La relación entre Donald Trump y Elon Musk ha pasado de la cordialidad estratégica a una confrontación abierta y viral. Lo que comenzó como una colaboración entre poder político y poder económico ha derivado en un enfrentamiento sin precedentes, alimentado por las redes sociales y por declaraciones incendiarias en ambos frentes.
Esta nueva guerra entre el presidente estadounidense y el CEO de Tesla y SpaceX amenaza con tener consecuencias políticas, económicas y tecnológicas de gran calado.
El detonante: el “Big Beautiful Bill”
La chispa que encendió el conflicto entre Donald Trump y Elon Musk fue una ley conocida como el “Big Beautiful Bill”, promovida por la Casa Blanca y aprobada a toda velocidad por el Congreso. Durante una reunión en el Despacho Oval con el canciller alemán Friedrich Merz, Trump reaccionó a las críticas públicas de Musk sobre esta normativa con desdén y decepción. “Elon y yo teníamos una gran relación. Ya no sé si la tenemos”, declaró.
En esa misma comparecencia, Donald Trump afirmó que Elon Musk conocía todos los detalles del proyecto legislativo y que su desacuerdo era oportunista. “Estoy muy decepcionado. Le ayudé mucho. Él lo sabía todo”, dijo el presidente, insinuando una traición personal más que una discrepancia ideológica.
Musk responde y se desata la tormenta
Pocas horas después, Elon Musk contraatacó desde su cuenta de X, negando rotundamente haber tenido conocimiento del proyecto. “¡Falso! Esta ley jamás me fue mostrada ni una sola vez, y fue aprobada en plena madrugada sin que ni siquiera el Congreso tuviera tiempo de leerla”, escribió. La escalada de tensión entre Donald Trump y Elon Musk ya era imparable.
False, this bill was never shown to me even once and was passed in the dead of night so fast that almost no one in Congress could even read it! https://t.co/V4ztekqd4g
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
Musk, además, fue más allá en sus críticas, asegurando que sin su apoyo en redes sociales Trump habría perdido las elecciones. Denunció “una ingratitud tremenda” por parte del presidente y advirtió que el nuevo rumbo de la administración podía provocar una recesión inminente.
Amenazas cruzadas y represalias en el aire
La reacción de Donald Trump fue inmediata. Desde su plataforma Truth Social, amenazó con retirar a Musk todas las subvenciones públicas y contratos gubernamentales que SpaceX y Tesla tienen con distintas agencias federales. La tensión entre Donald Trump y Elon Musk alcanzaba así un nuevo nivel, con implicaciones para la política espacial de Estados Unidos.
Como respuesta, Musk lanzó su propia amenaza: desactivar la nave Dragon, responsable del regreso de varios astronautas desde la Estación Espacial Internacional. Aunque horas más tarde se retractó, el daño simbólico estaba hecho. El pulso entre ambos líderes ya no era solo personal, sino también institucional.
Acusaciones graves y una supuesta conspiración
En su escalada verbal, Elon Musk acusó a la administración Trump de no haber desclasificado los archivos del caso Epstein por miedo a que implicaran al propio presidente. Desde la Casa Blanca, se calificaron estas declaraciones como “un episodio lamentable”, sin más aclaraciones.
Time to drop the really big bomb:@realDonaldTrump is in the Epstein files. That is the real reason they have not been made public.
Have a nice day, DJT!
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
Mientras tanto, figuras afines a Trump, como Steve Bannon, avivaron el fuego. Bannon sugirió que se investigara el estatus migratorio de Musk y aseguró que debía ser deportado por “ser un inmigrante ilegal”. Las palabras del exasesor presidencial añadieron una nueva dimensión al conflicto entre Donald Trump y Elon Musk, ya de por sí extremadamente volátil.
Consecuencias económicas inmediatas
La guerra abierta entre Donald Trump y Elon Musk no se limitó al terreno político. Las acciones de Tesla se desplomaron un 14,2% en una sola jornada bursátil. Eso supuso una pérdida de más de 152.000 millones de dólares en capitalización para la compañía. Según el índice Bloomberg Billionaires, Musk perdió casi 8.730 millones de dólares en patrimonio personal tras el colapso.
El impacto financiero del enfrentamiento entre Donald Trump y Elon Musk revela hasta qué punto la batalla de egos entre ambos puede afectar a mercados globales y al tejido industrial de Estados Unidos. La incertidumbre se cierne ahora sobre el futuro de Tesla, SpaceX y los múltiples acuerdos con organismos públicos.