El cometa 3I/ATLAS ha entrado en su tramo decisivo antes de alcanzar su punto más cercano a la Tierra este mes. La comunidad científica sigue cada movimiento de este objeto interestelar, uno de los pocos detectados en toda la historia, mientras telescopios y misiones espaciales aprovechan esta oportunidad irrepetible para estudiar su composición y comportamiento. El objeto interestelar continúa sorprendiendo por su trayectoria, por su origen externo al sistema solar y por la actividad que está mostrando en su acercamiento al Sol.
Hubble capta nuevas imágenes del cometa 3I/ATLAS
El telescopio espacial Hubble ha vuelto a situarse en primera línea para observar al cometa 3I/ATLAS. Tras ser uno de los primeros en registrarlo el pasado julio, acaba de capturar una imagen aún más nítida desde una distancia de 178 millones de millas.
El equipo científico utilizó la cámara Wide Field Camera 3 para obtener una fotografía de extraordinario detalle que revela la estructura alargada y la silueta en forma de lágrima del cometa 3I/ATLAS. Un rasgo característico de los objetos interestelares que se fragmentan o subliman de forma intensa durante su acercamiento al Sol.

Las observaciones realizadas hasta ahora sugieren que el cometa 3I/ATLAS liberó gases durante su paso más próximo al Sol en octubre. Eso ha permitido a los astrónomos analizar sus componentes volátiles. Cada nueva imagen es crucial para reconstruir el origen del objeto, que podría proceder de regiones profundas del espacio interestelar.
La misión Juice también observa al cometa
Mientras Hubble aportaba imágenes de alta precisión, la misión Juice de la Agencia Espacial Europea aprovechaba una posición privilegiada para estudiar al cometa 3I/ATLAS desde unos 66 millones de kilómetros. Aunque la nave tiene previsto estudiar las lunas heladas de Júpiter a partir de 2031, su instrumentación ha permitido capturar una escena excepcional en plena travesía hacia el planeta gigante.
El equipo de Juice utilizó cinco instrumentos científicos y su cámara de navegación para obtener imágenes preliminares del cometa. Debido a que la antena principal está funcionando como escudo térmico, solo se pudo descargar una parte de una imagen. Pero lo mostrado es revelador: una actividad claramente impulsada por el calor solar.

La instantánea muestra la coma brillante del cometa 3I/ATLAS. Así como dos colas diferenciadas: una de plasma, compuesta por gas ionizado, y otra más tenue formada por partículas de polvo. Estas estructuras son habituales en los cometas del sistema solar, pero resultan especialmente valiosas cuando proceden de objetos interestelares como el cometa, cuya composición podría revelar materiales nunca antes analizados de forma directa.
¿Cuándo se producirá el máximo acercamiento a la Tierra?
El cometa 3I/ATLAS alcanzará su punto de máxima aproximación a la Tierra el 19 de diciembre, situándose a 270 millones de kilómetros. Aunque la distancia es considerable y el objeto estará al otro lado del Sol, los instrumentos científicos mantendrán su seguimiento durante varios meses.

La NASA ha confirmado que el cometa no representa ningún tipo de amenaza para el planeta y que su visibilidad para telescopios especializados continuará mientras abandona gradualmente el sistema solar.
A mediados de febrero de 2026 está prevista la llegada del resto de datos recopilados por Juice. Eso incluye registros de su cámara óptica de alta resolución y mediciones de composición que podrían ofrecer pistas sobre el origen del cometa. Los científicos esperan que los análisis permitan trazar un mapa más completo del comportamiento de los objetos interestelares durante su tránsito por nuestro entorno celeste. Es decir, supondrá un antes y un después en la historia de la galaxia.
Un visitante interestelar que sigue desafiando a los científicos
La presencia del cometa 3I/ATLAS ha generado un interés especial porque es solo el tercer visitante interestelar detectado. Su estudio aporta información sobre la formación de sistemas planetarios y sobre los materiales que circulan entre las estrellas. Cada observación acumulada desde julio contribuye a perfilar un retrato más preciso del cometa, que pronto continuará su viaje hacia el vacío interestelar.

El paso del cometa 3I/ATLAS marca un momento de enorme relevancia para la astronomía moderna. A medida que se adentra en su fase crítica, telescopios y misiones seguirán capturando datos esenciales antes de que desaparezca para siempre del sistema solar.


