Cantabria

El pueblo de Cantabria que no tiene turismo, es una joya medieval y ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico

Carmona es un rincón de Cantabria que conserva intacta su esencia medieval y montañesa, con casonas de piedra y vacas tudancas

Carmona (Cantabria) - Sociedad
Una fotografía de archivo de la localidad cántabra de Carmona
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En el corazón de Cantabria, donde las montañas parecen custodiar secretos del tiempo y los prados respiran historia, se esconde un lugar detenido en la memoria: Carmona. Este pequeño núcleo de población, perteneciente al municipio de Cabuérniga, es una de las joyas arquitectónicas mejor conservadas del norte de España y, sin embargo, sigue siendo ajeno al ruido del turismo masivo.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, Carmona es una excepción en el mapa. Un pueblo que no ha sido devorado por la oferta hotelera ni por los carteles de “se vende” que colonizan otras aldeas.

Una villa que guarda la esencia de la montaña

A apenas 11 kilómetros de la capital municipal, Carmona ofrece una estampa que parece extraída de una pintura romántica. Casas solariegas con escudos nobiliarios. Balcones de madera labrada. Calles empedradas que serpentean entre las casonas montañesas y un aire que huele a leña, a vaca tudanca y a siglos pasados. No es extraño que en 2019 fuera incluido en la lista de Los Pueblos Más Bonitos de España. Quien se adentra en esta localidad siente que ha viajado en el tiempo, sin artificios ni decorados.

La arquitectura tradicional de Carmona es uno de sus mayores tesoros. Las casonas de piedra, con sus tejados a dos aguas y sus solanas de madera, conservan el estilo montañés con una fidelidad que se ha vuelto escasa en otros pueblos cántabros. Y no es solo una cuestión estética. Es un testimonio vivo de una forma de vida ligada a la tierra, al ganado, a la climatología y a los ritmos lentos de la montaña.

El alma rural de Carmona: vacas tudancas y albarcas

Pero Carmona no es solo su estampa. Es también su alma rural, su economía anclada a la tradición ganadera y a la artesanía. El ganado vacuno de raza tudanca —originario de estas tierras— pasta en los verdes valles que rodean la aldea, marcando el paisaje con su silueta robusta y su pelaje oscuro. Esta raza autóctona es símbolo de identidad cántabra. Y aquí aún se celebran ferias ganaderas que son un espectáculo de orgullo rural.

Carmona (Cantabria) - Sociedad
Carmona desde el Mirador de la Vueltuca
Wikipedia

La artesanía de madera también es un emblema del pueblo. Especialmente conocida es la elaboración de albarcas, el calzado tradicional de los pastores y campesinos de la región, fabricado a mano por los albarqueros. Pasear por Carmona es toparse con talleres donde el oficio aún resiste, con manos que tallan la madera como si sus movimientos fueran parte de una danza antigua.

Frente al bullicio que domina muchos destinos rurales en temporada alta, Carmona ofrece otra experiencia: la del silencio. No hay hordas de turistas. No hay locales de souvenir ni bares saturados. Aquí, el turismo no es invasivo. Y eso la convierte en una rareza preciada. Se puede caminar sin prisas, escuchar el canto de los pájaros, contemplar las nubes arrastrándose por las cumbres y conversar con los vecinos.

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