Elecciones vascas

Alba García Martín, candidata de Sumar: “Me gustaría ser la primera Lehendakari”

Alba García Martín es la propuesta a Lehendakari por la coalición Sumar Euskadi

Alba García Martín

Alba García puede convertirse en la próxima Lehendakari Sumar

Lo deja bien claro desde el principio, ella es Alba García Martín, enfatizando su segundo apellido reivindicando la estirpe materna. Es psicóloga, especializada en intervención social y cursa en la actualidad un máster de igualdad de género en la Universidad del País Vasco. Lleva años militando en el movimiento feminista, trabajando desde los dieciocho años para no depender de nadie. Una vez graduada su carrera se centró en el Tercer Sector y desde allí dio el salto a la política activa dentro de Podemos hasta que en estas elecciones al Parlamento Vasco se postuló como la cabeza de lista de Sumar Mugimendua. Combina la política con un pequeño proyecto educativo de voluntarios a través del fútbol en Senegal. Nacida en Ibarrekolanda (Bilbao) es la más joven de los candidatos.

¿Le molesta que la llamen la Benjamina de los candidatos a Lehendakari?

Molestarme no sería la palabra, me sorprende. Está bien parecer joven cuando voy a cumplir treinta y seis, pero me siento de la misma generación de Pello Otxandiano (EH Bildu) que tiene cuarenta y uno o de Eneko Andueza (PSE7EE) que tiene cuarenta y pocos. De hecho creo que es positivo que gente fresca estemos en la política. A veces pareciera que acabo de salir de la universidad cuando llevo trabajando desde la mayoría de edad. Me hace gracia, pero no me gusta demasiado.

¿Por qué tomó la decisión de dejar Podemos y apostar por encabezar la lista de Sumar Mugimendua?

Creo que el proyecto a futuro de la izquierda confederal está en Sumar y desde ahí tomo la decisión. Llevo mucho años en este espacio político desde dentro y desde fuera en lo movimientos sociales. En ese sentido creo que el futuro en Euskadi y en el Estado está en nuestras siglas.

5 de los 7 candidatos son nuevos y por tanto bastante desconocidos ¿Le reconocen más por la calle? ¿Nota si ha aumentado su conocimiento como candidata?

Un poco (suspira). Me pasó una cosa el otro día que me hace ilusión. Me gusta la política y me gusta leer mucho, sobre todo los periódicos el fin de semana, de repente que a los que tú lees te reconozcan, o que un periodista al que admiras sepa quién eres es algo muy bonito. Hace poco coincidí con el ex Senador del PNV, Iñaki Anasagasti, junto a nuestra sede y se acercó a saludarme. Normalmente voy en bicicleta o en metro, pero ahora en campaña cojo muchos taxis y noto cómo me reconocen. Me hace gracia, la verdad.

¿Ha tenido que cambiar algo de su rutina, más allá del trabajo intenso de la campaña?

He dejado de ver a mis seres queridos. No visito con tanta frecuencia a mis abuelos Fuensanta y Carlos o a mis padres con los que tengo que reservarme tiempo para poder comer algún día con ellos. A mis amigas y a mi pareja menos de lo que quisiera. No es que sea muy deportista, pero he apartado también el yoga. Mi profesora insiste en que por las mañana haga saludos al sol, pero entre preparar ropa, planchar, preparativos de campaña, estudio, etc.. no me queda tiempo. En campaña se come y se vive peor, esto es así.

¿Por qué quiere ser Lehendakari?

Primero porque me gustaría ser la primera mujer Lehendakari. Me parece que ya es hora de que las mujeres estuviéramos ahí. Creo que Euskadi necesita un cambio real, nosotras tenemos un proyecto para que el País Vasco gire a la izquierda en el siglo XXI. Tiene que ver con ofrecer a la gente un proyecto de futuro en que la gente viva mejor, con esperanza y por eso estoy aquí.

No es probable una mayoría absoluta ¿Con quién pactaría?

De entrada me parece muy buena noticia el hecho de que haya que pactar entre diferentes, diálogo y pacto para construir en colectivo. Desde Sumar tenemos claro que es muy difícil vernos en un Gobierno con el PNV porque somos antagónicos, más allá de cuestiones muy concretas. Nuestro proyecto de país es muy diferente al suyo. Somos una fuerza profundamente laborista y feminista frente a un nacionalismo sin proyecto sólido entorno a los cuidados, ni a las políticas feministas. Ni gobernar, ni hacer Lehendakari al candidato jeltzale, Pradales. Con EH Bildu o el PSE tendríamos que hablar cuestiones en las que tenemos un proyecto muy distinto, por ejemplo educación. Nosotras abogamos por la escuela pública y ellos defienden la concertada.

