El servicio militar queda grabado en el corazón para siempre, con sus mejores y peores aspectos. Eso lo lleva dentro Patricia Campos Doménech, ahora ex militar y primera mujer piloto de reactor de la Armada entre 2005 y 2013.
Su otra gran pasión es el fútbol, y tras dejar la Armada, encontró en este una manera de vivir su vida y de ayudar a las mujeres en posiciones desfavorecidas. Esta motivación le ha llevado incluso a Uganda, lugar donde ha cambiado muchas vidas a través de la pelota.
Patricia Campos Doménech, la primera mujer piloto de reactor de la Armada de España

Patricia Campos Doménech nació el 12 de marzo de 1977 en la localidad de Onda, en la provincia de Castellón, Comunidad Valenciana.
Siempre contó con el apoyo de su madre, a quien acompañaba en tareas de voluntariado. Pero su padre era un maltratador al que no soportaba, según contó en una entrevista con TodoLiteratura.
Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Valencia, y llegó a colaborar con varios medios de comunicación deportivos en Castellón. El deporte, y concretamente el fútbol, es una de sus grandes pasiones.
En su tiempo en la universidad, descubrió una fuerte pasión por el vuelo, y decidió prepararse las oposiciones para entrar al Ejército.
Finalmente, en el año 2005, aprobó las oposiciones e ingresó en la Armada. Concretamente, en la Escuela Naval Militar, donde realizó su formación castrense como piloto de reactor. Sólo había dos plazas, y una la ocupó ella.
Al completar su formación, Patricia se convirtió en la primera mujer piloto de la Armada, única de reactor durante mucho tiempo. Llegó a volar tanto helicópteros militares como aviones reactores.
Su destino fue la IV Escuadrilla, en la Base Naval de Rota, en Cádiz. Se especializó en transporte de personalidades VIP, transportando desde militares de alto rango hasta a la Familia Real de España.
Además del sueño de volar, compatibilizó su labor militar con el fútbol. La Armada no tenía equipo femenino, pero ella pudo unirse como jugadora de la selección de fútbol femenino de la Armada de Estados Unidos.
Al compartir base con ellas en Rota, y tras una negativa inicial, consiguió empezar a jugar en el equipo. Llegó a ser su capitana, jugando con las norteamericanas en Mundiales militares y otras competiciones.
Un giro radical en favor de las mujeres y de sus sueños

Tras ocho años de servicio con una gran profesional y discreción, Patricia puso fin a su carrera militar en el año 2013. Llegó a ser alférez de navío.
Este suceso y otros tantos, lo trató en su obra autobiográfica Tierra, mar y aire, publicado por Editorial Roca tres años después de dejar el servicio castrense.
Ya en la universidad, Campos descubrió que era homosexual. Algo que en su día era motivo de reacciones machistas en la Armada, según su perspectiva contada en el libro. Asegura que, a pesar de no revelar su condición sexual, “no le compensaba vivir de ese modo” en su situación.
Así pues, tras dejar la Armada, se fue a Estados Unidos a perseguir su sueño de ser entrenadora profesional de fútbol. Allí consiguió otro hito, al ser la primera española entrenadora de fútbol profesional en Estados Unidos y una de las primeras mujeres en general. Entrenó al Carlsbad United F.C.
En 2017, se mudó a Hawái para entrenar a las Honolulu Bulls Soccer Club. Trabajo que compaginó como miembro del departamento de finanzas de la Universidad de Hawái.
Asimismo, forma parte de los proyectos sociales Goals for Freedom y Proyecto Supera-T. Nunca abandonó el voluntariado, y sentía que podía ayudar a las mujeres del mundo a través de su gran pasión, el fútbol.
De este modo, empezó a participar con Goals for Freedom y se marchó a Uganda para ayudar a las mujeres, incluso a las estigmatizadas por estar enfermas de SIDA. A través de partidos femeninos y mixtos, ayuda a romper poco a poco la situación de desiguladad de la mujer en el país.
Esta labor llevó a la que fuera primera mujer piloto de la Armada a ser galardonada con la Medalla de Oro de la Real Orden al Mérito Deportivo en el 2022. Fue un reconocimiento por su trayectoria deportiva antes, durante y después de la Armada y su labor social a través del balompié.
Actualmente, Campos Doménech reside en Valencia. Y sigue colaborando con estas ONGs, además de comentar partidos y escribir para el diario deportivo AS.
Sobre un posible retorno, asegura que sigue llevando el servicio en el corazón. “Me encantaría volver si las cosas cambian, aunque creo que es difícil”, expresó en el año 2016 para Público. Pero le enorgullece su labor pasada, y espera haber inspirado a otras mujeres después de su hito en la Armada.


