Este martes, la sala del Tribunal de Apelación de Gard se llenará de tensión cuando Dominique Pelicot, ya condenado a veinte años de prisión, y Husamettin Dogan, el único hombre de los 51 condenados en el caso de las violaciones de Mazan que apeló, se encontraron cara a cara.
En el centro de la vista se encuentra una única pregunta: ¿participó Dogan en una violación planificada o fue manipulado por el perpetrador de uno de los casos penales más impactantes de Francia?
“Nunca quise viola a esta señora”
Por un lado, Husamettin Dogan, de 44 años, sostiene que fue “trampeado” por Dominique Pelicot. Afirma que creía estar participando en un encuentro libertino consentido, sin saber que Gisèle Pelicot, la víctima, había sido drogada. “Nunca quise violar a esta señora, a quien respeto”, declaró ante el tribunal, moviéndose con dificultad debido a la artritis que desarrolló durante su prisión preventiva.
Por otro lado, Dominique Pelicot, de 72 años, niega cualquier manipulación. “Él vino con pleno conocimiento de los hechos“, declaró su abogada, Béatrice Zavarro, a la AFP. Pelicot, ya condenado y sin posibilidad de apelación, ahora solo comparece como testigo. “Soy un violador y todos los acusados de esta sala son violadores”, aseguró ya durante el macrojuicio del año pasado Pelicot.
Violaciones durante casi una década
Entre 2011 y 2020, Pelicot administraba regularmente tranquilizantes a su esposa antes de violarla él mismo e invitar a docenas de hombres desconocidos, reclutados en Internet, a hacer lo mismo. Todo ello fue filmado y archivado con inquietante precisión en su casa de Mazan.
Este martes por la tarde, se proyectarán fragmentos de estos vídeos en el tribunal, algo poco habitual en los juicios por agresión sexual. En uno de los vídeos, fechado el 28 de junio de 2019, se verá a Dogan retirándose repentinamente cuando la víctima parece moverse, para volver momentos después. Las imágenes pondrán en duda su afirmación de que creía que ella solo fingía estar dormida.
Audiencia pública, sin puertas cerradas
Fiel a su decisión del primer juicio, Gisèle Pelicot se negó a solicitar una audiencia a puerta cerrada. Solo pidió que se permitiera a su hijo, Florian, abandonar la sala antes de que se mostraran los vídeos.
A primera hora del día, el tribunal escuchó a los investigadores policiales y a los expertos forenses, que detallaron los años de abusos y su devastador impacto en la víctima.
Testimonios de una vida en ruinas
El día estaba previsto que concluyera con los testigos llamados por el equipo legal de la víctima: amigos de su pasado y presente que, según su abogado Antoine Camus, describirían “la magnitud de la destrucción” y el largo proceso de reconstrucción de su vida.
Gisèle Pelicot, que llegó y salió del tribunal entre aplausos, testificará este miércoles por la mañana. Se espera que su declaración sea uno de los momentos más emotivos de este juicio de apelación.
El veredicto se espera para el mismo miércoles por la tarde o el jueves.
Este cara a cara entre Husamettin Dogan y Dominique Pelicot puede que no deparé sorpresas, ya que ambos hombres se mantienen firmes en sus posiciones. Pero para la víctima, supone otro paso crucial hacia la justicia y el reconocimiento.