Han pasado trece meses desde que el BBVA lanzara una OPA hostil sobre el Banco Sabadell. Trabajadoras de los dos bancos, Susana Pérez y María Salud Vicente, cuentan cómo están viviendo este largo proceso. Las dos coinciden en que hay cierto cansancio en ambas plantillas por la prolongación del proceso y la incertidumbre sobre su futuro y que esas mismas dudas también se han trasladado a los clientes, que quieren saber qué va a suceder con su banco. Pero no hay rivalidad entre entidades, ante todo son compañeras en el sector.
Han pasado 13 meses desde que el BBVA lanzó la opa hostil sobre el banco Sabadell. ¿Qué ha cambiado en tu trabajo desde entonces?
Susana Pérez, BBVA: “No ha habido variación en mi trabajo desde el anuncio de la OPA. Seguimos centrados en el día a día de la entidad. A los efectos prácticos, el día a día de los trabajadores de BBVA sigue siendo el mismo que era antes del anuncio de la OPA.
María Salud Vicente, Sabadell: “Ha cambiado sobre todo el ambiente emocional. Aunque el trabajo del día a día sigue, hay una incertidumbre constante que se siente en muchas conversaciones. Se han ralentizado algunas decisiones estratégicas, como si estuviéramos en pausa, esperando qué pasará. En algunos equipos hay más tensión o desgana”.
¿Es el tema principal de las conversaciones de los trabajadores del banco?
S.P: “Durante estos 13 meses el protagonismo o no de la OPA en las conversaciones de los trabajadores ha venido motivado por la actualidad del proceso, es decir, cuando ha habido un anuncio al respecto pues sí que ha sido protagonista de conversaciones como es lógico, pero el resto del tiempo no ha estado presente con ese protagonismo”
S.V: “Totalmente. Aunque no todos los días, el futuro de la OPA está presente en las conversaciones, especialmente tras cada comunicado nuevo. Hablamos de cómo nos puede afectar, de rumores, de lo que dicen los medios… Es un tema que genera inquietud, y también muchas preguntas sin respuesta”.
¿Qué te parecen las condiciones del Gobierno?
S.P: “Hay que tomarse un tiempo y ver lo que implica realmente y no quedarse con una lectura superficial. Para valorarlas, hay que analizarlas detalladamente”
S.V: “Que el Gobierno intervenga estableciendo ciertas condiciones me parece positivo como protección básica, pero también insuficiente. Blindar el empleo tres años suena bien, pero ¿qué pasará después? Y no se habla tanto de condiciones de trabajo, cultura corporativa o movilidad. Falta concreción”.
El Ejecutivo blindado el empleo y asegura el número de oficinas al menos durante a tres años…
S.P: “De momento no tengo una opinión al respecto. Hay que analizar a fondo el documento del gobierno y ver qué implicaciones reales tiene para la plantilla y qué significan realmente las limitaciones que en él aparecen”.
S.V: “Tres años es un plazo corto en la vida laboral de cualquier persona. No elimina el miedo al ajuste futuro, sino que lo pospone. Además, no se especifica si se mantendrán funciones, condiciones, o si habrá movilidad forzosa. Es un alivio temporal, no una solución”.
Crees que en estas circunstancias, ¿el BBVA debería retirarse?
S.P: “Para valorar esta operación habría que tener toda la información. De la misma manera que no me he pronunciado en su día sobre si es buena o no, ahora mismo no puedo posicionarme sobre si es mejor una retirada o no de la misma.
S.V: “Es una decisión que corresponde a BBVA, a los accionistas y a los organismos reguladores. Desde la plantilla, lo que se espera es que cualquier decisión que se tome tenga en cuenta no solo el aspecto financiero, sino también el impacto humano y laboral. Lo importante es que se apueste por un proyecto sólido, con claridad y respeto por las personas”.
¿Cuál es la sensación de los trabajadores, ¿hay cansancio o preocupación ante el futuro?
S.P: “El proceso está siendo muy largo, son muchos meses en los que ha habido diferentes hitos que han puesto la operación en la actualidad de nuevo, es por ello que hay más cansancio entre la plantilla, derivado de la prolongación del proceso que preocupación por el mismo”
S.V: “Hay ambas cosas: cansancio y preocupación. Cansancio de vivir en una especie de ‘limbo laboral’ durante más de un año. Preocupación porque no sabemos cómo acabará esto y cómo nos afectará personalmente. La incertidumbre desgasta”
¿Ha cambiado algo la sensación interna de los trabajadores en trece meses, desde que se lanzó la OPA?
S.P: En el día de hoy la sensación sigue siendo, como lo era hace 13 meses, de que todo sigue en el aire y la operación puede continuar o no.
S.V: “Sí, al principio había más incredulidad y rechazo claro. Ahora, se mezcla con resignación y desgaste. Algunas personas ya piensan en posibles salidas, otras en cómo adaptarse. Se ha perdido algo de confianza institucional, y eso se nota”.
¿Qué te transmiten los clientes?
S.P: Los clientes manifiestan cansancio por el tiempo que se lleva con este tema
S.V: Los clientes también tienen dudas. Muchos preguntan qué pasará con sus productos, si se mantendrán las condiciones, o si habrá cambios en las oficinas. Algunos incluso temen perder la cercanía o el modelo de atención de Sabadell. Hay que dedicar más tiempo a tranquilizarlos.
¿Se ha creado rivalidad entre los trabajadores del banco?
S.P: “No, rotundamente no. Las relaciones siguen siendo las que eran. Seguimos siendo compañeros de sector como lo somos con los del resto de entidades. No somos rivales”.
S.V: “No se puede hablar de rivalidad como tal, pero sí existe cierta incertidumbre compartida y un clima de observación mutua. Al no haber claridad sobre cómo podría organizarse una posible integración, es normal que surjan comparaciones o inquietudes. Aun así, en general, el trato entre compañeros sigue siendo profesional y respetuoso”.