El último informe de la OCDE ha encendido las alarmas sobre el sistema de pensiones español. Aunque el Gobierno presume de que la economía va como un cohete y seguirá creciendo por encima de la media europea, el organismo internacional advierte de que este avance se enfrenta a un muro demográfico y fiscal que amenaza la sostenibilidad futura.
Según el documento, las reformas aprobadas hasta ahora no bastan para contener el gasto y el sistema de pensiones podría tensionarse hasta niveles difíciles de gestionar si no se actúa cuanto antes.
El informe señala que el PIB crecerá en torno al 2,9% en 2025, impulsado por el consumo y el turismo. Sin embargo, insiste en que la buena salud coyuntural no debe ocultar los desequilibrios estructurales que afectan al sistema de pensiones.
El envejecimiento demográfico, el gran desafío
La OCDE subraya que España será uno de los países más envejecidos del mundo en 2050, solo por detrás de Corea del Sur. Este fenómeno presionará como nunca al sistema de pensiones, que deberá atender a más jubilados durante más años mientras la población activa se reduce.
La organización recuerda que, aunque se ha reintroducido la actualización con el IPC y se han aumentado cotizaciones mediante el Mecanismo de Equidad Intergeneracional, “las cuentas no salen”.
Las proyecciones son claras. El gasto del sistema de pensiones aumentará en 3,2 puntos del PIB entre 2023 y 2050. Un incremento que podría disparar la deuda pública si no se aplican correcciones profundas.
Reformar el sistema de pensiones: medidas impopulares pero inevitables
Una de las recomendaciones más polémicas del informe es ampliar el periodo de cálculo de la pensión hasta los 35 años. Una modificación que afectaría especialmente a quienes no tienen carreras de cotización largas. Este ajuste, según la OCDE, permitiría aproximar el sistema de pensiones español al de otros países europeos y reducir parcialmente la presión sobre las cuentas de la Seguridad Social.
La organización también insiste en recuperar un mecanismo que vincule la edad legal de jubilación a la esperanza de vida. Algo similar al derogado Factor de Sostenibilidad. Para la OCDE, alargar la vida laboral no es una opción, sino una obligación para garantizar la estabilidad del sistema de pensiones en las próximas décadas.
El informe reconoce que no basta con recortar o endurecer el acceso a la jubilación: también es necesario reforzar los ingresos del Estado. Pero la OCDE desaconseja elevar más las cotizaciones sociales, ya que esto podría frenar la creación de empleo y afectar todavía más al sistema de pensiones.
En su lugar propone una reforma fiscal profunda que elimine exenciones del IVA, aumente la fiscalidad medioambiental y armonice impuestos indirectos. Con ello se busca diversificar las fuentes de financiación del sistema de pensiones sin sobrecargar el mercado laboral.
Productividad, empleo sénior y reformas estructurales
Junto a las cuestiones fiscales y demográficas, el informe recuerda que la baja productividad es un problema recurrente que repercute directamente en el sistema de pensiones. Un tejido empresarial dominado por pymes de reducido tamaño limita la capacidad de crecimiento a largo plazo. La OCDE pide:
- Eliminar trabas regulatorias.
- Fomentar que las empresas escalen.
- Mejorar la formación de los trabajadores mayores de 50 años (cuya salida prematura del mercado laboral agrava el déficit del sistema de pensiones).
El Estudio Económico 2025 resume así el contexto: aunque España crea empleo y evita la recesión, la inercia no garantiza la sostenibilidad futura. El país se enfrenta a un trilema inevitable —trabajar más, pagar más impuestos o cobrar pensiones más bajas— si quiere preservar el sistema de pensiones para las próximas generaciones.