La escalada entre Israel e Irán ha colocado de nuevo sobre la mesa uno de los dispositivos más temidos del arsenal estadounidense. Se trata de la GBU-57, una bomba antibúnker diseñada para destruir instalaciones fuertemente protegidas bajo tierra, como el complejo nuclear iraní de Fordow.
Con más de 13.600 kilogramos de peso y la capacidad de penetrar a más de 60 metros de profundidad antes de detonar, la GBU-57 es el único proyectil conocido capaz de alcanzar las centrifugadoras subterráneas donde Teherán ha desarrollado parte esencial de su programa nuclear.
Fordow, el corazón enterrado del programa nuclear iraní
Situada cerca de Qom, al suroeste de Teherán, Fordow permanece como uno de los centros neurálgicos del programa atómico iraní. A pesar de los avances tecnológicos y las sanciones internacionales, las instalaciones apenas han cambiado en las últimas dos décadas. Pero bajo tierra, a unos 80 metros de profundidad, según la inteligencia israelí, se encuentra el núcleo del problema: las salas donde se enriquecen cantidades significativas de uranio, en algunos casos por encima del 83%.
Esa cifra, verificada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se acerca peligrosamente al 90% necesario para fabricar un arma nuclear. Por eso, Fordow se ha convertido en uno de los objetivos principales de la ofensiva israelí. Pero la infraestructura defensiva natural —una zona montañosa y fortificada— hace que solo un ataque quirúrgico con una GBU-57 tenga posibilidades de éxito.
¿Qué es la GBU-57 y por qué solo EEUU la posee?
Desarrollada por Boeing y en servicio desde 2011, la GBU-57 o Massive Ordnance Penetrator (MOP) es una bomba de caída libre no guiada por motor, cuyo impacto depende de la energía cinética que acumula en su trayectoria descendente. Con 6,2 metros de longitud, más de 2.400 kilogramos de explosivo y una carcasa capaz de perforar hasta 18 metros de hormigón armado, este proyectil está pensado para atravesar estructuras que ningún otro artefacto puede alcanzar.
La GBU-57 no ha sido utilizada nunca en combate real. Solo puede ser transportada por bombarderos B-2 Spirit. Una flota de 20 unidades que Estados Unidos mantiene, principalmente, en su base de Whiteman (Misuri). Según las últimas imágenes satelitales de Planet Labs, varios de estos bombarderos se encuentran actualmente en la base de Diego García, en el océano Índico. Eso indicaría una preparación operativa para misiones en la región.

Las informaciones filtradas por la prensa estadounidense en los últimos días apuntan a que altos mandos del Pentágono habrían puesto sobre la mesa el uso de la GBU-57 en un ataque conjunto con Israel, en caso de que la diplomacia fracase y el régimen iraní siga escalando su programa nuclear. El dilema es doble. Primero, el alcance real de la bomba sobre una infraestructura tan blindada como Fordow. Segundo, el coste político y militar de una operación de ese calibre.
Heather Williams, experta del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), señala en un informe reciente que “Israel necesitaría el apoyo directo de Estados Unidos o ejecutar múltiples oleadas de ataque para tener posibilidades reales de destruir Fordow”. Y que incluso con el uso de la GBU-57, “no existe garantía alguna de éxito total”.
Cómo sería un ataque con la GBU-57
Si Washington decidiera activar la GBU-57, el plan implicaría una operación quirúrgica. Un B-2 se elevaría hasta unos 12 kilómetros de altitud y soltaría el proyectil sobre Fordow. Sin motor, pero con un sistema GPS que guía el rumbo mediante alas traseras, la bomba caería con una potencia devastadora. Su peso y velocidad permitirían alcanzar profundidades equivalentes a un edificio de más de 20 pisos antes de detonar.
Se estima que Fordow tiene al menos seis accesos subterráneos identificados, con un edificio principal y otro secundario visibles desde el exterior. La geografía y las defensas antiaéreas en la zona —incluyendo lanzamisiles y unidades de artillería— hacen que cualquier incursión aérea sea extremadamente compleja, incluso con tecnología furtiva como la del B-2.