La reforma de las pensiones en 2026 marca un punto de inflexión en el sistema público español. No se trata de un cambio aislado ni improvisado, sino de la culminación de un proceso iniciado hace más de una década, con el objetivo declarado de garantizar la sostenibilidad financiera de las pensiones y adaptar el modelo a una sociedad cada vez más envejecida. A partir del 1 de enero de 2026, jubilarse en España dependerá más que nunca de tres factores clave: la edad, los años cotizados y la forma en la que se calcula la pensión.
¿Cuál es la edad de jubilación en 2026?
Uno de los pilares centrales de la reforma de las pensiones en 2026 es la edad legal de jubilación, que deja definitivamente atrás el modelo uniforme de los 65 años para todos. Desde ese año, la edad ordinaria dependerá del historial de cotización de cada trabajador.
En términos generales, podrán jubilarse a los 65 años quienes acrediten una carrera laboral larga, en torno a 38 años y tres meses cotizados. Quienes no alcancen ese umbral deberán esperar hasta los 66 años y 10 meses. Este sistema, ya conocido en ejercicios anteriores, se consolida en 2026 como antesala del horizonte de los 67 años fijado para 2027.
La reforma refuerza así una idea clara: trabajar más años o cotizar de forma más continua permite adelantar la jubilación. Mientras que las carreras laborales más cortas implican retrasarla.
¿Qué cambia en la cotización de las pensiones a partir de 2026?
La reforma de las pensiones en 2026 no modifica el requisito mínimo para acceder a una pensión contributiva. Se mantienen los 15 años de cotización, con la obligación de que al menos dos de ellos estén comprendidos dentro de los 15 años inmediatamente anteriores a la jubilación.
Donde sí hay cambios relevantes es en las cotizaciones sociales. A partir de 2026 continúa el refuerzo del llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una cotización adicional que se aplica sobre el salario y que está destinada a reforzar el fondo que pagará las pensiones futuras. Esta aportación, repartida entre empresa y trabajador, supone un ligero aumento de las cargas sociales, pensado para compensar el impacto de la jubilación masiva de la generación boomer.
El mensaje de fondo de la reforma es inequívoco: el sistema necesitará más ingresos para sostener el nivel de las prestaciones.
El nuevo cálculo de la pensión en la reforma de las pensiones en 2026
El cambio más profundo de la reforma de las pensiones en 2026 afecta al cálculo de la pensión. Hasta ahora, la base reguladora se obtenía a partir de las bases de cotización de los últimos 25 años de vida laboral. Desde 2026 entra en vigor un sistema más amplio y flexible.
Se implanta un modelo dual y transitorio que permite comparar dos fórmulas: la tradicional, basada en 25 años, y una nueva que amplía progresivamente el periodo de cálculo. Este nuevo método tiene en cuenta más años de cotización y permite descartar los peores meses. Una medida pensada para proteger a quienes han tenido carreras irregulares, periodos de desempleo o bajadas salariales al final de su vida laboral.
Durante varios años, el trabajador podrá optar por el cálculo que le resulte más favorable, evitando así pérdidas automáticas en la cuantía de su pensión.