Los últimos datos de 3I/ATLAS revelan que podría no ser un cometa, sino una nave a propulsión

Si no emite gas en diciembre, los astrónomos podrían estar ante la primera señal de una nave con propulsión artificial

Misterio del cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una imagen ampliada del misterioso cometa interestelar.
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El cometa 3I/ATLAS continúa sorprendiendo a los astrónomos. Después de alcanzar su perihelio el 29 de octubre —a unos 210 millones de kilómetros del Sol—, el objeto interestelar sigue su viaje a través del sistema solar con un comportamiento inesperado: una aceleración que no puede explicarse únicamente por la gravedad.

Los investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA han detectado lo que denominan una “aceleración no gravitacional” en el movimiento del cometa 3I/ATLAS, lo que ha reavivado el debate sobre su naturaleza. Algunos científicos creen que se trata de un fenómeno físico conocido como efecto cohete, causado por la expulsión de gases al calentarse el núcleo del cometa. Pero otros, entre ellos el reconocido astrofísico Avi Loeb, plantean una hipótesis mucho más audaz: el objeto podría tener un sistema de propulsión artificial.

Qué es el efecto cohete y por qué no convence a todos

Según el ingeniero Davide Farnocchia, del JPL, los datos obtenidos desde el observatorio ALMA en Chile muestran que el cometa 3I/ATLAS se desvió “cuatro segundos de arco” de la trayectoria esperada si solo estuviera influido por la gravedad del Sol. La explicación oficial apunta al efecto cohete. Al acercarse al Sol, el cometa pierde agua y gases que actúan como impulsores naturales.

En teoría, este fenómeno debería provocar una notable pérdida de masa visible en forma de una gran nube de gas y polvo. Sin embargo, las observaciones preliminares no han detectado una emisión de ese calibre. Si el cometa 3I/ATLAS realmente estuviera perdiendo materia a la velocidad que indican las simulaciones, debería haber expulsado más de 5.500 millones de toneladas de gas en las últimas semanas. Algo que aún no se ha observado.

La Red Internacional de Alerta de Asteroides entra en acción

Para resolver el misterio, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) ha organizado una campaña de seguimiento del cometa 3I/ATLAS entre el 27 de noviembre de 2025 y el 27 de enero de 2026. Durante ese periodo, el objeto alcanzará su punto más cercano a la Tierra, a unos 270 millones de kilómetros. Eso permitirá una observación sin precedentes con telescopios terrestres y espaciales como el Hubble y el James Webb.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una imagen de la captura del cometa 3I/ATLAS.
NASA Ciencia

Si en esas fechas no se detecta una nube masiva de gas, la teoría naturalista del efecto cohete podría quedar descartada. En ese caso, advierte Avi Loeb, la aceleración anómala del cometa 3I/ATLAS podría interpretarse como una “firma tecnológica”. Es decir, la huella de un mecanismo de propulsión diseñado artificialmente.

El paralelismo con el misterioso Oumuamua

El caso del cometa 3I/ATLAS recuerda inevitablemente al de 1I/Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado en 2017. Aquel cuerpo también mostró una aceleración inexplicable y carecía de la clásica cola de gas y polvo que define a los cometas. “La noción de un cometa oscuro, sin cola visible, es contradictoria”, apunta Loeb. “Una nave espacial con un sistema de propulsión podría mostrar una aceleración similar sin evaporación cometaria”.

El astrofísico de Harvard insiste en que el cometa 3I/ATLAS podría ser la clave para entender si existen otros objetos de origen no natural viajando entre estrellas. “Si no observamos una nube de gas alrededor de 3I/ATLAS en diciembre, su comportamiento podría considerarse una firma tecnológica”, afirma.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una fotografía reciente del cometa 3I/ATLAS.
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La Agencia Espacial Europea (ESA) también ha mostrado interés en el fenómeno. Su misión JUICE, actualmente en curso, podría contribuir a detectar cambios en la masa del cometa 3I/ATLAS durante las próximas semanas. De confirmarse que la aceleración no se debe a pérdida de material, los científicos estarían ante uno de los hallazgos más desconcertantes de la astronomía moderna.

Por ahora, el cometa 3I/ATLAS se mantiene fuera del alcance directo de los telescopios terrestres. Habrá que esperar hasta diciembre para obtener nuevas imágenes claras. Mientras tanto, la pregunta persiste: ¿estamos observando un cometa ordinario… o la primera evidencia de tecnología interestelar?

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