Las largas colas de votantes que optaron por votar anticipadamente el pasado jueves dieron fe de la importancia de los comicios presidenciales en Corea del Sur. En un país muy polarizado, que todavía sufre las secuelas de la imposición de la ley marcial por parte del destituido presidente Yoon Suk Yeol, los resultados definirán el rumbo a seguir de este pequeño país con gran importancia estratégica para Estados Unidos.
La medida unilateral del depuesto líder conservador Yoon Suk Yeol, que aplicó durante seis horas la ley marcial unilateralmente, desembocó en un caos político y social sin precedentes. El expresidente alegó la infiltración de “fuerzas antiestatales” y norcoreanas, pero quedó claro poco después que su movimiento fue motivado por intereses políticos. Tras su salida, el candidato liberal, Lee Jae-Myung, figura como el mejor posicionado para ganar los comicios de este martes 3 de junio. Entre sus potenciales sustitutos para ocupar su cargo, no hay ninguna mujer candidata.

Los favoritos en Corea del Sur
Jae-Myung, que perdió por una distancia corta ante Suk Yeol en 2022, apuesta por dar un giro sustancial a las políticas domésticas e internacionales de Corea del Norte. Si bien el destituido presidente era un férreo defensor de la alianza con Washington y mantenía una línea beligerante ante su vecino comunista de Corea del Norte, el aspirante liberal muestra cierto escepticismo respecto a la tradicional alianza con la Casa Blanca, especialmente tras le vuelta al poder del imprevisible Donald Trump.
De hecho, Lee Jae-Myung apuesta por una vía conciliadora con el aislado régimen Pyongyang, y es crítico con el proceso de reconciliación con Japón que lideró su antecesor. No obstante, para intentar captar votos moderados, el liberal moderó su discurso en las últimas semanas respecto a las alianzas internacionales de Corea del Sur. Para Washington, Seúl es un actor clave para balancear la influencia de China y Corea del Norte en Asia y el resto del mundo.
Las políticas de Trump, afectan
Como todos los países, Corea del Sur se vio afectada por los aranceles anunciados por Donald Trump (de un 25% sobre sus importaciones), que además exigió al país asiático pagar decenas de miles de dólares por la presencia militar estadounidense desplegada en la península asiática. Los últimos sondeos otorgaban a Lee Jae-Myung un 49% de los apoyos; seguido por Kim Moon-Soo, el candidato conservador que sumaría un 35% de votos; y en último lugar Lee Jun-Seok, del partido “Nueva Reforma”, que obtendría un 11% de apoyos.

En un país marcado por la división y la inestabilidad parlamentaria, se acusa a los principales contendientes de no presentar sus propuestas políticas con suficiente antelación. De hecho, el liberal Jae-Myung las hizo públicas un día antes de la jornada de voto anticipado. No obstante, unos 8,7 millones de votantes acudieron a las urnas el jueves -una quinta parte de los ciudadanos con derecho a voto-, lo que supone el índice histórico más alto registrado en el país en esta fase electoral preliminar.
Una Corea más justa
Lee Jun-Seok, quien perdió contra Yoon Suk Yeol por un estrecho margen en 2022, es aclamado por sus partidarios como un héroe de la clase trabajadora. Trabajó en una fábrica antes de convertirse en abogado de derechos humanos y luego pasar a la política. Ha prometido establecer una “verdadera República de Corea” con empleos y una sociedad justa.

La otra cara de la contienda electoral es la ausencia de mujeres por primera vez en 18 años. La primera candidata que aspiró a la presidencia de Corea del Sur fue Hong Suk-Ja en 1987. En 2012, hubo hasta cuatro candidatas aspirantes a liderar el país. En 2025, ninguno de los tres principales aspirantes ha mencionado cuestiones relativas a la igualdad de género, pese a la existencia de consolidados movimientos feministas en el país.
Sin candidatas y sin compromisos con ellas
De hecho, el candidato con mayores probabilidades de victoria ha dejado fuera de la campaña compromisos con las mujeres que proclamó en 2022, cuando prometió mayor representación femenina, compromiso contra la violencia de género o más apoyo a las víctimas de agresiones.
El candidato conservador Kim Moon-Soo propone medidas para combatir la baja natalidad en el país -subsidios a la fertilidad y la crianza-, pero evitando afrontar cuestiones de desigualdad. Los líderes de los partidos ubicados en segunda y tercera posición en preferencia de voto abogan por eliminar el ministerio de igualdad, al que catalogan de ineficiente y populista.
Silencio o directamente anti mujeres
“Dado que el ámbito político percibe los temas de igualdad como un riesgo para el voto masculino joven, los principales partidos han optado por el silencio o incluso por posturas abiertamente contrarias a las mujeres”, explicó a la agencia EFE la doctora Ma Kyung-hee, investigadora sénior del Instituto Coreano de Investigación sobre Políticas para la Mujer.
Pese a ser el país número 12 con mayor igualdad del mundo, Corea del Sur mantiene la mayor brecha salarial de género de la OCDE: en 2022 la diferencia de salarios entre hombres y mujeres era de un 31,2%. A nivel político, la igualdad tampoco se materializa. Solamente un 20% de escaños fueron ocupados por mujeres en la Asamblea Nacional en la pasada legislatura.
El voto masculino prima en Corea del Sur
Para la joven estudiante Da-Hee, los políticos temen perder el voto masculino por escuchar y atender las demandas de las mujeres. “Durante las marchas por la destitución de Yoon, muchas mujeres de nuestra edad llenaron las calles, mientras que los hombres no participaron del mismo modo”, consideró.

Pese a que ellas tienen uno de los niveles académicos más altos de la OCDE, muchas evitan casarse y tener hijos para no interrumpir sus carreras. “Esto se agrava por la baja participación masculina en tareas de cuidado y la discriminación laboral asociada al embarazo”, concluyó la doctora Kyung-hee.