Brañosera, un pequeño enclave de apenas 250 habitantes en la Montaña Palentina, se ha convertido esta semana en epicentro institucional e histórico con la visita de los Reyes Felipe VI y Letizia. El motivo no es otro que la conmemoración del 1.200 aniversario del Fuero de Brañosera, considerado el documento fundacional del municipalismo en España y, para muchos expertos, la primera carta puebla de la Europa occidental.
Brañosera: cuna del municipalismo y símbolo de autogobierno
El 13 de octubre del año 824, el conde Munio Núñez y su esposa, la condesa Argilo, otorgaron a los pobladores de Brañosera un fuero que les reconocía derechos hasta entonces insólitos. En plena Alta Edad Media, cuando predominaban las estructuras feudales, este documento permitía a los habitantes organizarse como una comunidad autónoma, con privilegios como el uso comunal de montes y pastos o la exención de ciertas cargas impuestas por los señores.
Ese gesto no solo consolidó a Brañosera como el primer municipio con entidad jurídica reconocida en la Península, sino que sentó un precedente legal y social que sería clave para el proceso de repoblación durante la Reconquista.
La visita de los Reyes a Brañosera, en el marco del X aniversario de la proclamación de Felipe VI, no ha sido un simple acto conmemorativo. La presencia de la Casa Real en este rincón de Palencia supone un respaldo institucional a los valores del municipalismo, la descentralización y la cohesión territorial.
Durante el acto, celebrado en el corazón del municipio, se recordó el valor simbólico del Fuero de Brañosera como expresión temprana del autogobierno. También se subrayó su plena vigencia en un contexto actual donde las administraciones locales desempeñan un papel esencial en la prestación de servicios y la vertebración democrática del territorio.
Un entorno privilegiado con siglos de historia
Ubicado en el Parque Natural de Fuente Cobre-Montaña Palentina, donde nace el río Pisuerga, Brañosera conserva intacta su atmósfera medieval. Las casas de piedra, las calles empedradas y las iglesias románicas como las de Santa Eulalia o San Miguel ofrecen una imagen detenida en el tiempo, que contrasta con la efervescencia del momento político e histórico que vive el municipio.
Más allá de su belleza, Brañosera representa una forma de entender la historia desde lo local, poniendo en valor el arraigo, la tradición y la participación ciudadana como motores de transformación.
La efeméride ha dado lugar a numerosas actividades culturales e institucionales. Uno de los actos más llamativos ha sido la creación del Bosque de los Municipios, con la plantación de 8.132 árboles, uno por cada municipio español. Un homenaje a la diversidad territorial y a la unidad simbólica que representa Brañosera.
Además, el pueblo ha formalizado hermanamientos internacionales con localidades como Salorino (Cáceres) y La Maná (Ecuador), ampliando su influencia simbólica más allá de nuestras fronteras. También se ha celebrado un congreso en Palencia con historiadores y juristas que han profundizado en el impacto del fuero en la evolución del derecho local.