La 84ª Feria del Libro de Madrid continúa su recorrido con un firme compromiso con las voces femeninas y la memoria histórica. Como parte del especial de Artículo 14, nuestra subdirectora y jefa de Internacional, Esther S. Sieteiglesias, aporta una recomendación de lectura que aúna rigor periodístico y sensibilidad literaria: la novela gráfica Hierba, de la autora coreana Keum Suk Gendry‑Kim.
Sieteiglesias, periodista de amplia trayectoria que ha cubierto conflictos como la Primavera Árabe y la invasión de Ucrania, revela los motivos detrás de su elección: “‘Es una obra fundamental para entender el infierno que sufrieron las mal llamadas ‘mujeres de consuelo’, las coreanas que fueron esclavizadas sexualmente por los militares de Japón. La autora de novela gráfica, Keum Suk Gendry-Kim, dibuja el desgarrador relato de una de las supervivientes, Lee Ok Sun, con respeto e intimidad, pero con una potencia que sobrecoge”.
Hierba no es ficción. Es una reconstrucción fiel del testimonio de Lee Ok Sun, nacida en 1926, quien con apenas 16 años fue llevada a la fuerza a una “estación de consuelo” en China durante la Segunda Guerra Mundial. Allí fue obligada a la esclavitud sexual, compartida con decenas de mujeres. Lee recordaba: “Fue entonces cuando unos cuantos soldados irrumpieron en la celda […], me violaron como a un animal” .
La autora, Keum Suk Gendry‑Kim, dedicada al cómic desde su formación en Artes Decorativas y una vida incierta entre Corea, Francia y Suiza, tardó tres años en narrar la historia con el cuidado simbólico que exige. Hierba, publicado en 2017 y traducido al español en 2022 por Reservoir Books, ha sido aclamado por medios como The New York Times, The Guardian, The Los Angeles Times, y finalista de prestigiosos premios como el Eisner.
A través de trazos sobrios en tinta negra meok, Gendry‑Kim evita el realismo explícito para convertir el horror en una bruma que acecha por los márgenes, como el campo que simboliza el hogar alejado y la memoria aplastada. La naturaleza, presente casi como un personaje, aparece en viñetas poéticas donde la violencia se insinúa entre sombras y flores pisoteadas.
El relato avanza en dos tiempos: el drama vivencial y la reconstrucción en un asilo, un espacio compartido entre la autora y la superviviente. Lee cuenta cómo perdió su infancia, su cuerpo, y su futuro, cuando invadió la memoria colectiva. Estas voces fragmentadas, captadas en entrevistas íntimas, dan forma a un testimonio que no busca venganza, sino justicia y reparación: “Fueron llevadas como animales; sangraron, murieron o intentaron suicidarse”, precisa la protagonista.
Sieteiglesias subraya que este dolor narrado desde la primera persona da voz a un infierno silenciado por décadas: “A través de los encuentros que ambas mantuvieron en un asilo, Gendry-Kim reconstruye su vida, antes y después de ser una esclava sexual de los japoneses. Con tan sólo 16 años, en 1942, la encerraron en una conocida como ‘estación de consuelo'”.
La protagonista reflexiona sobre su “pérdida de la virginidad” a través de la violación: “En mis tiempos, lo peor que te podía pasar como mujer era que esa membrana se te rompiera antes de casarte y tener marido. Sangré muchísimo. Al pensar que las habían mancillado antes de casarse muchas se suicidaron. Yo tampoco quería seguir viviendo. Pero no podía morir. O, mejor dicho, no sabía cómo”.
La importancia de decir conocer sus historias
En la Feria del Libro, Hierba puede encontrarse en las casetas dedicadas a novela gráfica y no ficción, y también en la de Reservoir Books. Una oportunidad para acercarse a un trabajo valiente que, como señala Esther, permite comprender cómo las herramientas narrativas (el dibujo, la entrevista, la crónica visual) pueden construir memoria colectiva frente al olvido.
Hierba no es solo una lectura recomendada; es una reivindicación. En tiempos en que la igualdad y la justicia vuelven a exigir presencia, su historia -una voz que jamás debería apagarse- cobra forma en cada viñeta y en cada testimonio. Una obra fundamental que refleja el compromiso de Esther S. Sieteiglesias con la construcción de una narrativa feminista que ilumina el sufrimiento —y la resistencia— de las mujeres olvidadas.