el sabor de la auténtica cocina asturiana. En las casas de comidas del entorno se pueden degustar platos tradicionales como la fabada, el cachopo o los pescados del Cantábrico, siempre acompañados de una buena sidra.
El ritmo de vida en Niembro es pausado, ideal para desconectar. Sus calles empedradas, sus casas de piedra con balcones floridos y el silencio roto solo por las gaviotas o el repicar de las campanas, invitan a la calma. Es el lugar perfecto para quienes buscan turismo rural de calidad, sin prisas ni aglomeraciones.
Cómo llegar a Niembro desde Gijón
La mejor forma de llegar a Niembro desde Gijón es en coche, tomando la autovía A-8 en dirección a Llanes y saliendo por Naves. El trayecto dura unos 55 minutos y ofrece vistas espectaculares del litoral cantábrico y de los Picos de Europa, que se divisan al fondo en los días despejados.
También existe la opción de combinar tren y taxi, pero el coche proporciona mayor libertad para explorar los alrededores, incluyendo otros pueblos con encanto como Celorio, Barro o Posada de Llanes.
Niembro, joya secreta del oriente asturiano
En definitiva, Niembro es uno de esos lugares que conquistan sin necesidad de grandes artificios. Su autenticidad, su belleza natural y su tranquilidad lo convierten en una joya del turismo rural asturiano, aún por descubrir para muchos. A menos de una hora de Gijón, es una escapada ideal tanto para un fin de semana como para unas vacaciones con sabor a mar y tradición.