Alberto Núñez Feijóo hizo una nueva exhibición de fuerza en la calle, la sexta desde que tomó las riendas del PP en 2022. Él mismo habló de cien mil personas en la plaza de España de Madrid y calles aledañas, una cifra que el Gobierno central rebajó a la mitad. Sea como fuere, una auténtica multitud que clamó para que Pedro Sánchez tire la toalla y convoque elecciones generales. “Ríndase a la democracia”, exclamó el líder gallego, arropado por los principales referentes de su partido.
Con la habitual batalla política sobre el número real de asistentes ya en los medios, el PP retó al PSOE a que se mida con él en las calles. “La semana que viene, en el mismo lugar y a la misma hora, tienen la oportunidad de congregar a más gente que nosotros”, le emplazaron. “Que convoquen una manifestación y comparamos la potencia en las calles de Sánchez y de Feijóo”, se reafirmaron en Génova.
Para los populares, el éxito de convocatoria es incontestable. Más aún, a tenor de que “el PSOE verde” -como denominan en Génova a Vox- “boicoteó” la convocatoria. “Hay ganas de elecciones”, defendieron.
Pero, en la práctica, los barones autonómicos que se secundaron a su líder se marcharon de Madrid con una sensación amarga. Otra vez, como cada vez que se han manifestado en los últimos meses. Tras la protesta, Sánchez continúa en la Moncloa pese a los múltiples escándalos que le rodean y Feijóo liderando la oposición. Nada se mueve en el tablero de juego.
“Seguimos manteniendo la intensidad en la calle, hemos visto incluso a Macarena Olona en el acto, pero Sánchez tiene la cara más dura que el cemento armado y ni se inmuta”, resumía un presidente regional. “Tras el subidón, hay que seguir pedaleando”, añadía otro barón popular, ya de vuelta a casa.
En el entorno de Feijóo ven muy improbable que Sánchez adelante los comicios generales. “Serán en 2027, cuando tocan”, dijo el presidente el viernes, cuando se citó en Barcelona con el poder autonómico. “Cuanto peor esté, más se aferrará al puesto”, conceden en la dirección del PP. Pero el líder gallego no quiere bajar la intensidad, aunque le acusen de estar instalado en la hipérbole. “Seguiremos” con la ofensiva judicial, institucional y política, avanzan fuentes de su equipo.
El protagonismo de Ayuso
La siguiente pantalla es el congreso nacional del PP. En Génova quieren que el cónclave sirva para catapultar a su líder, que pretende erigirse en alternativa a Sánchez. “El Estado funcionará, los españoles responderá y yo estaré a la altura de este gran país”, afirmó este domingo. Si bien, en la cita también se actualizarán las ponencias de estatutos y política, e Isabel Díaz Ayuso ya ha dicho que pretende dar la batalla para defender las ideas en las que cree.
“Defenderé lo que he dicho siempre en el PP de Madrid. Que sea un congreso donde un militante tenga un voto y valga lo mismo esté donde esté. Creo que todos los afiliados deben participar en los congresos y elegir a su presidente. Haré las propuestas necesarias para que se cumpla lo de un afiliado un voto en toda España”, anunció la presidenta de la Comunidad de Madrid el domingo en una entrevista en ABC. ¿Cómo? “Podría presentar una enmienda y mantenerla viva hasta el congreso”, explican fuentes del aparato.
La promesa de Ayuso choca con los planes de Feijóo, que pretende que el aparato vuelva a controlar el sistema de elección del candidato a liderar el partido. “Creo que las primarias a través de compromisarios, no en las primarias asamblearias. Los militantes eligen a los compromisarios, y éstos tienen la responsabilidad de elegir entre los candidatos”, es su receta. Y así lo saben María Guardiola y López Miras, encargados de redactar la ponencia de estatutos.
“Pensando a futuro”
“Ayuso está pensando a futuro”, sugiere un líder autonómico. No a presente -Feijóo será proclamado líder del PP y candidato a la Moncloa- sino a futuro. “Y ahí podemos tener un problema”, añade. “Si fuera por los afiliados, Ayuso ganaría de calle, en Madrid pero también en otras muchas partes de España”, interpretan en la estructura que ella dirige, tal y como avanzó este periódico.
Un furor entre las bases que se pudo comprobar este domingo en las calles de la capital, tal y como explican varios cargos consultados por este periódico. Pese al enfado de alguno de sus homólogos del PP por el choque en la conferencia de presidentes a cuenta de las lenguas cooficiales, Ayuso, que trasladó su respaldo a Feijóo, arrasó en popularidad. “España se ha adentrado en la peligrosísima senda de la dictadura de la minorías”, alertó.