ANDALUCÍA

Ni Marbella ni Mallorca: la lujosa urbanización a 700 km de la capital donde veranean los madrileños de la alta sociedad

Cuando pensamos en turismo de lujo es muy fácil caer en Marbella, Ibiza o Mallorca, pero lejos de esos sitios, la alta sociedad madrileña ha encontrado un enclave mágico en la costa de Cádiz

Lejos del bullicio de Marbella, la ostentación de Ibiza o la masificación de Mallorca, hay un rincón en la costa de Cádiz donde el lujo es más discreto, más tranquilo y más familiar. A unos 700 kilómetros de Madrid, Roche se ha convertido desde hace décadas en el refugio de verano favorito de muchas familias de la alta sociedad madrileña. Y no, no es un lugar lleno de yates ni clubes exclusivos. Aquí el estilo es otro, mucho más sosegado, en el que se disfruta del mismo lujo, pero de forma diferente.

Roche es una urbanización que pertenece al municipio de Conil de la Frontera, pero tiene vida propia. Entre pinares infinitos y acantilados que miran al Atlántico, se esconden grandes casas blancas, con jardines cuidados, piscina y sombra natural. No hay rascacielos, ni aglomeraciones, ni apenas turistas. Y eso es justo lo que buscan quienes veranean aquí cada año: privacidad, seguridad y mucha calma.

En verano, este pequeño enclave se llena de caras conocidas: empresarios, banqueros, actores, músicos y periodistas que prefieren pasar desapercibidos. Las bicis sustituyen a los coches, las sombrillas al postureo, y las largas sobremesas en porches familiares a las discotecas de moda. Aquí lo que se valora es el lujo tranquilo, sin escaparate y sin tener que mostrar al mundo la ostentación, porque aquí la forma de vida es más sosegada, sin dejarse exprimir a lo grande por el estrés y el interés por influenciar.

La playa de Fuente del Gallo, uno de los lugares más mágicos de toda la zona de Roche, el secreto de la alta sociedad madrileña

El secreto de la jet set madrileña

La historia de Roche se remonta a los años 60, cuando un promotor madrileño vio en esta costa virgen un lugar ideal para construir un pequeño paraíso privado. Durante años, las casas solo se ofrecían a conocidos, en un círculo muy cerrado. Con el tiempo, la urbanización fue creciendo, pero siempre con reglas claras: nada de masificación. Las parcelas tienen que tener al menos 700 metros cuadrados, y las casas no pueden superar las dos plantas.

La estética tradicional sigue reinando, con fachadas blancas, tejados inclinados y espacios amplios, aunque algunas villas de diseño moderno han empezado a aparecer. Los precios de los alquileres no son precisamente populares: en temporada alta, una villa bien situada puede costar entre 8.000 y 40.000 euros por quincena. Y aún así, la demanda supera la oferta.

Roche tiene su propia playa, que es casi privada, varias calas escondidas, pistas deportivas y una vida social mínima. No hay clubes nocturnos ni restaurantes de lujo dentro de la urbanización. Quien quiere más movimiento, tiene que ir a otros lugares cercanos como Chiclana o Sancti Petri, pero esta zona, llena de pueblos vacacionales, permite tener muchas opciones para disfrutar. Aunque eso sí, la mayoría prefiere quedarse y disfrutar de las opciones que da Roche: montar a caballo, practicar surf, leer en el porche o simplemente desconectar.

Puede que Roche no tenga el brillo de otros destinos, pero es precisamente eso lo que enamora a quienes lo conocen. Y cada verano, los coches con matrícula de Madrid vuelven a llenar sus caminos de tierra, buscando el mismo plan: buen tiempo, tranquilidad y un lujo que no necesita ser mostrado, pues el interés por estar allí va más allá de publicaciones de Instagram.

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