La última teoría sobre el cometa 3I/ATLAS tiene a la NASA conmocionada

Avi Loeb plantea posibles maniobras no gravitacionales, una trayectoria cercana al radio de Júpiter y preguntas sobre su origen tecnológico

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
El misterio del cometa 3I/ATLAS.
International Gemini Observatory

La comunidad científica llevaba días respirando con más calma después de las últimas imágenes y análisis oficiales. Pero el cometa 3I/ATLAS ha vuelto a convertirse en una bomba informativa. Esta vez, el detonante ha sido nuevamente Avi Loeb, el astrofísico de Harvard que más titulares ha generado desde la llegada del tercer objeto interestelar jamás detectado. Su nueva teoría ha reabierto el debate y ha colocado al objeto en el centro de una hipótesis que la NASA observa con inquietud y prudencia.

La nueva anomalía que vuelve a poner al cometa 3I/ATLAS bajo sospecha

Avi Loeb ha publicado un nuevo artículo en Medium, la plataforma desde la que comparte todos sus avances sobre el cometa 3I/ATLAS. En él asegura haber detectado “una anomalía extraordinaria”.

El científico plantea —de nuevo— la posibilidad de que el objeto no sea un cometa natural, sino una nave nodriza diseñada con fines tecnológicos. La hipótesis, que ya había sido esbozada en anteriores publicaciones, se refuerza ahora con un nuevo cálculo relacionado con la trayectoria del cometa 3I/ATLAS.

La última teoría sobre el cometa 3I/ATLAS tiene a la NASA conmocionada
Una imagen de la presunta explosión del objeto interestelar.
The Virtual Telescope Project

Loeb propone imaginar que el objeto podría estar destinado a sembrar Júpiter con dispositivos. Según explica, si ese fuera el propósito, el cometa 3I/ATLAS tendría que acercarse al radio de influencia gravitacional del planeta, el llamado radio de Hill. Una región donde Júpiter domina las órbitas de cualquier cuerpo cercano.

La proximidad al radio de Hill: el dato que alimenta la teoría

En su análisis, Loeb calcula que el radio de Hill de Júpiter se situará en 53.502 millones de kilómetros el 16 de marzo de 2026. Y aquí llega el punto crítico. La ruta del cometa 3I/ATLAS lo llevará, ese mismo día, a 53.445 millones de kilómetros del planeta gigante. La cercanía entre ambas cifras es, para Loeb, demasiado llamativa como para considerarse azar puro.

El astrofísico recuerda además un detalle técnico que mantiene viva su sospecha: durante su perihelio —el punto de su trayectoria más cercano al Sol—, el cometa 3I/ATLAS registró una aceleración no gravitacional. Este tipo de desviaciones pueden producirse en cometas naturales si expulsan gases. Pero Loeb cree que en este caso el comportamiento fue anómalo.

Las desviaciones que detectó la NASA en el cometa 3I/ATLAS

La NASA ya había señalado que el cometa 3I/ATLAS se desvió “cuatro segundos de arco en ascensión recta” respecto a la trayectoria esperada bajo influencia puramente solar. Lo observó Davide Farnocchia, ingeniero del JPL, que lleva meses monitorizando el comportamiento del objeto.

La última teoría sobre el cometa 3I/ATLAS tiene a la NASA conmocionada
Una imagen ampliada del misterioso cometa interestelar.
Archivo

Loeb interpreta esta desviación como una posible maniobra. Según explica, el perihelio coincidió con un periodo en el que el cometa 3I/ATLAS estaba oculto detrás del Sol, lo que dificultó cualquier seguimiento desde la Tierra. Para él, esto abre un escenario hipotético inquietante: un momento perfecto para realizar ajustes de trayectoria o liberar dispositivos sin ser observados.

¿Qué pasaría si el cometa deja tecnología alrededor de Júpiter?

El artículo de Loeb también analiza qué pasaría si la sonda Juno —o futuras misiones planetarias— detectara satélites artificiales en torno a Júpiter que no hayan sido enviados por la humanidad. Para el astrofísico, encontrar algo así sería una prueba de que el cometa 3I/ATLAS no solo es de origen tecnológico, sino que responde a los intereses de una civilización ajena a la Tierra.

Loeb incluso ironiza con una conclusión provocadora. Si el cometa 3I/ATLAS no dejara tecnología cerca de nuestro planeta, significaría que ni siquiera somos un punto de interés dentro del vecindario cósmico. Un golpe duro para el ego humano, asegura.

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Una imagen del cometa 3I/ATLAS capturada en julio de 2025.
NASA

Más allá de estas interpretaciones, la comunidad científica insiste en que habrá que esperar para extraer conclusiones más firmes sobre el cometa 3I/ATLAS. El próximo 19 de diciembre de 2025, el objeto alcanzará su punto más cercano a la Tierra: 270 millones de kilómetros. Será la gran oportunidad para que cientos de telescopios terrestres, junto al Hubble y el Webb, obtengan datos definitivos que permitan responder a la gran pregunta.

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