Coloquio

“Formatos feministas”: la construcción de narrativas feministas más allá del texto impreso

La SEGIB pone en valor la transformación del feminismo a través de la cultura en la Feria del Libro

Brenda Navarro, Virginia Rodrigo, Altamira Gonzalo y Teta y Teta en un encuentro moderado por Lula Gómez, periodista y Directora de Comunicación de SEGIB
Brenda Navarro, Virginia Rodrigo, Altamira Gonzalo y Teta y Teta en un encuentro moderado por Lula Gómez, periodista y Directora de Comunicación de SEGIB

En un contexto editorial aún dominado por voces masculinas, la Feria del Libro de Madrid ha abierto este año un canal que visibiliza la pluralidad femenina. Bajo el paraguas del Pabellón Iberoamericano, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) presenta una iniciativa relevante: la mesa Formatos feministas, un espacio que reúne literatura, música, derecho y redes sociales para mostrar cómo el feminismo trasciende géneros y formatos.

Esta mesa, moderada por Lula Gómez —directora de comunicación de la SEGIB—, incorporó creadores y pensadoras con trayectorias diversas: la escritora mexicana Brenda Navarro; la artista multidisciplinar y podcaster Virginia Rodrigo; Marina García Canedo, responsable del proyecto Teta y Teta; y la jurista Altamira Gonzalo. Completaron el panel dos referentes de redes y comunicación: las creadoras de contenido detrás del asunto viral de Instagram Teta y Teta.

Durante hora y media de reflexión, estas voces compartieron experiencias sobre la construcción de narrativas feministas más allá del texto impreso. La charla abarcó desde el activismo jurídico —la lucha por la aplicación efectiva de leyes de igualdad— hasta la revisión del propio cuerpo de la mujer como objeto de deseo, denuncia y empoderamiento. Se abordó cómo, en ciertos sectores, el 51 % de la población femenina llega a ser vista como “vieja” a partir de los 22 años, un fenómeno de invisibilización social.

Un asunto recurrente fue la cosificación del cuerpo y la urgencia de transformar ese imaginario mediante narrativas cada vez más multidisciplinares: la música, el humor, las ilustraciones digitales o los formatos híbridos. Virginia Rodrigo señaló que “usar el arte, la música o el audiovisual permite salir de la academia o del derecho y llegar a otras audiencias”. La mesa redonda reconoció que la lucha feminista necesita también momentos de alegría, cuidado personal y acompañamiento comunitario, no solo enfrentamiento político. Como una participante dijo: “Necesitamos reírnos, cuidarnos y encontrar las palabras adecuadas para educar”.

La mesa no escapó a la denuncia: se habló del feminicidio como un síntoma extremo de la violencia patriarcal y de la urgencia de convertir en ley los avances operativos en cada país. Quedó patente la frustración de muchas participantes por ver que las leyes de igualdad son papel mojado en numerosos lugares. Al mismo tiempo se planteó la aspiración de un día no tener que convocar espacios feministas: un acto de utopía.

El debate también sacó la mirada hacia las nuevas generaciones: muchas asistentes cerraron sus intervenciones con un deseo colectivo por ellas: “ser concejala”, “lograr poder real” o “tener derecho a la palabra” y “ocupar el espacio público con la autoridad que les corresponde”.

Este encuentro forma parte de una programación que celebra el XX aniversario de la SEGIB, con otras mesas sobre inteligencia artificial y desinformación previstas el 13 de junio en el mismo espacio.

En este contexto, Formatos feministas se convierte en un ejemplo de cómo el sector editorial se abre a formas diversas de reivindicación y expresión de género. Plantea que la lucha no reside solo en lo que se publica en papel, sino en la multiplicidad de soportes y narrativas que hoy pueden transformar mentalidades, movilizar cuerpos y acompañar la memoria colectiva.

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