La ruta atlántica volvió a mostrar su rostro más amargo este martes en el puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro. Al menos siete personas han muerto -entre ellas cuatro mujeres, una menor de 16 años y dos niñas de 5– y un bebé permanece desaparecido, después de que un cayuco con unas 150 personas a bordo volcara a escasos metros del muelle, en el momento preciso en que se disponía a desembarcar tras ser escoltado por la Salvamar Diphda. Las imágenes retransmitidas en directo por los compañeros de la Televisión Canaria mostraron en tiempo real el instante del desastre: la embarcación, tras días de travesía desde Guinea Conakri, volcó súbitamente, arrojando al agua a decenas de personas, muchas de ellas menores.
Según el comunicado oficial de Salvamento Marítimo, el cayuco había sido localizado a primera hora de la mañana por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) a unas seis millas de La Restinga. La Salvamar Diphda fue desplegada para acompañar la embarcación hasta el puerto, donde se intentaba realizar el desembarco de manera segura. Sin embargo, cuando el cayuco ya se encontraba prácticamente amarrado, un movimiento de los propios ocupantes —que, por la tensión acumulada durante la travesía, se concentraron en una de las bandas— provocó su escoramiento y posterior vuelco.
Fue un instante fugaz, registrado en las cámaras: un lado de la barcaza se hunde, las personas caen al agua, los gritos rompen el aire, y el puerto se convierte en un caos de cuerpos flotando, brazos alzados y socorristas lanzándose al rescate.
El personal de Salvamento Marítimo, a bordo de las Salvamar Diphda y Salvamar Navia, activó de inmediato el protocolo de emergencia, arrojando aros salvavidas y recogiendo a los náufragos desde el agua. A las labores se sumaron efectivos de la Policía Nacional, la Guardia Civil, Cruz Roja, el personal sanitario en tierra, los clubes de buceo locales y trabajadores del muelle, que no dudaron en saltar al agua para intentar salvar vidas. Entre los rescatados se encuentran dos niñas en estado crítico, que han sido evacuadas en helicóptero al Hospital Universitario de Tenerife. La búsqueda del bebé desaparecido continúa mientras los rescatistas peinan las aguas del puerto.
El cayuco había zarpado de las costas de Guinea Conakri el pasado 18 de mayo. Fueron más de diez días de travesía bajo condiciones meteorológicas especialmente adversas, con el océano en calma tensa, fuertes vientos y oleaje irregular que pusieron a prueba la resistencia de la embarcación y de sus ocupantes, muchos de ellos exhaustos, deshidratados y en estado de hipotermia al llegar.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, que estaba de visita en El Hierro, acudió a La Restinga donde expresó su consternación ante los medios. “Estamos viendo el rostro más duro de la inmigración. Niños, niñas, mujeres, hombres que han cruzado el océano huyendo de la pobreza y de la muerte, que creían haber llegado a un lugar seguro, y que han encontrado la tragedia en el momento de pisar tierra. Esto es insoportable. Pedimos una acción decidida a la Unión Europea, que no puede seguir mirando hacia otro lado. Aquí no hay estadísticas, hay vidas, hay personas”.
Clavijo destacó el esfuerzo de los equipos de rescate ante lo que ocurría en el muelle: “Se han lanzado al agua jugándose la vida, en medio de una mezcla de gasolina y agua que impedía la visibilidad. Su trabajo ha salvado muchas vidas, y merecen todo nuestro reconocimiento”. Con voz quebrada, añadió: “No es lo mismo ver un cayuco llegar con fallecidos a bordo que ver cómo una embarcación vuelca delante de tus ojos, ver cómo caen al agua, cómo algunos no salen. Es demoledor”.
Desde Cruz Roja, el equipo desplegado en La Restinga describió la magnitud del desastre a través de un portavoz. “El impacto emocional es enorme. Había personas atrapadas en el interior del cayuco, otras intentaban nadar, los gritos eran desgarradores. Cada segundo era decisivo. Hemos lanzado salvavidas, hemos asistido a los más vulnerables, pero es imposible llegar a todos a tiempo. Esta es la realidad de la ruta atlántica”, explicó una portavoz.
Este es el primer cayuco que llega a El Hierro tras casi dos semanas de parón en las llegadas. Apenas un día antes de la tragedia, una delegación de eurodiputados había visitado las islas, advirtiendo de la “calma tensa” que se vive en Canarias y anticipando nuevas salidas desde las costas africanas. Los hechos han confirmado ese pronóstico de la peor manera posible.
Las cifras de la crisis migratoria
Las llegadas irregulares de personas migrantes a Canarias han disminuido un 28% durante el primer trimestre de este año en comparación con el mismo periodo de 2024. En términos absolutos, esto supone 3.671 personas menos que el año anterior: las cifras han pasado de 13.095 llegadas registradas entre enero y marzo de 2024 a un total de 9.424 en el mismo periodo de 2025.
Aun así, la ruta atlántica es una de las más letales del mundo. En lo que va de año, miles de personas han intentado llegar a Canarias a bordo de embarcaciones precarias, arriesgando sus vidas en un océano implacable. La cifra de muertos y desaparecidos en esta ruta sigue creciendo, y las escenas vividas este martes en La Restinga son un recordatorio brutal de la tragedia humana que se vive en la frontera sur de Europa.