La decisión judicial de enviar a prisión provisional al ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha vuelto a situar en el foco mediático a la cárcel VIP de Soto del Real. Una de las prisiones más conocidas del país por su particular mezcla de seguridad, historia y comodidades inusuales. El Tribunal Supremo, a través del magistrado Leopoldo Puente, ordenó el ingreso del exdirigente socialista por su presunta implicación en una trama de adjudicaciones irregulares, comisiones y tráfico de influencias.
El ingreso de Cerdán responde a una petición de la Fiscalía Anticorrupción, que alertó del riesgo de fuga y destrucción de pruebas. En especial, tras la negativa del ex dirigente a declarar. Su nuevo destino será el centro penitenciario Madrid V, popularmente conocido como cárcel VIP de Soto del Real. Una prisión que ha albergado a algunas de las figuras más destacadas de la política y las finanzas españolas.
Un complejo con piscina, gimnasio y zonas deportivas exclusivas
Inaugurada en 1992, la cárcel VIP de Soto del Real fue diseñada con una visión reformista y moderna, en la que la reinserción se combina con una notable oferta de instalaciones. A 45 kilómetros de Madrid, la prisión se diseñó como una “ciudad autosuficiente”, con espacios deportivos, talleres de formación, aulas educativas y zonas comunes que la distinguen del resto del sistema penitenciario.
La piscina es uno de los elementos más llamativos de la cárcel VIP de Soto del Real. Con 20 metros de largo, 16,5 de ancho y 640.000 litros de capacidad, fue reformada en 2019 con un coste cercano a los 15.000 euros. Además, los internos disponen de gimnasio, pistas de squash y canchas deportivas. Todo orientado a mantener el bienestar físico y psíquico de la población reclusa, que supera actualmente el millar de internos.
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Aunque la cárcel VIP de Soto del Real es conocida por sus instalaciones, su régimen de vida sigue siendo estricto. Las jornadas comienzan a las 7:30 horas con una sirena general, seguida del aseo, desayuno y programación de actividades. Los internos deben participar en talleres productivos, programas educativos o actividades físicas. A las 13:30 horas se sirve la comida. Y después se impone un periodo de descanso obligatorio en las celdas.
La cena se adelanta a las 19:30 y el cierre de celdas tiene lugar a las 21:00. Cada recluso cuenta con una celda de diez metros cuadrados, con baño, ducha, litera, mesa y silla. A diferencia de otras prisiones, en la cárcel VIP de Soto del Real los internos pueden vestir con ropa de calle. Siempre que no infrinja las normas del centro, claro. Además, disponen de un paquete básico de higiene y un uniforme provisional al ingreso. Y tienen derecho a realizar diez llamadas semanales de cinco minutos, siempre a números autorizados.
La cárcel de los ilustres: historia de nombres célebres
La cárcel VIP de Soto del Real ha sido escenario de numerosos casos de gran relevancia. Por sus celdas han pasado figuras como Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, Francisco Correa, Pablo Crespo, Mario Conde o Miguel Blesa. Además de los dirigentes del procés catalán Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. En todos los casos, la prisión funcionó como centro de ingreso provisional o de cumplimiento. Y fue adaptando sus módulos según los perfiles de los reclusos.
La presencia de estos nombres ha contribuido a forjar la leyenda de la cárcel VIP de Soto del Real, considerada por muchos como el lugar de reclusión predilecto para aquellos con poder político o económico. Pese a esta fama, desde Instituciones Penitenciarias han insistido en que se trata de un centro polivalente y disciplinado. Con una de las mayores tasas de incidentes registrados entre reclusos y funcionarios.
La cárcel VIP de Soto del Real se compone de 14 módulos principales, cada uno con 72 celdas. Existen también módulos especializados, como los de “respeto” (módulos 9, 10 y 12), donde se alojan internos con buen comportamiento. O módulos para mayores de 45 años sin antecedentes, como el 1 y el 4, donde podría ser destinado Santos Cerdán tras su ingreso.
El proceso de adaptación incluye evaluaciones médicas y sociales por parte de un equipo multidisciplinar que define el módulo adecuado para cada nuevo interno.