El Gobierno ya no se atreve a garantizar que las próximas investigaciones en el marco del caso Koldo no vayan a arrojar nuevos nombres presuntamente involucrados en la trama corrupta que ha generado un terremoto en el PSOE y ha situado al Ejecutivo al borde del abismo.
“Me preguntan si van a aparecer más nombres. No lo sé”, asumió este martes la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Me preguntan por cuestiones que desconozco”, apostilló.
Alegría había sido preguntada por otros posibles implicados en el cobro de mordidas en adjudicaciones de obra pública, después de que el jueves se conociera el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que tumbó a Santos Cerdán, exsecretario de Organización socialista.
Desde que se destapó el informe de la UCO, Pedro Sánchez ha tenido que lidiar con la peor crisis de sus siete años en Moncloa. Ha protagonizado dos comparecencias en la sede del PSOE, en lo que ha anunciado unas pocas medidas, acotadas al ámbito del partido, y sin extensión en el Gobierno. A pesar de que la presunta trama operaba desde el Ministerio de Transportes, y de que sus socios y aliados parlamentarios reclaman actuaciones mucho más contundente.
Alegría no fue más allá, y sólo prometió que actuarán “con la misma contundencia” que han mostrado ante Cerdán, al que empujaron a renunciar a su escaño y a dimitir de su cargo como número tres. “Nosotros no vamos a tapar en ningún caso la corrupción”; “siempre vamos a dar la cara”, prometió.