El cambio de horario de invierno 2025 es una de esas fechas que, año tras año, conviene marcar en el calendario.
España, como el resto de los países de la Unión Europea, aplica dos modificaciones horarias anuales: una en marzo, cuando comienza el horario de verano, y otra en octubre, cuando se regresa al horario de invierno.
En marzo de 2025 ya adelantamos los relojes para aprovechar más horas de luz natural durante la tarde. Ahora, la mirada está puesta en octubre, mes en el que tendremos que volver a ajustar la hora y disfrutar de una jornada con 25 horas en lugar de 24.
¿Cuándo será el cambio de horario de invierno 2025?
El cambio de horario de invierno 2025 tendrá lugar la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre.
En ese momento, a las 03:00 de la madrugada en la Península habrá que atrasar los relojes hasta las 02:00 horas. Esto implica que esa noche dormiremos una hora más.
En el caso de Canarias, el ajuste será también esa madrugada, pero con una hora de diferencia respecto a la Península. A las 02:00 de la madrugada, los relojes se retrasarán hasta la 01:00. Una precisión importante para quienes viajen o tengan actividades programadas entre la Península y el archipiélago.
El día más largo del año gracias
Con el cambio de horario de invierno 2025, la jornada del 26 de octubre se convertirá en la más larga del año, con un total de 25 horas.
Este efecto se produce porque al atrasar los relojes recuperamos una hora adicional en la madrugada.
Más allá de la anécdota, este ajuste horario busca aprovechar mejor la luz natural durante el invierno, cuando los días son más cortos y las horas de sol más escasas. De esta forma, amanece antes y se gana claridad en las primeras horas del día.
¿Por qué seguimos aplicando el cambio de horario de invierno 2025?
El cambio de horario de invierno 2025 forma parte de una normativa comunitaria que España sigue aplicando cada año.
Aunque en los últimos tiempos ha habido debate sobre su utilidad real y se han planteado iniciativas para eliminarlo, lo cierto es que de momento sigue en vigor.
El objetivo original de estos cambios horarios era reducir el consumo energético, ajustando las rutinas de la población a las horas de luz solar.
Sin embargo, estudios recientes apuntan a que el ahorro es mínimo y que los efectos en la salud —alteraciones del sueño o desajustes en los ritmos biológicos— han reabierto el debate sobre su conveniencia.