Desde adolescente, Vanessa Antuña siguió sus inquietudes acerca de la reparación de máquinas y de explorar el mundo a través del mar. Un sueño que cumplió al ingresar en la Armada, y que además demostró que dominaba al ser la primera mujer número 1 de una promoción de Sargentos de este Ejército.
Un gran hito donde demostró que, con entrega y esfuerzo, es posible conseguir lo que parece muy difícil. Esta es su historia y su trayectoria militar.
De Caracas a Castellón, y de Castellón a la Armada
Vanessa Antuña Fernández nació en el año 1989 en Caracas, Venezuela. Siendo pequeña, su familia se mudó a Castellón, en la Comunidad Valenciana.
No había tenido ningún contacto previo con la vida castrense, ni en Venezuela ni en España. Pero empezaron a surgirle deseos de “dejar el nido”, conocer mundo y navegar por los mares y océanos.
Así pues, descubrió la opción de ingresar en la Armada. Motivada por el reto, con tan sólo 18 años, se decidió y consiguió ingresar en dicho Ejército.
Ella no sabía muy bien el gran reto que esto significaba, pero avanzó en su formación con muy buenos resultados. Hasta que en octubre de 2009, se convirtió en Marinero, tras completar la especialidad de Mecánica.
Como mujer curiosa y valiente, escogió dicha especialidad porque su padre es mecánico de coches. Ella le ayudaba desde pequeña con su labor, e incluso investigaba los motores y otras piezas por su cuenta.
Sabía que, al conseguir esa especialización, podría seguir descubriendo el funcionamiento máquinas y motores de todo tipo. Pero ahora, en vez de coches, de maquinaria relacionada con el mar y sus faenas. Y, al parecer, a ella le encantó la experiencia.
El día en que Vanessa se convirtió en la primera mujer número 1 de su promoción de Sargento en la Armada
Tras aquella graduación, Vanessa pasó por varios servicios y destinos.
No obstante, su gran hito llegó el 12 de julio de 2019. Antuña Fernández formaba parte de la LXXX promoción de suboficiales del Cuerpo General de la Armada y de Infantería de Marina. Y, ese día, se convirtió en la primera mujer en ser la número 1 de promoción de Sargentos de toda la historia de la Armada.
El acto se celebró en la Escuela de Suboficiales de la Armada, en San Fernando (Cádiz). Vanessa fue acompañada por su familia, que se mostró muy orgullosa de ella.
La joven, ya con 30 años y 10 años de experiencia militar, recibió la condecoración de Cruz del Mérito Naval por su “brillante expediente académico” de manos del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Teodoro E. López Calderón. El sable especial se lo entregó Irene García, presidenta de la Diputación de Cádiz.
En la promoción, hubo ese año 145 compañeros y compañeras, siendo parte de esa cifra 15 mujeres. Las nuevas sargentos tienen las especialidades de administración (1), alojamientos (3), Maniobra y Navegación (1), Sistemas (3), Energía y Propulsión (6), además de una (1) Dama en el Cuerpo de Infantería de Marina.
Su siguiente destino fue la 31ª Escuadrilla de Superficie, en Ferrol, Galicia. Allí, forma parte de una de las fragatas clase Álvaro de Bazán (F-100).
Estos buques pioneros europeos sirven de escolta oceánico, cuentan con capacidad antiaérea y ofrecen una gran flexibilidad en caso de conflicto, tanto en la costa como en alta mar.
Seguro que a Vanessa la quedan por delante muchos años de servicio. Quizá con nuevas escalas. Pero algo que es ya imborrable es su excelente rendimiento y esfuerzo para conseguir derribar una barrera más por parte de las mujeres en la Armada.
Ahora, su figura inspira a otras mujeres en formación de sargento a perseguir el reto de ser las mejores de todas sus promociones.