Los barones del PP tuercen el brazo a Sánchez y le avisan: “Será una cumbre larga”

Pedro Sánchez salva in extremis la foto de Pedralbes. El Gobierno ha acabado cediendo a la presión de los barones del Partido Popular y ha ampliado el orden del día de la conferencia de presidentes, que finalmente se celebrará este viernes en Barcelona tal y como estaba previsto. El Ejecutivo acepta la totalidad de las reclamaciones de los populares, tal y como anunció Pilar Alegría al término del Consejo de Ministros.

Hasta que las comunidades del PP no recibieron el nuevo orden del día, no bajaron la guardia. Ya con el texto en sus manos, confirmaron su asistencia a la cumbre. Tal y como avanzó Artículo14, todos a una, los barones populares amenazaban con boicotear la cita si Sánchez no aceptaba sus reclamaciones. Habría sido un plantón simbólico, puesto que no habrían dejado solo al rey, que también estará en la conferencia.

El lunes por la tarde, las comunidades del PP enviaron una carta al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, en la que exigían incluir ocho temas concretos en el orden del día: la reforma de la financiación autonómica, la lucha contra la ocupación ilegal de viviendas, un plan energético para evitar apagones, la política migratoria, inversiones para frenar el caos ferroviario, el déficit de profesionales sanitarios, la financiación del primer ciclo de educación infantil y la retirada de los proyectos de ley de reforma del Poder Judicial y de la Fiscalía.

En caso de que Moncloa no aceptara sus demandas, y antes del plantón, los barones ya habían acordado ir al Tribunal Supremo y pedir “medidas cautelarísimas” para posponer la conferencia de presidentes. Alberto Núñez Feijóo, en contacto permanente con sus presidentes regionales, llegó a hablar de una “conferencia ilegalmente convocada”.

Pero Moncloa desactivó todos esos movimientos. Este martes, la portavoz del Gobierno confirmaba que todos esos asuntos reclamados por el PP serán abordados en la cumbre de Barcelona pese a las limitaciones de tiempo. En teoría, cada presidente autonómico tiene unos diez minutos de intervención. “Será una reunión larga”, avisa ya un barón popular. “Sánchez va a tener que aguantar un buen rato”, añade otro, dando a entender que el uso de los tiempos será laxo.

Ahora, las comunidades autónomas trabajan para dar forma a la reunión, que algunos ya sugieren que será “improductiva”. “Hemos ganado este pulso pero ahora tenemos que lograr que la reunión no sea un paripé”, explica un alto cargo del PP. “Tendremos que esperar a ver qué sale pero siempre ha sorpresas”, apuntaba otro líder regional en conversación con este periódico.

“Nuestros presidentes le han plantado cara al Gobierno y le han doblado el brazo. Sánchez tendrá su foto y nosotros, nuestras prioridades en el orden del día”, proclamó el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, resuelta la crisis. “En Barcelona no se hablará solo de lo que el Gobierno quiere sino de lo que los españoles necesitan”.

“Nos retaron como si fuésemos las federaciones socialistas que le dicen sí a todo, pero no nos achantamos pensando en los españoles. Y les hemos doblado el brazo”, añadió el presidente popular desde Logroño. Al igual que el resto de sus barones, Feijóo considera que la reunión será dura para el Gobierno y adelanta que sus barones serán exigentes: “Sánchez tendrá que escuchar las verdades que no quiere oír”, sentenció.