La DANA que marca el pulso atmosférico de los últimos días se aleja del mapa, pero lo que viene detrás promete ser mucho peor. La ola de calor que comienza este sábado transformará buena parte de España en un auténtico horno. Con temperaturas que podrían superar los 45 ºC en algunas provincias, este episodio extremo ya ha sido calificado por la AEMET como la primera gran ola del verano. Y lo cierto es que todos los modelos meteorológicos coinciden: lo peor aún está por llegar.
El inicio de un episodio extremo
Después del alivio térmico proporcionado por las tormentas asociadas a la DANA, los termómetros volverán a escalar con fuerza a partir del viernes. Según los expertos, será entonces cuando dé comienzo la escalada térmica que desembocará en una ola de calor sin precedentes para estas fechas. La AEMET advierte de registros superiores a los 40 ºC en amplias zonas del país, especialmente durante el domingo y el lunes, cuando se alcanzarán los picos más tórridos.
El origen de esta ola de calor se encuentra en la combinación de una potente dorsal subtropical y el asentamiento de altas presiones, que favorecerán la llegada de una masa de aire extremadamente cálido y seco, cargada además de polvo en suspensión. Todo ello bajo cielos despejados y ausencia total de precipitaciones. Una combinación explosiva que agravará el riesgo de incendios forestales.
Durante el fin de semana, la ola de calor se hará evidente en la mayoría de las regiones peninsulares e insulares. El mercurio podría alcanzar los 35 ºC en buena parte del interior ya desde el viernes, superando ampliamente los 40 ºC entre el sábado y el lunes en zonas especialmente vulnerables. Las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Badajoz, Toledo, Zaragoza y Lleida están entre las más expuestas a temperaturas de hasta 44 ºC, o incluso más.
El modelo europeo prevé que los días 29 y 30 se conviertan en los más cálidos del episodio, con posibles récords históricos en algunos puntos del país. Aunque hay cierta incertidumbre sobre la intensidad exacta del fenómeno, los datos actuales dibujan un escenario preocupante, con anomalías térmicas de hasta 10 ºC por encima de lo habitual.
Las noches también serán insoportables
Uno de los aspectos más peligrosos de esta ola de calor será la falta de alivio nocturno. Las temperaturas mínimas podrían no bajar de los 20 ºC en gran parte del interior. Incluso podrían mantenerse por encima de los 25 ºC en zonas como el valle del Ebro o el suroeste peninsular. Este fenómeno, conocido como “noches tropicales” —o incluso “ecuatoriales”— impide que el cuerpo se recupere del estrés térmico acumulado durante el día. Eso incrementa los riesgos para la salud, sobre todo entre las personas mayores y los colectivos vulnerables.
Ni las islas se librarán del alcance de esta ola de calor. En Baleares, las máximas rondarán los 35 ºC, acompañadas de una elevada humedad que hará que la sensación térmica sea aún más agobiante. Por su parte, en Canarias, aunque las islas occidentales notarán menos los efectos, las orientales sufrirán el impacto del calor y la calima, con cielos turbios y temperaturas también por encima de lo habitual.
Y en las zonas costeras de la Península, los termómetros podrían marcar entre 33 y 35 ºC. Una cifra especialmente elevada teniendo en cuenta la humedad característica de estas regiones, que contribuirá a crear una sensación térmica muy superior a la real.