La soldado Patricia Santos ha estado destinada en el Regimiento de Transmisiones Nº1 y en la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra, en Hoyo de Manzanares. En la actualidad está destinada en el Puesto de Mando Desplegable del Batallón de Transmisiones de la Unidad Militar de Emergencias. Ahí, la militar se encarga, junto a otros compañeros, de proporcionar al Mando y al Cuartel General de la UME las capacidades de mando, control, telecomunicaciones e información necesarias para dirigir y controlar las operaciones que se le asignen.
En este sentido, una de las intervenciones más destacables en la que ha participado la militar ha sido la de la DANA. Aquella, comenta la soldado Santos, fue “dura” debido a los fallecidos, aunque la reconstrucción de los lugares afectados sirvió para que los voluntarios (la población civil) y el Ejército se unieran.
Pregunta: ¿Cómo es la vida laboral de un integrante de la UME? ¿Es una labor de dedicación exclusiva?
Respuesta: Esto es algo que te dejan muy claro antes de entrar en la UME. Tiene su parte buena y su parte negativa, por así decirlo, que es que vas a estar 24 horas a disposición del trabajo. Pero vamos, que al final se compagina porque, por ejemplo, también estoy estudiando.
P: Se cumplen 20 años desde que se creó la UME. ¿Cree que se ha generado una conexión entre los militares y la sociedad civil que a lo mejor antes no existía en el grado en el que se manifiesta ahora?
R: La cercanía del pueblo es un combustible para que podamos seguir trabajando. Es verdad que las Fuerzas Armadas siempre han salido cuando se han necesitado para emergencias, lo que pasa es que la UME es ahora la unidad para esas cuestiones.
P: ¿Qué motivo cree que ha suscitado esa conexión más cercana entre sociedad y, en este caso, la UME?
R: El pueblo siempre puede contar con todas las Fuerzas Armadas, aunque sí es cierto que la UME ha hecho que se vea más la labor de las Fuerzas Armadas.
P: ¿Ha habido alguna misión que le ha infundado respeto?
R: Creo que por muy bien entrenada que esté la UME y todo el Ejército, nadie te prepara para una emergencia porque no sabes qué te vas a encontrar.
Me acuerdo perfectamente cuando llegué a la zona afectada por la DANA, que iba con mi teniente y con mi cabo primero en un vehículo. Ahí me tuvo que golpear la cabo primero para decir: ‘Qué te está hablando el teniente’; me quedé congelada. Nunca sabes a qué te vas a exponer hasta que llegas.
Sin embargo, la misión principal es ayudar a la sociedad y siempre priorizas la protección del ciudadano y que la misión salga bien. La DANA, por desgracia, fue dura, pero los voluntarios y el Ejército se unieron en la reconstrucción.
P: ¿Fueron duras las imágenes que os encontrasteis en la zona DANA?
R: Era inevitable no emocionarse. Al final somos militares, pero también somos personas. Todos nos desahogamos con todos.