Ya se ha sorteado el cuadro del segundo major de la temporada. Roland Garros da el pistoletazo de salida este domingo en París y, entre las noticias que genera el inicio del torneo, destaca el regreso de Paula Badosa al circuito.
La tenista catalana volverá a competir tras varias semanas fuera de las pistas por lesión. Y lo hará, nada menos, ante Naomi Osaka en la primera ronda. Un duelo de alto voltaje para una jugadora que aún está intentando recuperar ritmo y confianza.
El sorteo no ha sido del todo generoso con la tenista. Su primer obstáculo en la arcilla parisina será una de las jugadoras más reconocidas del circuito, ex número uno del mundo y ganadora de cuatro torneos de Grand Slam.
Aunque Osaka todavía busca reencontrarse con su mejor versión, sigue siendo una rival temible, con un juego agresivo, que le ha caracterizado con los años, que puede llegar a poner en aprietos a cualquiera.
En el caso de Paula Badosa, el reto es doble. No solo tendrá que medirse a una campeona consolidada, sino que lo hará tras una primavera marcada por las molestias físicas.
Su espalda ha sido su mayor enemiga en los últimos meses. A causa de esos problemas, la española se perdió dos citas clave de la gira de tierra batida: el Mutua Madrid Open y el Masters 1000 de Roma. Torneos donde solía brillar y sumar puntos valiosos de cara al ranking y la confianza.
A pesar de todo, Badosa no pierde la motivación. El hecho de volver a competir en un Grand Slam es ya un paso importante para ella, sobre todo para fortalecer la espalda y no recaer.
Su duelo contra Osaka todavía no tiene horario confirmado, pero será uno de los platos fuertes del inicio del torneo.
Se trata de un cruce entre dos ex top ten que atraviesan procesos diferentes de reconstrucción. Osaka, que regresó esta temporada tras su maternidad, aún busca constancia; Badosa, por su parte, sueña con reencontrarse con el nivel que la llevó a lo más alto del tenis femenino.
Búsqueda de la gloria
Su regreso este año tiene un sabor distinto. Ya no llega como cabeza de serie ni como una de las grandes candidatas, pero sí como una jugadora peligrosa para cualquiera, con hambre de redención y con el objetivo de reencontrarse con su mejor versión.
Aunque los focos mediáticos estén sobre otras favoritas, como Iga Świątek, Aryna Sabalenka o Coco Gauff, nadie subestima el peligro que puede representar una Paula Badosa motivada y con confianza.
Ambas tenistas han demostrado en el pasado que son capaces de vencer a cualquier rival cuando están en plenitud. Y aunque lleguen con dudas, el escenario de un Grand Slam puede ser el impulso que necesitan para recuperar sensaciones. La Philippe-Chatrier —o quizás la Suzanne-Lenglen— será testigo de un choque muy competitivo y disfrutable entre ambas,
Paula Badosa está de vuelta. Y lo hace en uno de los escenarios más emblemáticos del circuito. Con dudas físicas, sí, pero con la determinación que la ha caracterizado siempre. Porque, si algo ha demostrado la catalana a lo largo de su carrera, es que nunca baja los brazos.