Opinión

Estarse quieto

Actualizado: h
FacebookXLinkedInWhatsApp

Blaise Pascal fue un matemático, físico, filósofo y teólogo francés del siglo XVII al que debemos la frase, que quizá conoces, que dice que la infelicidad del hombre se basa sólo en una cosa: que es incapaz de quedarse quieto en su habitación con sus pensamientos.

Cambia habitación por cualquier otro ambiente y piensa en cuánta gente conoces que no puede estarse quieta, que necesita estar continuamente haciendo algo, puede que incluso esa persona seas tú. A mí me vienen a la cabeza, inmediatamente, un puñado de amigos que cuando estamos en la playa son incapaces de sentarse y estar sin hacer nada. Necesitan pasear, jugar a las palas, ir a ver dónde se encuentra el chiringuito más cercano. No pueden estarse quietos. Todo lo contrario de lo que yo puedo hacer sin ningún esfuerzo cuando me siento en la playa: mirar cómo las olas vienen y van y se rompen en la orilla, seguir con la mirada a los que pasean por esa misma orilla, sentarme o tumbarme y no hacer nada.

Cada año en Seúl tiene lugar una competición donde los participantes compiten por ver quién hace mejor nada durante hora y media. Sí, has leído bien. Es un concurso donde tienes que estarte quieto, sin hacer nada, noventa minutos. A simple vista puede parecer algo muy sencillo, pero parece que no lo es tanto. Gana quien obtiene la puntuación combinada más alta según dos criterios: pulso más bajo y más constante (que se mide cada quince minutos), junto con un voto de popularidad del público, que siempre es muy subjetivo.

El número de participantes en cada edición es de unas ochenta personas y tan sólo este año hubo cuatro mil solicitudes para participar. Esta competición, denominada Space-Out, fue fundada en 2014 por una artista surcoreana conocida como Woops Yang como una reivindicación de que, en esta sociedad hiperproductiva, el tiempo de no hacer nada no es tiempo perdido.

Y decía que no parece sencillo participar en esta competición. Lo primero es aguantar tanto tiempo en la misma posición, no puedes levantarte, ni estirarte, puedes estar sentado o tumbado y el cuerpo puede empezar a doler. Lo segundo y principal, controlar la mente cuando ésta no tiene nada que hacer ni nada con que distraerse o entretenerse, que parece que es aún más difícil que lo anterior.

En julio de 2014 se publicó en la revista Science un estudio titulado: “Just Think: The Challenges of the Disengaged Mind”, una investigación en psicología social liderada por Timothy D. Wilson, de la Universidad de Virginia, y sus colegas que quisieron comprobar qué ocurre con la mente humana cuando no tiene nada que hacer.

La mayoría de las personas que formaron parte del experimento confirmaron que habían encontrado muy difícil y hasta desagradable pasar un periodo de tiempo (que iba desde los 6 a los 15 minutos) a solas consigo mismos sin ninguna distracción o entretenimiento, por ejemplo, un libro o el móvil. Sólo ellos con sus pensamientos. Casi el cincuenta por ciento de los participantes señalaron que la experiencia de sólo pensar les resultaba desagradable y no podían concentrarse. Pero aún hay más.

Lo más sorprendente de este estudio es que los participantes tenían la posibilidad de administrarse una descarga eléctrica (que previamente habían probado y confirmado que era dolorosa) y el 67% de los hombres y el 25% de las mujeres se la administraron mientras estaban sentados en silencio. Mejor una descarga dolorosa que estar sin hacer nada, debieron pensar.

La conclusión de los investigadores en este estudio fue que la mente está diseñada para interactuar con el mundo exterior y cuando está desprovista de estímulos e interacciones, parece que no sabe qué hacer, con un problema añadido, y es que en estos momentos los pensamientos tienden a ser desagradables o comienzan ciclos de pensamientos obsesivos.

Así que parece ser que estarse quieto, estar solo con uno mismo es algo que la mayoría de la gente no quiere hacer y no sabe hacer. Que probablemente Pascal, el filósofo, tenía razón. Y el concurso de Seúl no es, por tanto, tampoco fácil de ganar. Este concurso ya se ha celebrado en otras partes del mundo, así que no dudes que terminará llegando. Yo creo que lo que peor llevaría sería el estar todo el tiempo sin cambiar de postura, pero si es posible estar ahora sentada, estar ahora tumbada, pienso que hasta podría ganar si tengo el favor del público.

TAGS DE ESTA NOTICIA