La cena ofrecida por los reyes de los Países Bajos en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya, como antesala a la Cumbre de la OTAN, reunió este martes a líderes internacionales en un ambiente social algo más distendido. Los anfitriones, el rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima, ya esperaban en el interior del palacio junto a su hija, la princesa Amalia, heredera al trono, para recibir a los mandatarios. Destacamos a las mujeres que, ya sea como líderes o primeras damas, formaron parte del evento.
En la entrada del palacio, los primeros en posar fueron el primer ministro neerlandés, Dick Schoof, acompañado de su pareja, Loes Meurs.
La presidenta de Macedonia del Norte, Gordana Siljanovska-Davkova, fue una de las primeras en llegar. Su aparición reafirmó el creciente protagonismo de las mujeres al frente de los gobiernos europeos.
Desde Luxemburgo, el primer ministro Luc Frieden llegó junto a la primera dama Marjolijne Frieden.
La representación báltica llegó de la mano del primer ministro estonio Kristen Michal y su pareja, Evelin Oras.
Por su parte, el primer ministro albanés, Edi Rama, no pasó desapercibido —como es habitual en él—, y su esposa, Linda Rama tampoco.
Entre las figuras institucionales de Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llegó con su habitual porte firme, acompañando al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
En contraste, algunos líderes optaron por acudir sin acompañantes, como Pedro Sánchez, Keir Starmer y Friedrich Merz, cuya llegada en solitario no pasó desapercibida, ya que el alemán sí fue acompañado de su mujer en el G7 hace tan solo una semana.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, fiel a su estilo, llegó sola, mostrando una imagen de independencia que ya es marca de su carrera política tras la polémica ruptura con su pareja.
Desde Varsovia, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, llegó junto a su esposa, Agata Kornhauser-Duda
El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, acudió junto a su mujer, Birgitta Ed. Ed, psicoterapeuta de profesión, es conocida por su bajo perfil mediático.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y la primera dama Emine Erdogan llegaron con su habitual porte formal y tradicional.
Uno de los momentos más esperados de la velada fue la llegada del presidente francés, Emmanuel Macron, acompañado por Brigitte Macron. La primera dama francesa ha estado bastante ausente en la agenda del presidente tras la bofetada de Vietnam. La semana pasada no la vimos en el G7, pero ha reaparecido para la cumbre de la OTAN. La pareja es la que más se ha parado para ser bien captados por las cámaras de los periodistas, mientras la mayoría de los asistentes solo han salido del coche y subido directamente por las escaleras.
Una ráfaga de viento logró levantar parte de la alfombra roja colocada para recibir a los mandatarios. Sin embargo, el protocolo reaccionó con rapidez y eficacia, y el incidente fue resuelto en segundos, antes de que hicieran su entrada el siguiente invitado.
Lo mejor se hace esperar. Trump llegó en “La Bestia”, el blindado presidencial, y como de costumbre sin Melania Trump. Este año la cumbre es suya, y tras él se cierran las puertas del Palacio Huis ten Bosch, donde el rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima lo esperan para saludarlo.