Roma, ciudad de emperadores, de mármol y de eternidad, ha añadido un nuevo capítulo a su historia con la apertura de PM23. Situado en la Piazza Mignanelli, número 23 –el mismo lugar donde Valentino Garavani estableció su primer atelier hace más de seis décadas-, este centro cultural marca el inicio de una nueva etapa para la maison: una que mira hacia el arte, la educación y la memoria.
La exposición inaugural Orizzonti/Rosso es más que un homenaje al color que ha definido a Valentino durante toda su carrera: es una declaración artística. Comisariada por Pamela Golbin, referente internacional en historia de la moda, y Anna Coliva, ex directora de la Galleria Borghese, la muestra crea un diálogo sofisticado entre 50 piezas de alta costura y 30 obras de arte contemporáneo. Un universo que gira en torno a un solo eje: el rojo.
El montaje evita los clichés. No busca forzar una relación entre moda y arte; prefiere sugerirla. Las creaciones de Valentino, fluidas, teatrales, hipersensuales, dialogan sutilmente con obras de artistas como Francis Bacon, Louise Bourgeois, Sheila Hicks o Anish Kapoor.
Cada sala se estructura bajo un concepto: belleza, identidad, paisajes emocionales, superficies, horizontes. El resultado es una experiencia envolvente, donde la tela y la pintura, la escultura y el bordado, se encuentran en un mismo plano sensorial.
Destaca la presencia de vestidos icónicos como el “Fiesta” -aquella cascada roja que enamoró a las pasarelas en los años sesenta- y diseños más recientes firmados por el propio Valentino hasta su última colección en 2008. Los volúmenes, los tejidos, el corte meticuloso: todo habla de un savoir-faire que ha cruzado generaciones. Pero el alma de la muestra no está solo en los vestidos, sino en la intención detrás de cada elección.
Giancarlo Giammetti, eterno socio y confidente del diseñador, ha sido clave en esta transformación. “Este lugar no es un museo, es una casa viva para las ideas. Queremos inspirar, dialogar, dejar una huella”, explicó durante la inauguración. La Fondazione, creada hace más de una década, ha apostado siempre por la filantropía y la preservación de la herencia artística. Con PM23, se propone dar un paso más allá: formar parte activa del tejido cultural contemporáneo.
“Queremos inspirar, dialogar y dejar huella” – Giancarlo Giammetti
Además de la exposición, PM23 acogerá residencias artísticas, proyectos educativos y talleres abiertos al público. También mantiene su compromiso con iniciativas sociales, como el apoyo a hospitales romanos centrados en el cuidado infantil y geriátrico. Es, en palabras de Giammetti, “una forma de retribuir a la ciudad que nos lo dio todo”.
El rojo Valentino, que nace del cruce entre la tradición italiana, la ópera y los sueños de Hollywood, se convierte así en hilo conductor de una narrativa mucho más amplia. Ya no es solo un color sobre la pasarela: es una forma de entender el mundo, de preservar la belleza frente al vértigo de lo efímero.
Orizzonti/Rosso podrá visitarse hasta el 11 de junio de 2025. La entrada es gratuita, como lo son las cosas que aspiran a perdurar en la memoria colectiva. Entre mármoles centenarios y nuevas miradas, Roma se viste de rojo una vez más; pero esta vez, con toda la intención del arte.