Servir en las Fuerzas Armadas es un gran compromiso. Complejo. Y más si cabe con ocho hijos que cuidar. Eso lo sabe muy bien la soldado Sambra Bumedien Ali, quien sirve en los Regulares de Melilla con orgullo y mucho sacrificio.
Conoce su inspiradora historia, con algunos momentos complicados, pero que con la ayuda de su familia y de sus compañeros, pudo superar y sacar adelante. Una vida de esfuerzo que llegó a ver su recompensa.
Servir a España y cuidar de ocho hijos, ¿es posible?

Sambra Bumedien Ali nació en la Ciudad de Melilla en 1977. Como curiosidad, le encanta el judo, y ha ganado más de diez veces en campeonatos locales de esta disciplina.
Su abuelo fue el sargento más joven de su batallón, los Regulares. Además, dos tíos suyos fueron comandantes, y sus primos, su marido y su único hermano vivo también han servido o sirven en este batallón.
El 1 de julio de 2002, consiguió acceder a las Fuerzas Armadas. Y, desde noviembre de ese año, forma parte de Grupo de Regulares de Melilla número 52.
En este batallón de infantería ligera, Sambra ha servido como fusilera, y se empezó a especializar a través de cursos. Ha ayudado en la custodia del Peñón Vélez de la Gomera, un islote de soberanía española al norte de África.
Como parte de la compañía de servicio y en la plana mayor. Su labor principal es la custodia y el mantenimiento de la Sala Histórica del Museo Regulares de Melilla.
La mujer es madre de ocho hijos, cinco de manera biológica y tres en acogimiento familiar. Estos tres pequeños eran hijos de su hermana, quien fue asesinada por su pareja en 2004. Además, vive con su madre, enferma de alzhéimer.
No le es fácil lidiar con esta vida, pero se reparte las tareas con su marido y compañero de armas, Julián Andrés Correa. Además, ha contado siempre con el apoyo de los Regulares, que “nunca le han puesto ninguna pega” en materia de conciliación. Tiene desde hace mucho tiempo una reducción de jornada que le viene muy bien.
El reconocimiento a la dedicación de Sambra Bumedien Ali

Si en algo ha destacado Sambra Bumedien Ali para sus compañeros, es en su condición física, en buena parte gracias al judo. Pero seguro que organizarse para cuidar de su familia también ha tenido que ver.
Sea como sea, en julio de 2012, la soldado Bumedien recibió la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco, por su alto rendimiento en su servicio. El Ejército señalaba en 2013 que “siempre ha cumplido con sus obligaciones de forma ejemplar y muy responsable en su trabajo”.
Y ese no fue el único reconocimiento a su labor, pues en diciembre de 2013, recogió el V Premio Soldado Idoia Rodríguez, Mujer en las Fuerzas Armadas.
El Jurado y el Ministerio de Defensa le concedieron el distinguido galardón debido a “su especial dedicación, capacidad de trabajo, espíritu de sacrificio y compañerismo sobresaliente“. El Ejército siempre le ha mostrado como ejemplo de esfuerzo y de conciliación.
Sambra recogió con orgullo el premio, y poco después, animó a las mujeres a alistarse al Ejército. Además, declaró que “hay igualdad total, todos recibimos el mismo trato y acatamos la misma disciplina. No existen hombres y mujeres, todos somos compañeros“.


