Puesta de largo del primer plan específico de empleo para el pueblo gitano en 2025, cuando se conmemora los 600 años de su llegada a la península ibérica. Un plan que busca cerrar una herida histórica y que tiene a las mujeres gitanas y a los jóvenes en el centro de su estrategia. Así, el próximo Consejo de Ministros aprobará el Plan de actuación para la mejora de la empleabilidad de la población gitana 2025-2028, con un presupuesto de 304,5 millones.
La falta de datos actualizados sobre esta población dificulta el análisis de su realidad: poco más de un 10% del millón que podría haber en España está registrado en los servicios públicos de empleo. “Queremos acompañar a 107.000 personas hacia el empleo digno, personas que ahora encuentran demasiadas puertas cerradas”, subrayó la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante la presentación del plan, que pone el acento en las mujeres: “Muchas quieren trabajar y no pueden”.
Este Plan ha sido diseñado en colaboración con las entidades más representativas de este colectivo y cuenta con el respaldo del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. Al evento de su presentación asistieron también el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo.
Radiografía de una desigualdad estructural
El punto de partida es una situación, en palabras de Yolanda Díaz, “en la que la realidad supera la ficción. No es solo una cuestión de empleo, es hablar de derechos humanos”, recalcó. El 86% de las familias gitanas viven en riesgo de pobreza y un 46% en pobreza extrema. Así, la pobreza infantil alcanza el 89% y el 62,8% del alumnado gitano sufre fracaso escolar. Menos del 2% accede a la universidad. El 60% de los jóvenes de entre 16 y 24 años ni estudia ni trabaja. “Llevamos décadas con Gobiernos ‘ninis’ y ahora tenemos una oportunidad para cambiar la radiografía”, incidió.
La consecuencia directa de estos datos es la dificultad para acceder al mercado laboral. En este colectivo, la tasa de paro (52%) triplica la media de la población general y más de la mitad se concentran en la venta ambulante cuando es una actividad que en el conjunto de la economía es residual. En el caso de las mujeres gitanas, la situación es dramática: apenas alcanzan una tasa de ocupación del 16,8%. “Muchas mujeres quieren trabajar fuera de casa y no pueden. Este plan les ofrece oportunidades para establecer un proyecto de vida sobre la base de un trabajo propio”, subrayó la vicepresidenta.
Empoderamiento femenino
El Plan se estructura en 14 medidas y cuenta con una línea específica de apoyo integral a las mujeres gitanas en entornos rurales y urbanos especialmente vulnerables. “Las mujeres son, con diferencia, el principal vector para la innovación y el emprendimiento rural”, señala el proyecto del Ministerio de Trabajo. “Las mujeres gitanas sufren una doble discriminación: por ser gitanas y por ser mujeres”, aseguró Carmen Santiago, portavoz del Consejo Estatal del Pueblo Gitano, que recalcó que “los gitanos no queremos vivir de subsidios sino aportar riqueza y contribuir a la igualdad de oportunidades”.
“Las mujeres gitanas sufren una doble discriminación: por ser gitanas y por ser mujeres”.
De esta forma, el plan prevé formación específica en competencias digitales, programas de autoempleo, modernización de la venta ambulante y acceso prioritario a las políticas activas de empleo. Por eso, una parte del plan se centra en acercar los servicios públicos a la comunidad gitana mediante personal especializado y atención adaptada. Para llegar a las mujeres, se formarán además mediadoras gitanas que puedan actuar como puente con las administraciones. “Nadie mejor que ellas conoce las barreras y las soluciones”, insistió Díaz.
En detalle
Entre las acciones previstas, destacan la formación en alternancia con el empleo, la formación con compromiso de contratación para 7.200 personas que actualmente no estudian ni trabajan, y programas digitales que alcanzarán a 26.750 personas en el periodo del plan. Estas medidas se acompañan de itinerarios personalizados, incentivos a la contratación y refuerzo de la movilidad laboral.
Nuestro trabajo es impulsar un país en el que las mujeres y hombres gitanos tengan las mismas oportunidades.Hoy damos un paso más hacia ese objetivo lanzando un Plan de Empleo para acabar con las desigualdades y las injusticias que sufren en España.
— Yolanda Díaz (@yolandadiaz.bsky.social) 2025-06-04T13:03:23.556Z
El plan cuenta con una inversión de 304,5 millones de euros durante los próximos cuatro años, un apoyo presupuestario que representa un hito: “También necesitamos recursos públicos a disposición de la población gitana”, enfatizó la ministra de Trabajo. Esta financiación será clave para lograr el objetivo de mejorar la empleabilidad real de las 107.000 personas gitanas desempleadas. Y hacerlo con políticas diseñadas no desde los despachos, sino “artesanalmente”, como señaló Díaz, “de la mano de quienes mejor conocen su realidad: ellos y ellas”.
Barreras
Durante su intervención, Yolanda Díaz no esquivó la autocrítica. “El 42% de los hogares gitanos que cumplen los requisitos del ingreso mínimo vital no lo reciben. Esto es el fracaso de la red pública”, denunció. Las barreras administrativas, el desconocimiento y la desconfianza institucional alimentan la exclusión, advirtió.
“Queremos un país donde las mujeres gitanas no necesiten un salvo conducto para soñar y trabajar”, dijo Díaz, en alusión a la conmemoración del entregado por el rey Alfonso V de Aragón a Juan y Tomás para peregrinar a Santiago. En el caso de las mujeres, para salir de la casa familiar a la que muchas se ven forzadas. Una situación que acentúa su vulnerabilidad.