El conflicto de Estados Unidos e Irán ha escalado de manera significativa tras los bombardeos lanzados por Washington durante la madrugada del sábado al domingo. En un movimiento sin precedentes desde hace décadas, la potencia estadounidense ha atacado de forma directa tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán.
Esta ofensiva marca la entrada oficial de Estados Unidos en la guerra no declarada entre Irán e Israel, alterando por completo el equilibrio regional.
¿Qué es Fordow y por qué ha sido el blanco principal?
Dentro del conflicto de Estados Unidos e Irán, la planta subterránea de Fordow representa uno de los elementos más críticos del programa nuclear iraní. Ubicada a unos 100 kilómetros de Teherán, Fordow es capaz de enriquecer uranio hasta niveles del 60%, según informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Sin embargo, la inteligencia occidental sostiene que Irán llegó a alcanzar un nivel de enriquecimiento del 83,7%. Peligrosamente cerca del 90% necesario para fabricar un arma nuclear.
Por eso, el ataque a Fordow con bombas antibúnker GBU-57, capaces de penetrar más de 60 metros de roca, simboliza un mensaje claro de Estados Unidos: no se tolerará un Irán nuclear. En el contexto del conflicto de Estados Unidos e Irán, esta planta no solo es un símbolo del desafío iraní, sino un objetivo táctico de primer nivel.
Natanz, el otro gran bastión nuclear
En el marco del conflicto de Estados Unidos e Irán, Natanz es otro enclave clave. Situado en la provincia de Isfahán, este centro nuclear está compuesto por una red de túneles fortificados donde se fabrican centrifugadoras de uranio.
Israel ya lo había atacado días antes, pero Estados Unidos ha redoblado la presión con misiles Tomahawk. Y, según fuentes del New York Times, con al menos dos bombas GBU-57.
La instalación, considerada un núcleo estratégico del plan nuclear iraní, ha sido durante años un dolor de cabeza para Occidente. Su destrucción parcial o total tendría implicaciones enormes en el desarrollo atómico de Teherán, aumentando la tensión dentro del conflicto de Estados Unidos e Irán.
¿Qué pasa en Isfahán?
El tercer objetivo del ataque, la provincia de Isfahán, alberga no solo la planta de Natanz, sino uno de los centros de investigación nuclear más importantes de Irán.
Construido con ayuda china en los años ochenta, el complejo cuenta con tres pequeños reactores y una plantilla de más de 3.000 científicos.
Aunque aún no se ha confirmado cuál fue el blanco exacto de los bombardeos estadounidenses en esta zona, su relevancia dentro del conflicto de Estados Unidos e Irán radica en el peso estratégico que representa: investigación, desarrollo y formación científica nuclear.
El arma elegida: la temida GBU-57
El uso de la bomba antibúnker GBU-57 revela el nivel de preparación y el grado de intencionalidad con el que Estados Unidos ha entrado en el conflicto de Estados Unidos e Irán. Este proyectil de 13 toneladas, transportado exclusivamente por los bombarderos furtivos B-2 Spirit, está diseñado para perforar las defensas subterráneas más robustas del planeta.
Su capacidad para causar daños devastadores en galerías bajo tierra la convierte en el arma ideal para atacar instalaciones como Fordow y Natanz.
Según el presidente Trump, seis de estas bombas fueron lanzadas sobre Fordow y otras dos en Natanz. Por su parte, más de treinta misiles Tomahawk impactaron otras estructuras clave.
¿Cómo ha respondido Irán?
La reacción iraní no se ha hecho esperar. El ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, prometió “consecuencias eternas” y dejó claro que Irán se reserva “todas las opciones” de defenderse ante la agresión estadounidense. A las pocas horas, Teherán respondió con una oleada de misiles contra Tel Aviv, causando al menos 16 heridos.
El conflicto de Estados Unidos e Irán ha dejado de ser una guerra por poderes para convertirse en un enfrentamiento abierto. Por primera vez, Estados Unidos bombardea objetivos dentro de Irán. Y este responde de forma directa contra un aliado regional clave como Israel.
La espiral de represalias se intensifica.
¿Qué consecuencias puede tener este ataque?
Este paso marca un punto de no retorno en el conflicto de Estados Unidos e Irán. Durante años, Washington y Teherán habían mantenido su enfrentamiento en un tablero indirecto.
Ataques cibernéticos, sabotajes, asesinatos selectivos y presiones diplomáticas. Ahora, la confrontación ha pasado al plano militar directo.
Además, Estados Unidos cuenta con más de una docena de bases militares en países colindantes con Irán, todas dentro del rango de alcance de los misiles balísticos iraníes. El temor a una guerra regional, o incluso a una guerra total en Oriente Medio, comienza a calar con fuerza en los análisis internacionales.