En la esquina más norteña de Galicia, abrazado por la desembocadura del río Sor y el mar Cantábrico, se encuentra O Porto do Barqueiro. Un lugar que parece más una acuarela que un pueblo. Aunque tradicionalmente ha permanecido al margen de las rutas turísticas masificadas, su belleza ha comenzado a llamar la atención fuera de Galicia. Especialmente, tras ser comparado por National Geographic con los famosos pueblos de Cinque Terre, en Italia.
Ese reconocimiento no es gratuito. La vista de O Porto do Barqueiro desde lo alto revela un graderío de casas multicolores, colocadas como por azar pero con la armonía natural que solo ofrecen los enclaves moldeados por el mar y el tiempo. Las barcas pesqueras, las callejuelas empinadas y la ría que se funde con el Cantábrico completan una escena que cautiva desde el primer instante.
Un puerto con alma marinera
El corazón de O Porto do Barqueiro late en su pequeño puerto. Un refugio para embarcaciones de pesca y recreo que parece suspendido en el tiempo. En esta parroquia perteneciente al municipio de Mañón, la rutina diaria aún conserva los ritmos pausados del mar. Pescadores que llegan con sus capturas, redes que se tienden bajo el sol y restaurantes que transforman esa materia prima en delicias de la gastronomía atlántica.
A pesar de su tamaño reducido, O Porto do Barqueiro sorprende por la autenticidad de su vida cotidiana. Su estampa marinera es, según muchos viajeros, una de las más bellas de España. Es ese tipo de lugar que no necesita monumentos para conquistar al visitante: basta su atmósfera.
La geografía que envuelve a O Porto do Barqueiro multiplica su magnetismo. Situado en una pequeña ensenada, el pueblo se asoma a la ría con una delicadeza que lo convierte en un mirador natural. Desde las cuestas de sus calles, las vistas hacia el agua y las casas escalonadas son un espectáculo constante. Y al caer la tarde, los atardeceres desde una terraza junto al puerto ofrecen una paz difícil de describir.
Además, O Porto do Barqueiro se encuentra a un paso del faro de Estaca de Bares, el punto más septentrional de la Península Ibérica. Esta proximidad lo convierte en una parada obligada para quienes exploran el extremo norte gallego. Desde allí, también puede divisarse la Isla Coelleira o visitar el puerto de Bares, otra joya costera con identidad propia.
Una ría que une dos provincias
Uno de los grandes atractivos de O Porto do Barqueiro es el puente metálico que lo une con el municipio vecino de Vicedo, ya en la provincia de Lugo. Este puente de principios del siglo XX, que sustituye a las antiguas barcas que daban nombre al pueblo, permite recorrer un sendero litoral interprovincial que regala panorámicas únicas de la ría y de la playa de Arealonga.
Caminar por este paso es también caminar por la historia de O Porto do Barqueiro, donde aún resuenan los ecos de los barqueros que antaño cruzaban de una orilla a otra con pasajeros y mercancías. Hoy, ese mismo recorrido permite a los visitantes descubrir las grutas y formaciones rocosas con sorprendentes colores que adornan la costa.
Muy cerca de O Porto do Barqueiro, ya en la ría de Ortigueira, encontramos el mirador de Coitelo, en la costa de Loiba. Desde allí, sentarse en el llamado “mejor banco del mundo” permite contemplar el mar como si se tratase de una pintura en movimiento. Es otra razón más por la que este rincón gallego se ha convertido en un destino cada vez más codiciado por quienes buscan belleza natural sin aglomeraciones.
Y es que O Porto do Barqueiro no solo destaca por sí mismo, sino por todo lo que lo rodea. Rutas costeras, miradores, faros, playas escondidas y una gastronomía basada en el producto fresco convierten este pueblo en un sueño costero para todo aquel que decide perderse entre sus calles.