Este martes 3 de junio, cumplidos 60 días sin presidente, millones de coreanos y coreanas están llamados a las urnas. Tras la declaración de una arbitraria ley marcial el 3 de diciembre por parte del entonces presidente Yoon Suk Yeol y el consecuente impeachment por parte de la Asamblea Nacional, Corea del Sur ha vivido una etapa sin precedentes.
Desde Artículo14 hemos querido analizar la situación de las mujeres coreanas en distintos aspectos de cara a las elecciones de este martes.
Población y esperanza de vida
Según KOSTAT, el portal estadístico por excelencia del país, la población en el último censo era de aproximadamente 51 .680.000 personas. Las 25.870.000 mujeres censadas constituyen alrededor del 49,9% de la población total del país, habiendo apenas unas decenas de miles de hombres más. Sin embargo, en los centros urbanos o dongs (동), las mujeres son mayoría, habiendo más mujeres que hombres en tres de las cinco grandes ciudades, Seúl incluida.
Según datos del World Bank, la esperanza de vida al nacer para una mujer coreana es de 86 años, la mayor de Asia solo por detrás de Japón y la región de Hong Kong, y diez años más alta que la media mundial siendo el 8º país con mayor esperanza de vida femenina del mundo.
Respecto a los hombres coreanos, cuya expectativa de vida al nacer ronda los 81 años, la diferencia en esperanza de vida es de cinco años, siendo ambos datos de los más altos del mundo y en concordancia con la diferencia media global, de cinco años también.
Participación política y paridad
Las diputadas de Corea del Sur suponen solo alrededor del 23% del total de la Cámara, cuatro puntos porcentuales por debajo de la media mundial y muy lejos de alcanzar una representación equitativa. A pesar de existir desde hace veinte años un artículo en su ley electoral que estipula que al menos un 50% de las personas de las listas presentadas han de ser mujeres, esto solo afecta en la elección de 47 escaños.
Los otros 253 escaños, elegidos uninominalmente (solo se elige un representante por distrito) no cuentan con cuotas obligatorias de género, postulando los partidos principalmente a hombres, lo que explica la baja participación de mujeres en el Congreso coreano.
Además, solo el 16% de los puestos ministeriales están ocupados por mujeres, por debajo de la media mundial y lejos de alcanzar o superar el 50%, objetivo que sí han alcanzado países como Chile, Finlandia o Mozambique.
Y en cuanto a las cabezas de los partidos, parece que la segunda presidenta surcoreana tendrá que esperar, dado que ninguna de las cuatro principales candidaturas a presidente cuenta con una mujer al mando, evidenciando el amplio margen de mejora que encuentra frente de sí la política coreana a 12 años de la elección de la expresidenta Park Geun-hye.
Brecha de género
El esfuerzo por mantener al mínimo el índice de desempleo está dando sus frutos, descendiendo en abril hasta el 2,7%, menos de 900.000 personas en total. Aunque los datos son bastante parejos, las mujeres hacen una ligera mayoría dentro de este porcentaje en proporción, pero sigue sin ser muy significativo.
Los datos de la brecha de género en el país sin embargo resultan más preocupantes, pues apunta el World Economic Forum que esta es de alrededor del 32%. Y es que, a pesar de ser el país con mayor proporción de mujeres trabajadoras en el ámbito profesional, su salario es el 62% del de los hombres en posiciones similares. Se encuentran en la posición 110 de 146 países en cuanto a esta brecha salarial, evidenciando la problemática a la que se enfrentan las mujeres en el ámbito laboral.
Libertad de decisión
La interrupción voluntaria del embarazo fue declarada ilegal con la primera Constitución del país tras el armisticio de 1953 que dividió la península, penada hasta con un año de prisión para las mujeres que se sometieran a este proceso, y hasta dos años para los y las profesionales que la ejecutasen.
Las movilizaciones sociales y protestas de multitud de mujeres y colectivos feministas acabó recalando en las instituciones, por lo que la ley fue revisada y levantada en 2019 por el Tribunal Constitucional de Corea, alegando que “suponía un atentado contra los derechos humanos de las mujeres y niñas”. Este ordenó al Gobierno de aquel entonces reformar las leyes nacionales sobre el aborto antes del año 2021, pero no alcanzaron un acuerdo para reformar la ley.
Como consecuencia de esta inoperancia, desde entonces y hoy en día el aborto en Corea del Sur es legal, pero todavía falta una ley de aborto que clarifique y asista a mujeres y profesionales, garantice el acceso al aborto y emita orientaciones de cómo y dónde se puede obtener un aborto seguro.
Violencia de género
Corea del Sur cuenta desde 2018 con un marco de actuación en la prevención de la violencia contra las mujeres, respaldada a su vez por muchas otras leyes que tratan asuntos de violencia intrafamiliar y doméstica (principalmente de los años 90, tras la democratización del país), con disposiciones complementarias o similares. Además, existen redes de apoyo y denuncia para asistir a las víctimas, como un teléfono 24 horas destinado para la violencia machista.
No obstante, tanto los esfuerzos de la legislatura del presidente Yoon Suk Yeol como algunos aspectos de la legislación actual dejan mucho que desear. El ya expresidente afirmó en su campaña de 2022 que “ya no existía la desigualdad de género”, y trató en varias ocasiones de eliminar el ministerio de igualdad coreano.
Pero esto no es cierto, ya que la violencia contra las mujeres sigue viva y con mucha fuerza en el país, preocupando principalmente tres aspectos: la violencia subregistrada que se estima, la consideración como violación únicamente de los casos en los que exista violencia física o intimidación, y, recientemente, la generación de imágenes sexuales no consentidas con inteligencia artificial.