No es fácil entrar en el círculo del expresidente Donald Trump. Valora a la familia, la gente de extrema confianza. Le gustan los leales, pero no los aduladores. Respecto a las mujeres, el magnate ha tenido 24 acusaciones de acoso sexual y mala conducta. Por lo que en su equipo de campaña saben que una estadounidense como “número dos” podría ayudarle a lavar su imagen de machista y atraer al votante más moderado e independiente en Estados Unidos.
La última vez que un conservador consiguió más apoyo entre las votantes que su rival demócrata fue George H. W. Bush, en 1988, y en estas elecciones tan reñidas, que se decidirán en los llamados estados bisagra, cada voto cuenta.
Dentro del partido del elefante, quedó constancia en las primarias del 24 de febrero frente a Nikki Haley, que Trump cuenta con el respaldo de las mujeres conservadoras.
De ahí que varias políticas dentro del Partido Republicano estén bien posicionadas para aspirar a la nominación y luchar por el segundo cargo más importante del país, la vicepresidencia de EE.UU. A continuación, las mujeres que más posibilidades tienen de terminar en la papeleta en noviembre.
Elise Stefanik
La congresista de Nueva York es una defensora a ultranza del polémico expresidente. Elise Stefanik fue una de las primeras republicanas que respaldaron a Trump cuando anunció que se presentaría a la carrera por la presidencia de Estados Unidos por tercera vez. Stefanik, de 39 años, es vista en el movimiento “MAGA” (Make America Great Again, en inglés) como la heredera natural de Trump, de 77 años. Stefanik no fue siempre tan radical. Es más, en un principio fue moderada, pero después dio un giro hacia el ala más derechista del partido.
Recientemente, Trump ha comentado al respecto que “Elise se ha vuelto muy famosa, ¿no es bonito?”. Al preguntarle a ella directamente -ya que está en todas las quinielas para ir en el “ticket”- la congresista ha declarado que “sería un honor servir en la Administración Trump en cualquier capacidad”.
Sarah Huckabee Sanders
Es una de las más leales del trumpismo desde sus inicios. Sarah Huckabee Sanders trabajó en su campaña y se dio a conocer al mundo cuando asumió el puesto de secretaria de prensa de la Casa Blanca de 2017 a 2019, una de las que más tiempo duró en el cargo, por cierto. Tras la presidencia Trump ha ascendido en las filas del Partido Republicano. En 2023, se convirtió en la primera gobernadora de Arkansas, y, en la más joven. Hoy, a sus 41 años, es una figura al alza dentro del conservadurismo. Su mayor atractivo es que consigue llegar a las mujeres suburbanas, un perfil clave en el resultado electoral.
“Estoy honrada de ser gobernadora y espero serlo los próximos siete años”, aseguró recientemente a “Face of the Nation” para salir del paso tras salir a colación su nombre como vicepresidenta de Trump.
Tulsi Gabbard
La congresista de Hawái, de 42 años, tiene un currículum de lo más peculiar. Es reservista, veterana de Irak. Políticamente pasó de ser la vicepresidenta del Comité Nacional Demócrata a después respaldar a Bernie Sanders (del ala más izquierdista de los demócratas) en 2016. Durante la era Obama fue muy crítica con él y con el intervencionismo militar de EE.UU. Hasta mantuvo un polémico encuentro con el dictador sirio Bachar al Asad.
En 2020, fue candidata a la nominación demócrata. Durante las primarias del partido, fue muy dura con la actual vicepresidenta Kamala Harris, que también competía. Finalmente se retiró y respaldó al entonces candidato Joe Biden.
Poco después se volvió republicana y en 2022 dejó el carné de simpatizante del Partido Demócrata.
Algunos analistas aseguran que sus puntos a favor son que se la valora como una defensora de la seguridad de las fronteras de EE UU y también capaz de protegerlas. Otros, sin embargo, la tachan de “caballo negro” para Trump por su pasado tan variopinto.
