La provincia de Castellón alberga un enclave natural de singular valor, reconocido por sus características geológicas y la calidad de sus aguas. Este destino es un paraíso secreto con agua fresca, y es accesible tanto desde la ciudad de Castellón como la de Valencia. Está apenas a media hora de la primera, y a menos de una hora desde la segunda. El lugar ofrece una alternativa de ocio y bienestar en un entorno de notable belleza del paisaje.
Un paraíso secreto con agua fresca en Castellón
Situado en la comarca del Alto Palancia, Navajas se erige como un punto de referencia para aquellos que buscan una experiencia aventurera en entornos fluviales y cascadas naturales. El municipio tiene varias cualidades que lo convierten en una opción idónea para excursiones diurnas o estancias breves.
El principal atractivo del Salto de la Novia, nombre del paraje, es la Cascada del Brazal. Es una caída de agua de aproximadamente 30 metros de altura que forma una piscina natural a sus pies. El volumen del caudal varía según la época del año, siendo más impresionante tras periodos de lluvia. La transparencia de sus aguas permite la observación del suelo rocoso, y sus aguas son frescas durante gran parte del año.
El curioso nombre del paraje de la cascada de Navajas deja pensando a quien lo conoce. El supuesto origen de El Salto de la Novia es bastante peculiar. Según cuenta la leyenda, por estos lares, antes de sellar su unión, las parejas debían someterse a una peculiar prueba de amor y valentía. La novia, frente a la expectación de todos, debía saltar a la orilla opuesta del río en su punto más estrecho. Si lo lograba, se auguraba un matrimonio feliz y una devoción inquebrantable. Si fallaba, el compromiso se rompía, convencidos de que la desgracia los acecharía.
Un día, una alegre pareja se dispuso a cumplir con el rito. La multitud observaba con expectación el momento clave. La novia tomó impulso, pero el destino quiso que se resbalara y cayera al río. Para su desgracia, se vio arrastrada por una corriente hacia una muerte inevitable. Sin dudarlo, el novio se lanzó al agua, en un intento desesperado por salvar a su amada. Pero el torbellino también lo atrapó.
En cuestión de instantes, ambos desaparecieron bajo las aguas. Horas después, los cuerpos de aquellos amantes con un terrible destino fueron encontrados flotando juntos, y parecía que se abrazaban. Desde entonces, en las noches de luna llena, se dice que el río entona un lamento dulce y melancólico, como si el propio cauce se lamentara de haber acabado con la vida de dos seres que se amaron mucho.
Más allá de la leyenda
Más allá de la contemplación de la cascada y el baño en sus pozas, se pueden realizar diferentes paseos por los paseos a lo largo del río Palancia. La vía verde de Ojos Negros, una de las más largas de España, sigue una antigua línea férrea minera, es impresionante. Ideal para recorrerla andando o en bicicleta.
Y el pueblo de Navajas bien vale la pena una visita. La localidad conserva elementos de interés arquitectónico, como la Torre Altomira de origen árabe, que se erige como un símbolo local y ofrece vistas panorámicas del valle. El centro urbano cuenta con un precioso olmo centenario rodeado de villas del siglo XIX, maravillosas de ver y de envidiar. Importante no pasar por alto sus sabrosos productos gastronómicos y el vino de la comarca.
Más allá de su leyenda y de su paraíso secreto con agua fresca, Navajas es uno de esos pueblos mediterráneos con paisajes naturales y acuáticos donde vivir una escapada inolvidable.