Europa debe avanzar en la transición energética sin poner en riesgo su competitividad: “El mundo va a seguir necesitando petróleo y gas durante décadas”. Este fue uno de los mensajes claves del presidente de Repsol, Antonio Brufau, a sus accionistas. En este sentido, el directivo reclamó a Bruselas una “verdadera unión energética” para reducir la dependencia exterior —“seguimos importando grandes cantidades de gas de Rusia y China refina el 90% de los minerales críticos”— y criticó que el coste energético en Europa sea hoy 2,5 veces superior al de Estados Unidos y China. “Es un problema de enorme envergadura para la competitividad industrial”, sostuvo, citando el informe Draghi.
El presidente defendió la relevancia del refino, un sector al que calificó como “estratégico” tanto para la descarbonización como para la autonomía industrial de Europa. “Más del 95% del transporte de personas y mercancías en Europa se mueve con combustibles líquidos producidos en refinerías […] Si no hubiese refino, no habría química en Europa”, recordó.
Riesgos
Asimismo, alertó del riesgo de desindustrialización: una cuarta parte de las refinerías europeas han cerrado ya, “y si no actuamos, veremos cómo esta tendencia se acelerará”. Por ello, instó a desarrollar un plan específico para la transición del sector del refino e insistió en que se deben contabilizar las emisiones del transporte “en todo el ciclo de vida” y no solo desde el tubo de escape. También pidió un régimen fiscal reducido para los combustibles renovables, “que facilite las inversiones y potencie su consumo”.
“No se trata de oponer vehículos eléctricos contra motores de combustión, ni de intentar reducir la ambición de los objetivos de descarbonización de la Unión Europea. Se trata de dar a todas las tecnologías la misma oportunidad, para que la transición sea más rápida, a menor coste, creando más riqueza industrial y más empleo de calidad”, señaló Brufau.
Estrategia multienergética
“Seguimos invirtiendo en petróleo y gas, pero también en generación eléctrica, combustibles renovables y soluciones circulares”, afirmó el consejero delegado, Josu Jon Imaz, en el marco de la hoja de ruta 2024-2027 de Repsol. Este plan se sustenta en tres pilares: una política de remuneración creciente al accionista, una posición financiera sólida y una transformación industrial rentable con una inversión neta de entre 16.000 y 19.000 millones de euros hasta 2027.
“Continuaremos ofreciendo todas las formas de energía que la sociedad necesita, con el único límite de la tecnología, no de la ideología y lo seguiremos haciendo de forma competitiva, asequible y cada vez más descarbonizada”, remarcó Imaz. En relación con la oferta multienergética, destacó una base de 9,3 millones de clientes digitales, una cuota del 6,3% en el mercado eléctrico, convirtiendo a Repsol en el cuarto operador, más de 1.100 estaciones de servicio que expenden combustible 100% renovable en la Península Ibérica y una de las redes de recarga eléctrica más relevantes en España y Portugal. Como muestra de esta apuesta, detalló el proyecto de la Ecoplanta de Tarragona, con más de 800 millones de inversión para transformar residuos sólidos urbanos en combustibles renovables.
Venezuela y Perú
Imaz confirmó que, pese a la expiración de la licencia operativa el pasado 27 de mayo, Repsol mantiene actividad en Venezuela y sigue “en diálogo franco, abierto y sincero” con el Gobierno de Estados Unidos para buscar una solución que le permita continuar. Subrayó que el 85% de su operativa en el país es de gas natural, esencial para sostener el sistema eléctrico venezolano. “La operativa se desarrolla con pleno respeto a la legalidad venezolana e internacional, incluida la estadounidense”, declaró. La exposición patrimonial del grupo en Venezuela asciende a 504 millones de euros, casi el doble que en 2023, e incluye inversiones en Cardón IV y Petroquiriquire y cuentas a cobrar a PDVSA.
Respecto a las demandas por el derrame de crudo en Perú en 2022 —una de ellas admitida por el Tribunal de La Haya—, Imaz se mostró confiado en que serán desestimadas. “Desde el primer momento asumimos la plena responsabilidad de la limpieza, no la legal, que posiblemente no teníamos, pero sí la moral”, apuntó, al tiempo que recordó que Repsol ha completado un proceso de compensación con el Gobierno peruano. “El 99% de las personas identificadas han recibido ya sus acuerdos de compensación”, aseguró.
Dividendos y recompra de acciones
La Junta aprobó el abono de dos dividendos de 0,5 euros brutos por acción: el primero se pagará en julio de 2025 y el segundo en enero de 2026, elevando así el dividendo efectivo anual a 0,975 euros, un 8,3% más que en 2024. La retribución total al accionista en el último ejercicio alcanzó los 1.928 millones de euros, equivalente a 1,6 euros por acción. Asimismo, se dio luz verde a una reducción de capital de 350 millones de euros mediante recompra de acciones, así como a una autorización para ejecutar amortizaciones adicionales de hasta un 10% del capital social, lo que otorga a la compañía flexibilidad para gestionar su estructura accionarial. La Junta ratificó también la reelección como consejeras de Aurora Catà e Isabel Torremocha, así como la de Mariano Marzo, consolidando el actual esquema del consejo de administración.