Son mujeres jóvenes, estadounidenses, famosas desde su infancia por su familia pero que han adquirido nombre propio por sí mismas. Hailey Bieber todavía no tiene 30 años y ya es multimillonaria. Hija de Stephen Baldwin, el menor de los hermanos Baldwin, y la diseñadora gráfica Kennya Deodato Baldwin, saltó a la fama por su relación con el cantante Justin Bieber. Pero se hizo un hueco en las páginas de las revistas de moda por su estilo, y porque millones de mujeres empezaron a imitar sus gustos, su forma de vestir, de llevar el pelo y de maquillarse.
Algo parecido le ha pasado a Kylie Jenner. Con tan solo 28 años, la pequeña del clan de Kardashian-Jenner, es conocida desde que tenía diez años y aparecía en el reality show de su familia. Pero las redes sociales la han catapultado a una fama con nombre propio, a través de los tutoriales de maquillaje que realiza con su propia línea cosmética, con la que se ha convertido en la segunda persona del clan con más dinero después de su archifamosa hermana Kim Kardashian. Su patrimonio neto es de 700 millones de dólares y aparece en la lista Forbes en el puesto 47 de las mayores fortunas femeninas en 2024.
Movimiento estratégico de Elf Beauty
Reinas del maquillaje y también de los negocios. Hailey ha vendido su firma Rhode por mil millones de dólares a Elf Beauty, una línea de cosmética que se ha vuelto muy popular entre la generación Z y los Millennials. Ya no es solo cómo son sus coloretes o pintalabios, sino que crean estilo en su forma de maquillarse. Hailey ha marcado tendencia con un estilo muy natural, maquillando los labios por fuera, dibujando pecas y dejando a un lado el eyeliner más elaborado de años anteriores.

Con este movimiento empresarial, la compañía Elf marca un cambio de estrategia y se expande al mercado de belleza de prestigio en un momento difícil, donde la inflación en Estados Unidos está repuntando y las jóvenes consumidoras cambian constantemente de producto y apuestan por lo más barato y de menor calidad. Pero el tirón de estas dos mujeres es muy fuerte. Proyectan un ideal de mujer que engancha a muchas chicas a través de TikTok o de Instagram. Son exitosas, tienen mucho dinero, parejas famosas, vidas aparentemente felices y llenas de lujo. Sus clientas no pueden tener sus coches pero sí una parte de sus vidas a través de un simple lápiz de ojos.
La marca Rhode se ha afianzado en un tiempo récord. Se lanzó en 2022 y ganó popularidad a través de las redas con unos brillos de labios que pueden llevarse encajados en la funda del móvil. No había influencer que no llevara su gloss de esta forma tan novedosa. Vende exclusivamente a través de su página web y tiendas emergentes apoyada en la gran fama e influencia de su creadora Hailey Bieber. “Elf Beauty representa una oportunidad increíble para elevar y acelerar nuestra capacidad de llegar a más miembros de nuestra comunidad con productos aún más innovadores y ampliar nuestra distribución a nivel mundial”, afirmó Bieber.
La joven modelo continuará como fundadora y como asesora estratégica tras el cierre del acuerdo. La empresa, que fabrica aproximadamente el 75% de sus productos de China, ya ha anunciado que se verá obligada a aumentar los precios en torno a un dólar por producto para combatir la presión arancelaria de Trump.
Kylie COsmetics por 600 millones
En el caso de Kylie Jenner, también vendió parte de su empresa Kylie COsmetics a la compañía Coty por 600 millones de dólares en 2020. Aún así mantiene el 44,1% de la compañía y sigue siendo la imagen fundamental de la marca. Aunque no es su única fuente de ingresos. Tiene otros acuerdos de publicidad gracias a la legión de seguidores que acumula en las redes sociales, y gestiona un patrimonio inmobiliario propio de un fondo de inversión. Según Celebrity Net Worth, a lo largo de los años, Kylie Jenner ha comprado y vendido varias casas en el sur de California y su residencia principal actual es una mansión en Hidden Hills.

Ahora su fama se ha extendido tras pasearse por las alfombras rojas de medio mundo de la mano de su nuevo novio, el actor Timothée Chalamet, mostrando que se puede desenvolver vestida de gala que frente al espejo para enseñar sus nuevos productos. Las dos son unas máquinas de hacer dinero gracias al negocio de la cosmética. Un ejemplo de cómo rentabilizar la fama y las redes sociales con menos de treinta años.