El Ejército del Aire y del Espacio afronta una de las ampliaciones de personal más relevantes de su historia reciente. La fuerza aérea española incrementará su plantilla en 1.874 efectivos entre este año y 2029. Una medida largamente demandada que busca responder a los nuevos retos operativos, tecnológicos y estratégicos que afronta la institución.
El anuncio fue realizado por el jefe del Estado Mayor del Aire, el general del Aire Francisco Braco Carbó, durante una rueda de prensa celebrada el pasado 2 de diciembre en el Cuartel General del Ejército del Aire y del Espacio, en el barrio madrileño de Moncloa. Según explicó, el crecimiento se aplicará de forma progresiva a lo largo del periodo 2025-2029.
Una reivindicación histórica del Ejército del Aire y del Espacio
El general Braco subrayó que esta ampliación responde a una reivindicación histórica del Ejército del Aire y del Espacio, ya planteada en comparecencias anteriores, incluso por su predecesor, el general Javier Salto Martínez-Avial. La autorización llega tras años de advertencias sobre la insuficiencia de personal para asumir las capacidades actuales y futuras.
Desde el Estado Mayor se insiste en que el Ejército del Aire y del Espacio ha visto crecer de forma notable sus responsabilidades sin un aumento proporcional de efectivos. Eso había tensionado la estructura de la fuerza.
El refuerzo de plantilla del Ejército del Aire y del Espacio resulta especialmente necesario ante la llegada de nuevas aeronaves y la recuperación de capacidades perdidas en los últimos años. A ello se suma la asunción de funciones emergentes en ámbitos clave como la ciberseguridad, la digitalización y el espacio.
El JEMA destacó la apuesta decidida del Ejército del Aire y del Espacio por el empleo masivo de sistemas aéreos no tripulados (UAS). Una transformación que exige personal cualificado tanto para la operación como para el mantenimiento de estos sistemas.
El peso de los drones y los sistemas contra drones
Uno de los puntos señalados por el general Braco fue el impacto que tendrán los UAS de categoría I y los sistemas destinados a combatirlos, conocidos como Counter-UAS o C-UAS. Estos programas implicarán la participación de un gran número de efectivos, especialmente de tropa, dentro del Ejército del Aire y del Espacio.
La formación del personal será paralela a la incorporación de estos medios. Un aspecto clave para garantizar que el Ejército del Aire y del Espacio mantenga su operatividad en escenarios cada vez más tecnológicos y complejos.
El plan de personal contempla un aumento aproximado de unos 450 efectivos por año. Con ello, el Ejército del Aire y del Espacio se mantendrá en torno al 18 % del total de las Fuerzas Armadas. Una cifra que sigue por debajo de los estándares de otros países de la OTAN, donde el peso de las fuerzas aéreas ronda el 25 %.
En términos concretos, el incremento previsto incluye la incorporación de 333 nuevos oficiales, 589 sargentos y más de 952 soldados. Hasta alcanzar un total de 1.874 nuevos efectivos para el Ejército del Aire y del Espacio.
Un aumento insuficiente según los criterios de la OTAN
Pese a tratarse de un avance significativo, el propio JEMA ha reconocido en otros foros que el refuerzo no será suficiente a medio plazo. Según sus estimaciones, el Ejército del Aire y del Espacio necesitaría al menos 7.500 efectivos adicionales para ajustarse plenamente a los criterios de la Alianza Atlántica.
Esta necesidad se acentúa teniendo en cuenta que tanto el Ejército de Tierra como la Armada también están aumentando sus plantillas. Eso obliga a mantener un equilibrio dentro del conjunto de las Fuerzas Armadas.
Detrás de este crecimiento se encuentra el trabajo del Mando de Personal (MAPER), una de las tres ramas del Apoyo a la Fuerza del Ejército del Aire y del Espacio, dirigido desde junio por el teniente general Fernando Torres San José.
Este organismo es responsable de la dirección, gestión y control del personal, la sanidad y la enseñanza. Así como del planeamiento de la obtención y administración del recurso humano. Un elemento cada vez más estratégico para el Ejército del Aire y del Espacio.