Kari Lake
La expresentadora de televisión de 54 años es una de las políticas más carismáticas con las que cuenta el Partido Republicano. Muy poco moderada, sus pilares son prácticamente los del movimiento MAGA: EE.UU por encima de todo y, de paso, terminar el muro con México e insistir en que Trump no perdió las elecciones en 2020 frente a Biden. Lo cierto es que ella también denunció una situación parecida a la del expresidente cuando no logró ser la gobernadora de Arizona en 2022.
Ha salido airosa de un intento de soborno político, lo que le ha dado una imagen de “incorruptible” muy positiva de cara a su posible vicepresidencia junto a Trump y valerse de un gran número de admiradores entre el círculo trumpista.
I’m a mom with two kids who decided to jump into politics & run for office to make our state a better place for our kids.
And I’m so proud of the great movement we've built of Arizonans who want to put our country first, our families first, & our children first & make life… pic.twitter.com/93P2OPTEbY
— Kari Lake (@KariLake) April 7, 2024
Ahora Lake es la candidata republicana al Senado por Arizona. De momento, las encuestas no le otorgan la victoria, va segunda con un 28% de los apoyos.
Kristi Noem
Una de las figuras al alza dentro del Partido Republicano, la gobernadora de Dakota del Sur, es una de las más leales a Trump. De 52 años, suele acompañar al expresidente a los caucus para respaldarle en su lucha por la nominación republicana.
Kristi Noem dejó la Universidad para trabajar en la granja familiar. Después de acceder a la Cámara de Representantes, donde mantuvo su escaño ocho años, dio el salto a su estado natal, y allí se consagró como la primera gobernadora de Dakota del Sur.
Uno de los grandes logros valorados por los republicanos más liberales es que decidió no imponer el uso de la mascarilla en su estado durante la pandemia de coronavirus. Noem se planteó la posibilidad de concurrir a la carrera presidencial en 2024 hasta que Trump dio el paso.
“Ha sido increíble cómo ha luchado por mí”, ha señalado el propio expresidente. “Dijo que nunca sería mi rival porque puede ganarme. Eso fue algo muy bonito”, confesó Trump.
Lo cierto es que Noem ha logrado hacerse un perfil nacional en los círculos conservadores y también en los del movimiento MAGA. La prensa ya ha comenzado a atacarla con rumores sobre una presunta relación extramatrimonial con Corey Lewandowski, quien fuera jefe de la campaña de Trump, que ha sido acusado a su vez de asalto sexual.
Nikki Haley
Ha dado la batalla hasta el final, incluso con las escasas victorias frente al expresidente Trump, que ha arrasado en las primarias republicanas. Convence a los votantes moderados e independientes, pero no a los simpatizantes de MAGA. La única valiente que ha desafiado al magnate, podría ser una buena vicepresidenta de cara a las elecciones de noviembre. Ya fue embajadora de EE UU ante la ONU y gobernadora en Carolina del Sur, su estado natal.
Su “ticket” lanzaría un fuerte mensaje de unidad dentro del Partido Republicano incidiendo en que les preocupa más el futuro del país que sus propios egos. Hoy parece imposible, pero históricamente, muchos rivales de nominación terminan en la papeleta en noviembre.
Lara Trump
Fue asesora de la campaña presidencial de Trump. La nuera del expresidente, casada con su hijo Eric, suena más fuerte que nunca para ser la nominada del Partido Republicano a la vicepresidencia. Sería un sueño para la familia y toda una declaración de intenciones que finalmente fueran dos “Trumps” los que estuvieran en el “ticket” republicano. La presentadora de 41 años ha ido ganando puntos en las filas conservadoras y los republicanos parecen encantados con ella. Ya se ha convertido en la vicepresidenta del todopoderoso Comité Nacional Republicano y su último discurso en el CPAC ha sido tachado de “memorable”.
Narró a los presentes el ritual que cada día realiza junto a Eric Trump. “Todas las noches, Eric y yo tenemos una tradición. Dejamos todo lo que tenemos entre manos y nos vamos a dormir con nuestros hijos. Y mientras ellos rezan sus oraciones y hacen el juramento a la bandera, ¡por supuesto! A menudo pienso: ¿En qué tipo de país vivirán dentro de 10, 20 o 30 años? ¿Qué tipo de país estamos creando para nuestros hijos y nietos?”.