A algunas les marcó un profesor de tecnología en la ESO. Otras crecieron rodeadas de ingenieros. Las hay que encontraron su vocación al ver funcionar un circuito eléctrico o al hablar con su hermano sobre termodinámica. En Artículo14 hablamos con cuatro mujeres que comparten una pasión técnica y una convicción firme: la ingeniería no es cosa de hombres, sino de personas curiosas, resolutivas y con ganas de transformar el mundo.
Son cuatro profesionales con trayectorias diversas, que en la actualidad trabajan en empresas asociadas a Tecniberia y cuyas historias sirven de inspiración para que más niñas y jóvenes se animen a seguir sus pasos. Esta es la razón por la que, desde el año 2015, impulsado por la UNESCO y la ONU-Mujeres el 23 de junio se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería.
Vocación
¿Cuándo decidiste que querías ser ingeniera y qué apoyos o resistencias encontraste en ese camino?
Antonia Cuevas (jefa de proyectos en AC2 Innovación, consultora especializada en metodología BIM aplicada a infraestructuras y administraciones públicas): “Descubrí mi vocación por la ingeniería en los últimos años del instituto, cuando empecé a profundizar en asignaturas como física y matemáticas. Esa conexión con las ciencias, unida a mi curiosidad por entender cómo funcionan las cosas, me llevó a decidir orientarme hacia las ingenierías. Con el tiempo, me decidí por la ingeniería civil porque me ilusionaba la idea de participar en proyectos que realmente mejoraran la vida de las personas.
Siempre he tenido la suerte de contar con el apoyo incondicional de mi familia. También de mis compañeros, con los que compartir el esfuerzo, los fracasos, y superar juntos los momentos de duda. Precisamente todo eso me ha enseñado a ser constante, a aprender de los errores y a no rendirme.”
“Tú serás ingeniera”
Silvia Serrano (responsable de Desarrollo de Negocio de Energía e Industria en SOCOTEC España, con una larga trayectoria en ingeniería industrial y eficiencia energética): “No fue tanto por vocación como por influencia familiar. Vengo de una familia donde los ingenieros y arquitectos abundan. Mi verdadero dilema no fue si estudiar ingeniería o no, sino descubrir cuál de las ramas me gustaba más.”
Noelia Velasco (jefa de grupo del departamento de instalaciones en edificación en INCOSA, al frente de un equipo multidisciplinar de ingenierías técnicas): “Recuerdo que fueron como en dos momentos, el qué y el cuál. El qué fue gracias a un profesor del instituto de la asignatura de Tecno, con 13 o 14 años. Me gustaba esa asignatura y me motivaba asignándome la responsabilidad de líder de grupo de proyecto.
Fue él que me dijo: ‘tú serás ingeniera’. Luego, unos años más tarde, mi hermano me explicaba un diagrama entálpico… No entendía todo, pero me hizo ver que eso me llamaba mucho la atención, así que busqué una ingeniería que tuviese asignaturas como termodinámica, fluidos, etc., y así acabé matriculándome en una ingeniería industrial.”
Diana Jiménez (arquitecta técnica en el Departamento de Edificación de INESPRO, donde desarrolla proyectos de arquitectura e instalaciones con foco en digitalización): “A temprana edad no sabía qué carreras existían ni a cuál me quería dedicar. Quería ser profesora porque se me daba bien enseñar. La decisión por el tipo de carrera la tomé en bachillerato cuando materialicé mis gustos por la parte técnica y de diseño que venía teniendo desde niña. Siempre conté con el apoyo de mi familia, por lo que todo fue más fácil.”
Mujer en un entorno masculino
¿Te has sentido alguna vez cuestionada por ser mujer en un entorno técnico? ¿Cómo lo has gestionado?
Antonia Cuevas: “En uno de los primeros proyectos en los que participé, era la única mujer y la más joven del equipo, y eso generó algo de recelo inicial. Sin embargo, con el tiempo me integré completamente. He gestionado estas situaciones desde la profesionalidad y la cercanía. Demostrando día a día tu capacidad, tu implicación y tu compromiso, cualquier prejuicio desaparece.”
Silvia Serrano: “Mi experiencia ha sido un poco distinta. El mayor problema que tuve fue cuando nació mi segunda hija: mi jefe no quiso cubrir mi trabajo durante la baja maternal. Esa situación me dio el empujón que necesitaba para montar mi propia empresa. Convertí ese obstáculo en una oportunidad para hacer lo que realmente quería.”
¿Has aprobado estructuras?
Noelia Velasco: “Cuando me restaba por presentar el proyecto de fin de carrera, me presenté a una oferta de trabajo que tenía un profesor. La entrevista fue: ‘¿Pero tú has aprobado estructuras? Y respondo, claro, solo me falta el proyecto. ¿A qué país te has ido para sacar esa asignatura?’ (había países como en Rumania que ibas a sacar las asignaturas mas difíciles y te venias con 8…). Yo me saqué la carrera en mi ciudad natal, con matrícula de honor y proyecto Cum Laude.
