Pilar Alegría sorprendía ayer con un giro de guion. En su papel de candidata por Aragón, la portavoz del Gobierno ofrecía al presidente, Jorge Azcón, los votos del PSOE para aprobar el techo de gasto en esta comunidad y negociar los Presupuestos.
La contorsión en su discurso al tender la mano al PP sonó como una maniobra a la desesperada para evitar un adelanto electoral. Azcón se ha dado esta semana para lograr una mayoría que le permita sacar adelante las cuentas para 2026, Vox mediante, o convocar a las urnas en navidades para votar en febrero.
Este calendario es diabólico para los intereses de Alegría. La también ministra de Deportes ha quedado “muy tocada” tras publicar Artículo14 un almuerzo con el ex asesor de Moncloa, Francisco Salazar, acusado por varias ex compañeras de acoso sexual. Su credibilidad está en mínimos no sólo para afrontar una batalla electoral sino dentro del PSOE.

En Moncloa dan por hecho que Azcón consumará el adelanto electoral y Alegría dejará el Consejo de ministros y la portavocía. Hay movimientos en la bancada azul para sucederla y según fuentes cercanas a Pedro Sánchez el mejor posicionado en estos momentos para convertirse en la nueva voz del Ejecutivo es Félix Bolaños.
El ministro de Presidencia y Justicia es un puntal para el presidente. Entre sus compañeros goza de una posición de respeto. “Sería un portavoz eficaz porque se sabe los temas”, apostillan fuentes socialistas que ponen en valor su buena relación con la prensa y su papel de mediador en el Congreso.
A su favor juega además que es tradición que la portavocía del Gobierno la desempeñe el titular de Presidencia. Además, tiene carné socialista como todos los portavoces que hasta ahora ha nombrado Sánchez.
Siempre mujeres
Su tono “aburrido” es también un mérito para el puesto frente a perfiles “más cañeros” como Óscar Puente al que jalean desde el socialismo como azote de la derecha. A diferencia del titular de Transportes, Bolaños no aparece en las quinielas sucesorias. Se le ve como un escudero leal de Sánchez que acabará su carrera política junto al presidente.

En contra tiene Bolaños su condición de hombre. No sólo porque Sánchez siempre haya tenido como portavoces de sus gobiernos a mujeres, sino porque en un momento de desafección de las féminas con el PSOE el cambio de paradigma podría ser contraproducente.
Bolaños ha hecho saber que estaría dispuesto a sumir el reto de dar la cara los martes en el peor momento de la legislatura. Sánchez ha tomado nota, pero la decisión aún está por madurar. Si quiere una mujer y militante del PSOE tendría que fichar fuera de su gabinete.
Sánchez piensa en un cambio “quirúrgico”. Es decir, la salida de Alegría no iría acompañada de otros ministros candidatos. Ni siquiera se contempla, salvo cambio de última hora, que deje el Ejecutivo la vicepresidenta, María Jesús Montero, pese a que la mayor parte de su actividad la desarrolle como rival del andaluz, Juanma Moreno.
Montero es otra de las “achicharradas” por el “metoo” socialista. La número dos del PSOE ha quedado marcada como poco diligente a la hora de vigilar que se cumpliese el protocolo anti acoso con las denunciantes de Salazar mientras le estallaba un nuevo caso en su territorio.

Como desveló este periódico, Montero obvió la denuncia de una concejal de Torremolinos contra el líder socialista en la citada localidad, Antonio Navarro, suspendido de militancia tras acudir su víctima a la Fiscalía.
El resultado de las elecciones extremeñas el 21 de diciembre servirá a Sánchez para recomponer su hoja de ruta. En Moncloa reconocen que hacer planes a largo plazo es imposible. Si hace unos meses se contemplaba una remodelación de gobierno profunda para navidades, hoy todo está por perfilar.
El calendario judicial marca los tiempos políticos y los presidentes autonómicos del PP miden el desgaste del adversario y la presión de Vox para una suerte de carrusel electoral en 2026. Las encuestas les son favorables y en el caso de Aragón, la principal rival llega K.O.
La portavocía ha supuesto una tumba política para Alegría que sonó como posible relevo del presidente cuando éste se encerró durante cinco días en La Moncloa para meditar su futuro tras la imputación de su esposa, Begoña Gómez.
Quienes han crecido con ella en el PSOE lamentan hoy cómo ha “desperdiciado” su capital político. Alegría lleva meses en entredicho. Diversas fuentes la daban ya por amortizada desde antes del verano debido a las flagrantes equivocaciones cometidas en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de ministros, algunas relacionadas con la investigación judicial de Begoña Gómez, otras con propagar que un excargo de la Guardia Civil fantaseaba con poner una bomba lapa a Sánchez a sabiendas que era un bulo.
“Parece claro que se aproxima el archivo de la causa”, dijo sobre un fallo de la Audiencia que, en realidad, avalaba investigar de manera acotada a la mujer del presidente del Gobierno. Aquella manipulación fue criticada de forma unánime, a izquierda y a derecha.
En las valoraciones que periódicamente realiza el CIS sobre el conjunto de ministros la portavoz nunca ha estado entre las favoritas de los ciudadanos 4,49 (sobre 10) en el último barómetro. Quien suena para sustituirla no mejora la marca. Bolaños se queda con un 4,27.



