Leila Pereira ha consolidado un estilo de liderazgo firme y moderno desde que asumió la presidencia del Palmeiras en 2021.
Bajo su gestión, el club ha fortalecido su estructura deportiva e institucional, destacando por una administración estratégica que combina ambición competitiva, profesionalismo y visión a largo plazo.
Una trayectoria con esfuerzo detrás
Nacida el 11 de noviembre de 1964 en Cambuci, Río de Janeiro, Pereira emergió de una familia de clase media.
Se formó en periodismo y derecho, y trabajó brevemente como periodista antes de asumir el control en 2008 de Crefisa, empresa de microcréditos fundada por su marido José Roberto Lamacchia.
En 2015, Crefisa inició su patrocinio al Palmeiras, y, dos años después, Pereira ingresó al consejo del club.
En diciembre de 2021, fue elegida presidenta por amplia mayoría, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo.
Gestión profesional y éxitos deportivos
Su llegada se caracterizó por un modo de gestión empresarial, apoyado en transparencia y profesionalismo.
Bajo su mandato, el Palmeiras ha conquistado títulos relevantes: dos Copa Libertadores (2020 y 2021), dos brasileños (2022 y 2023), la Recopa Sudamericana 2022, la Supercopa de Brasil 2023 y tres Campeonatos Paulistas (2022, 2023 y 2024).
Además, la cantera del club ha prosperado notablemente, como ejemplo, el fichaje multimillonario de la joven promesa Endrick al Real Madrid.
Este crecimiento se cimenta en una gestión financiera sostenible, evitando deudas riesgosas, estableciendo planes a medio y largo plazo, y apostando por talento local y construcción de infraestructura deportiva.
Desafío a lo cotidiano
Como única presidenta entre los 32 clubes que disputarán el Mundial de Clubes 2025, Leila Pereira representa un liderazgo inusual en un entorno históricamente dominado por hombres.
Su presencia no responde a una circunstancia simbólica, sino al resultado de una gestión profesional que ha consolidado al Palmeiras como una de las instituciones más sólidas del continente, tanto en lo deportivo como en lo administrativo.
Desde su llegada, ha impulsado una transformación que abarca desde el fortalecimiento financiero hasta el desarrollo del fútbol base, con logros concretos que respaldan la ambición del club en el escenario internacional.
Bajo su conducción, el equipo brasileño llega al torneo con una planificación clara y la firme intención de competir al máximo nivel.
Más allá del desafío deportivo, la participación del Palmeiras también proyecta un mensaje institucional: el liderazgo femenino tiene un lugar legítimo en el fútbol de élite.
La figura de Pereira, al frente de uno de los clubes más importantes de América, interpela al resto del ecosistema futbolístico y refuerza la necesidad de abrir espacios para una dirigencia más diversa e inclusiva.
Manejar la presión
El camino no ha sido sencillo. Tras victorias, se minimiza su rol, pero después de derrotas, asume toda la responsabilidad.
Ha recibido recelos e incluso amenazas, y ha denunciado el machismo implícito en la dirigencia deportiva.
Al cuestionar la ineptitud de Conmebol contra el racismo, sugirió incluso explorar la posibilidad de afiliarse a Concacaf, provocando tensiones con Alejandro Domínguez y generando un debate sobre la autonomía de los clubes brasileños.
Legado y proyección
Más allá de logros deportivos, Pereira ha logrado señales prácticas de cambio: consolidó la contratación del entrenador Abel Ferreira hasta 2025, diversificó la directiva invitando a más mujeres y proyectó iniciativas empresariales como Placar Linhas Aéreas, una aerolínea propia para optimizar logística de equipos.
Su ejemplo ha sido destacado por Forbes como una de las mujeres más ricas de Brasil, posicionada en quinto lugar en 2022, y su figura va más allá del club: en 2024 lideró la delegación masculina de la selección brasileña durante giras por Europa, un hito todavía inusual para una mujer en el fútbol.
Mirada al futuro
Con su reelección en noviembre de 2024, que prolonga su mandato hasta 2027, Leila Pereira sigue su hoja de ruta: equilibrar la pasión futbolística con gestión profesional, generar oportunidades para mujeres en puestos de poder e involucrar al club en debates regionales de relevancia, como el racismo o la gobernanza de la Conmebol.
En el Mundial de Clubes de 2025, su presencia no solo simboliza inclusión, sino que activa una narrativa de cambio para el fútbol brasileño y sudamericano.