Ha establecido una línea roja con el PNV, sin embargo, su espacio político lleva gobernando Navarra tres legislatura, la de Uxue Barkos y las dos de Chivite y en Madrid les han prestado el apoyo para conformar el Gobierno de coalición. ¿No es contradictorio?

Yo pienso que cada territorio es un mundo. El Gobierno de coalición sale adelante por un interés mayor, que fue que no gobernara la derecha con la ultraderecha. Todos los escenarios no son semejantes, no podemos compararnos con Navarra, ni con Galicia, como tampoco con el Estado porque son planos diferentes. No conozco en profundidad el escenario navarro, pero sí conozco el vasco y digo rotundamente que el Partido Nacionalista Vasco lleva cuarenta años sin ideas y le toca un tiempo en la oposición.

¿Quiénes son sus referentes en política?

Para mí Yolanda Díaz es una referente, más allá de que sea la líder del partido que represento. Es una mujer en política con un gran valor, que cuando promete algo lo lleva a termino. A nivel personal tiene una capacidad de comunicación y de enganchar que no todo el mundo tiene. Es una lideresa natural.

Y ¿en la vida?

Las mujeres de mi familia. Mi abuela y mi madre, también mi padre. La amama Fuensanta tuvo siete hijos, vino desde La Rioja y siempre le ha inquietado la cultura. De una gran fortaleza y entereza, me da mucha paz, te baja a la tierra en un momento.

Las mujeres y la política ¿ha notado un trato distinto por ser mujer y liderar un partido político con respecto a sus compañeros?

No, pero. Noto mucho cuidado por parte de los medios de comunicación y paciencia. Es cierto que a veces en alguna crónica cuando hablan de ellos lo primero que remarcan es su carrera, ingeniero, politólogo etc…pero llegan a mí y dicen Alba García, militante, y me pregunto qué hay de mi carrera y mis dos másteres ¿no valen?. Parece que las mujeres tenemos que seguir insistiendo en que estamos preparadas, nos infantilizan.

Los cuidados es un punto fuerte dentro de su programa electoral, feminizados y precarizados dicen. ¿Cómo se le pone solución?

Venimos reivindicando este tema junto al movimiento feminista, de hecho venimos de una huelga feminista por los cuidados el pasado mes de noviembre. Hay que recoger esa demanda con urgencia. Vivimos en un país donde todo el sector de cuidados está privatizado, por ejemplo las residencias. Los dueños son empresas vampiro y fondos buitre. Se está haciendo negocio con los cuidados y además, el servicio no es bueno, que es lo que pasa cuando privatizas, pierdes el control y generas una precariedad de las trabajadoras. Nosotras apostamos por un sistema público para el SAT (servio domiciliario) o las residencias. Este bucle hay que romperlo con lo público y de manera transversal en la política como la Ley de Extranjería o el tiempo. Somos las mujeres las que vamos corriendo para abarcarlo todo, anteponiendo los cuidados, los niños, los abuelos, las tareas… como malabaristas. Cuando decimos que queremos trabajar menos horas, también tiene que ver con esto.

Para usted dentro de la sociedad vasca, ¿cuál diría que es el principal problema de las mujeres en Euskadi?

Yo creo que hay muchos, pero sobre todo no pienso que hay una mujer vasca. No son lo mismo mis problemas como blanca, vasca, con un salario y pudiendo acceder al mercado del alquiler que una mujer negra, sin papeles, trabajando de cuidadora del hogar que nadie le alquila un piso, y esa mujer también está en Euskadi. No hablaría del problema de la mujer vasca, puedo hablar de los míos. El acceso a un trabajo estable, las maternidades tardías precisamente por los problemas de acceso a la vivienda y a un sustento suficiente como una imposición.

Termine la frase. Soy feministas porque…

– Porque el feminismo me ha salvado. Me ha librado de muchas angustias, de estar sola porque cuando las vives en comunidad, se vive mejor. Me ha cambiado la vida muchas veces, la manera de entender el mundo, de relacionarme, de mirar. El feminismo y la militancia feminista me hacen mejor.

¿Cuál diría que es el siguiente paso a dar por las mujeres como gran conquista social?

Blindar el aborto en la Constitución, como en Francia. Eso sería todo un logro, no puede ser que dependa de quién esté en le Gobierno tener o no tener este derecho.

 

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