Ser la 361ª mujer del mundo en cualquier cosa es algo muy destacable, más aún en el tenis, uno de los deportes más practicados y seguidos del mundo. Sin embargo, en lo que se refiere a la difusión masiva y a ser muy conocida, normalmente se queda corto. Los grandes torneos están reservados a solo 128 jugadoras y más allá de las que están por ranking, colarse en uno de los puestos de la previa es dificilísimo. Sin embargo, hay algunas ocasiones en las que ya sea por motivos de nacionalidad, compromisos contractuales u otros factores, jugadoras menores pueden colarse en los cuadros finales de los Grand Slam por medio de una invitación, aunque suelen ser meras comparsas que se van en las primeras rondas.
En la edición 2025 de Roland Garros una de estas invitaciones cayó en manos de la jugadora local Loïs Boisson. La gala, de 22 años, ha tenido así una oportunidad que estaba llamada a recibir el año pasado, sin embargo, en 2024 no pudo ser debido a que sufrió una durísima lesión de rodilla que la apartó de las pistas durante meses. No obstante, la Federación Francesa le guardó la plaza y este curso ha podido debutar en un grande. Tal es su inexperiencia que este es su segundo torneo ATP del año tras haber jugado hace unas semanas en Rouan.
Una aventurada dorada en París
La experiencia es un grado y más en un torneo como Roland Garros, pero a veces viene muy bien el venir desde abajo y usar a tu favor el ser un desconocido. Como hemos dicho, los invitados suelen ser, en la mayoría de los casos, las cenicientas de los sorteos y un ‘trámite’ para los jugadores a los que le tocan en primera ronda. Al menos así lo pensó la belga Elise Mertens, 24ª favorita, cuando vio el nombre de la desconocida local para su debut. Pero tras un partido durísimo y con la inestimable ayuda del duro público francés, se dio la sorpresa y tras tres sets, Boisson estaba en segunda ronda.
A partir de ahí solo quedaba disfrutar del momento y seguir ganando partidos. Primero arrasar a Kalinina, después superar a su compatriota Jacquemot y en octavos de final tocaba ascender el ‘Tourmalet’ la número 3 del mundo, Jessica Pegula, ante una Philippe Chatrier abarrotada y soñando con un triunfo histórico de la local.
Y el sueño se hizo realidad, tras tres sets agónicos, la joven había hecho historia, colándose entre las ocho mejores, en lo que significa la jugadora de menor ranking en este ronda de un grande desde que Kaia Kanepi lo hiciera desde el 418 en 2017 en el US Open. No obstante, el caso de la Estonia es diferente, porque no dejaba de ser una ex-top 15 retornando tras un parón por problemas de salud.
Ahora, Andreeva
Boisson ya ha hecho historia y pase lo que pase eso no se lo puede quitar nadie, sin embargo, puestos a soñar, soñemos. Este miércoles, no antes de las 12:10 en el segundo turno de la Chatrier, se va a jugar hacer aún más grande esta historia de la que ya se podría escribir un libro. Su oponente por un hueco en semifinales será la gran joya de la WTA, Mirra Andreeva, que quiere volver a la ronda en la que fue apeada en 2024. No es nada fácil, pero después de ver lo que está consiguiendo, descartar la sorpresa es imposible.