Este domingo 20 de julio, la Iglesia católica conmemora a una serie de santos y beatos que dejaron una huella profunda en la historia del cristianismo. El santoral es una tradición que recuerda cada día del año a figuras destacadas por su fe, entrega y ejemplo de vida.
Hoy se recuerda especialmente a San Elías profeta, una de las figuras más relevantes del Antiguo Testamento y venerado por su papel como defensor de la fe frente a la idolatría.
San Elías, el profeta del fuego y defensor de Dios
San Elías es una de las personalidades más imponentes del Antiguo Testamento. Vivió en el siglo IX a.C., en tiempos del rey Acab y la reina Jezabel, en un contexto de fuerte conflicto entre el culto al Dios de Israel y la idolatría a Baal. Elías es conocido por su celo profético y su defensa inquebrantable de la alianza con Yahvé, incluso cuando esto lo llevó al enfrentamiento con los poderes del momento.
Según las Escrituras, realizó numerosos milagros, como la multiplicación del aceite y la harina de la viuda de Sarepta o la resurrección de su hijo. Pero quizá el momento más emblemático de su vida fue su enfrentamiento con los profetas de Baal en el monte Carmelo, donde, por medio de una oración, Dios hizo descender fuego del cielo, demostrando así su supremacía.
Elías no murió, sino que, según la tradición, fue llevado al cielo en un carro de fuego. Por ello, se le considera precursor del Mesías y es una figura clave no solo en el cristianismo, sino también en el judaísmo y el islam. En el Evangelio, se le menciona en varias ocasiones, y muchos identificaban a Juan el Bautista con su figura profética.
Otros santos y beatos del 20 de julio
Junto a San Elías, el calendario litúrgico recoge otros nombres significativos que también se conmemoran este día:
- San José Barsabás (también llamado Justo), discípulo de Jesús y uno de los dos candidatos que se propusieron para ocupar el lugar de Judas Iscariote entre los doce apóstoles. Aunque finalmente fue elegido Matías, la Iglesia lo recuerda por su fidelidad y cercanía al Señor.
- San Apolinar de Rávena, obispo y mártir, considerado uno de los primeros evangelizadores del norte de Italia. Fue discípulo de San Pedro y llevó el cristianismo a la región de Emilia-Romaña. Sufrió persecución y murió por su fe, convirtiéndose en uno de los patronos de Rávena.
- San Vulmaro de Samer, abad benedictino del siglo VII. Tras enviudar, se retiró a la vida monástica y fundó varios monasterios en la actual Francia. Fue muy querido por su sabiduría, vida austera y compromiso con los más pobres.
- San Flaviano de Acquapendente, mártir de origen romano que murió por defender su fe en tiempos de persecución. Su culto es especialmente fuerte en algunas zonas de Italia central.
- Beato Graciano de Lipnica, religioso franciscano polaco del siglo XV. Se destacó por su predicación fervorosa durante una epidemia de peste, enfermedad que él mismo acabó contrayendo. Su testimonio de entrega a los enfermos y pobres le valió la beatificación en 2007.
El santoral, una guía espiritual cotidiana
El santoral católico no solo tiene una dimensión conmemorativa, sino también inspiradora. Cada día del calendario ofrece una oportunidad para recordar la vida de hombres y mujeres que, desde distintos contextos y épocas, vivieron con radicalidad su fe y se convirtieron en referentes de compromiso, amor al prójimo y fidelidad.
Además, para muchas personas, conocer qué santos se celebran es importante por motivos personales o familiares. Muchas comunidades celebran fiestas patronales, procesiones o actividades litúrgicas vinculadas a estos santos, especialmente en entornos rurales o de fuerte tradición religiosa.
Este 20 de julio, por tanto, no solo se recuerda a San Elías como figura central del día, sino también a otros santos cuya memoria perdura en el tiempo como ejemplo de vida, servicio y espiritualidad.