Castilla-La Mancha

La joya medieval del siglo IX que casi nadie visita, tiene una historia espeluznante y está declarada como Bien de Interés Cultural

En 1992, el castillo de Riba de Santiuste fue declarado Bien de Interés Cultural. Un gran reconocimiento que pone en valor su relevancia

Castillo de Riba de Santiuste - Sociedad
Una fotografía de archivo del castillo de Riba de Santiuste
Lugares Perdidos/ José Alfonso

La historia de España está escrita, piedra a piedra, sobre los cimientos de sus fortalezas medievales. Con más de 2.500 castillos inventariados —y cerca de 10.000 si se suman torres, ruinas y bastiones defensivos— el país se erige como uno de los mayores santuarios de la arquitectura militar medieval en Europa. Dentro de este mapa de piedra y leyenda, la provincia de Guadalajara se presenta como un auténtico filón para los amantes del medievo. Y, sin embargo, entre los muros más desconocidos y fascinantes del lugar se alza el castillo de Riba de Santiuste. Una fortaleza árabe reconstruida que resiste al olvido con la dignidad de las gestas perdidas.

El castillo de Riba de Santiuste no es uno de esos enclaves que aparecen en los circuitos turísticos más populares ni en los catálogos de escapadas rurales más vendidos. Su singularidad, sin embargo, es incuestionable. Se trata de un recinto fortificado de origen andalusí, cuyos orígenes se remontan al siglo IX y cuya historia encapsula el pulso cruento entre musulmanes y cristianos en los tiempos de la Reconquista.

Una fortaleza árabe en el corazón de Castilla

La importancia del castillo de Riba de Santiuste radica no solo en su belleza monumental, sino en el contexto histórico al que perteneció. Encaramado sobre un risco de la Serranía de Guadalajara, su ubicación no fue casual. Formó parte de un entramado de castillos defensivos construidos por los musulmanes para frenar el avance cristiano. Hasta el año 1085, este castillo fue una pieza clave dentro del sistema de defensa andalusí, hasta que la toma de Toledo por Alfonso VI marcó un antes y un después.

Castillo de Riba de Santiuste - Sociedad
Parte noroeste del castillo
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Tras caer en manos cristianas, el castillo de Riba de Santiuste fue testigo y escenario de disputas eclesiásticas, enfrentamientos entre reinos y guerras civiles. Estuvo bajo la tutela del obispado de Sigüenza, fue codiciado por las coronas de Castilla y Aragón y terminó siendo arrasado en el siglo XIX por las tropas napoleónicas durante la invasión francesa. Su historia es, en sí misma, un compendio de la Edad Media peninsular.

De ruina a redención: la restauración del castillo

Durante más de un siglo, el castillo de Riba de Santiuste permaneció en ruinas, siendo poco más que un esqueleto de piedra consumido por el tiempo. No fue hasta 1973 cuando el Estado subastó la propiedad, que pasó entonces a manos privadas. Desde entonces, sus nuevos propietarios han llevado a cabo una restauración meticulosa que ha devuelto al castillo parte de su antiguo esplendor.

La transformación no solo afectó al exterior. Las dependencias interiores, antaño hundidas y expuestas, fueron reconstruidas con mimo, respetando la planta original de la fortaleza. Una estructura alargada con torreones defensivos en los extremos y un conjunto de murallas que se adaptan a la forma caprichosa del peñón sobre el que se asienta. Pese a que actualmente no se permite la visita interior, la estampa del castillo desde el exterior sigue siendo sobrecogedora.

Castillo de Riba de Santiuste - Sociedad
El castillo de Riba de Santiuste desde el norte
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Contemplar el castillo de Riba de Santiuste desde la base de la colina, o desde alguno de los senderos cercanos, supone casi una experiencia cinematográfica. Sus muros evocan imágenes de caballeros cruzando portones con estandartes al viento. Y no es difícil imaginar la silueta de un vigía oteando el horizonte en busca de enemigos, mientras el viento de la serranía arrastra ecos de antiguos tambores de guerra.

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