Su respuesta fue: si si ya…lo siento, pero no eres lo que busco. Años después nos encontramos y me espetó: ‘Me has levantado varios contratos’. Y mi respuesta fue: ‘En su día no me quiso, ahora que no llore’.”
Diana Jiménez: “Hasta ahora, no me he sentido subestimada por ser mujer. Siempre he notado el respeto y el valor por el trabajo tanto de hombres como de mujeres. Sí he notado el hecho de ser joven en un sector de mucha experiencia, en el caso de obra, en donde te dicen que ‘toda la vida se ha hecho de esta manera’. Al principio cuesta hacer entrar en razón, pero a base de perseverancia lo he conseguido.”
Inspiración
¿Cómo superar el miedo de las niñas y jóvenes hacia las carreras técnicas? ¿Qué tres cosas cambiarías para que se animen a estudiar ingeniería?
Antonia Cuevas: “Superar el miedo empieza por derribar los estereotipos que nos hacen creer que ciertas disciplinas no son “para nosotras”. Les diría que no se limiten, que la duda es parte del proceso. Para fomentar las vocaciones: dar un enfoque más práctico y experimental a la enseñanza de las ciencias para despertar curiosidad, proporcionar mayor visibilidad a mujeres referentes y establecer programas de mentoría y acompañamiento.”
Silvia Serrano: “El principal problema es la falta de referentes y la persistencia de ciertos estereotipos. Hay que aumentar la visibilidad de mujeres ingenieras en todos los ámbitos, las niñas necesitan imaginarse a sí mismas en esos roles; cambiar el enfoque de enseñanza haciéndolo más práctico con soluciones a problemas reales y fomentar programas de mentorías. Es fundamental contar con ese apoyo que te ayude a superar las inseguridades iniciales y te demuestre que tú también puedes hacerlo.”
Despertar curiosidad
Noelia Velasco: “Tienen que prestar atención a lo que les llama la curiosidad, plantearse preguntas y este tipo de formación ofrece las respuestas, pero tiene que generarte atracción. Este tipo de carreras dan respuestas a cosas como por qué flotan los barcos o vuelan los aviones… Pero sobre todo, que lo que hagan, lo hagan con pasión, que es uno de los secretos del éxito tanto personal o profesional.”
Diana Jiménez: “Actualmente, la educación de base en las niñas está guiada para que ellas puedan hacer lo que se propongan, pero es cierto que las mujeres estamos muy poco representadas en carreras STEM. Creo que se puede fomentar desde temprana edad una mentalidad de crecimiento. También generar entornos lúdicos para fomentar la curiosidad. Y enseñar a confiar en esa curiosidad y capacidad para resolver problemas. La ingeniería no es solo números y fórmulas, es creatividad, innovación y la oportunidad de dar forma al mundo que nos rodea.”
De la idea a la realidad
La ingeniería es para ti…
Antonia Cuevas: “La herramienta que convierte las ideas en realidad. La disciplina que permite transformar una necesidad social en una solución tangible, funcional y sostenible. Como ingeniera civil, he aprendido que no se trata solo de diseñar, construir o mantener puentes, carreteras o presas; se trata de pensar estratégicamente, de entender el contexto, de anticipar los retos y de integrar el conocimiento técnico con una visión humana. La ingeniería se ha convertido en una profesión en constante innovación que contribuye a mejorar la calidad de vida. Como mujer, la ingeniería es una vía para demostrar que el talento y la capacidad no tienen género.
Silvia Serrano: “Mi vida. Es una forma de pensar que me ha enseñado a simplificar problemas complejos, a ser pragmática y a relativizar situaciones. Lo que más valoro es cómo estos principios de la ingeniería se han trasladado a mi vida cotidiana, dándome herramientas para enfrentarme a todo tipo de situaciones, no solo las profesionales. Ser ingeniera me ha dado una mentalidad que permite ver soluciones donde otros ven problemas.”
Espíritu analítico
Noelia Velasco: “Una forma de vida. Estas profesiones te aportan un espíritu analítico y conocimientos que te hacen mirar las cosas desde otro punto de vista. Como me dijo mi hijo cuando tenía 3 años al entrar en un restaurante y preguntarle porqué miraba constantemente al techo: ‘ no sé Mamá, yo también quería ver si veo las cosas bonitas que ves tú siempre mirando hacia arriba‘.”
Diana Jiménez: “Una fuente de creación y mejora continua. Es reconfortante ver ejecutado un proyecto en el que alguna de las decisiones fue tu aportación, y sobre todo, comprobar que sigue funcionando con el tiempo.”